Torikago San -La historia de un asesino-

Capítulo 2 -¿Qué busca él?-

La mañana había llegado, el detective ya se encontraba despierto bebiendo café mientras escuchaba un poco de música y miraba atreves de su ventana, de alguna manera el detective solo podía estar tranquilo por las mañanas, pues el resto del día corría demasiado rápido, además que en esos lapsos de tiempo se encontraba muy ocupado, pero... La noche y madrugada, la cual para muchos es el verdadero tiempo de descanso, para él era un verdadero martirió pues realmente no era capaz de dormir plácidamente como es debido, sus noches eran largas y asfixiantes, desde hace años que habían sido así, pero tener el caso de Torikago San en sus manos ponía más tención en sus noches pues no era capaz de dejar de pensar en este durante estas; la prensa, sus superiores e incluso ciertos miembros políticos importantes le exigían cada vez más y más... Lo cuál era un tanto irónico pues al final ellos no hacían nada más que alborotar a los ciudadanos u observar desde sus altos rangos, claro a pesar del ministro, él se en su furia dijo que le daría un mejor equipo al detective. Realmente la vida del detective era una mierda, pero había algo... Algo pequeño que lo llenaba de felicidad y hacia que todo lo demás dejase de importar, su hija... Dentro de un rato iría a la casa de su ex esposa a recoger a su hija para pasar el día con ella, el detective se encontraba tan feliz esa mañana, pues tenía casi un mes sin ir a verla, ya que había estado demasiado ocupado por el caso de Tori San.

El medio día llegó, el detective se encontraba camino a la casa de su niña y le llevaba un regalo, estaría el fin de semana junto a su pequeña después de tanto tiempo... Incluso ya le había arreglado su pequeño cuarto de nuevo. Cuando llego, su pequeña lo estaba esperando en la puerta de su casa llorando, alrededor de la casa se encontraban algunos policías y una ambulancia, el detective no comprendía del todo lo que pasaba, pero rápidamente se bajó del auto para ir a abrazar a su hija, una vez ya la tenía en sus brazos se acercó a un oficial y preocupado preguntó:

— ¿Qué es lo que está pasando?

— ¿Quién es usted? –preguntó el oficial confundido.

—Soy el padre de la niña, ¿qué diablos paso?, ¿por qué todos ustedes están aquí? –preguntó el detective mientras analizaba la situación y trataba de no pensar en lo peor.

—El marido de la señora Fujioka se encontraba muy ebrio... Por lo que nos logró contar su hija él le dijo que su fuera a su recamara y ella comenzó a escuchar golpes muy fuertes minutos después, el hombre la golpeo con un sartén en el rostro a tal grado que se lo desfiguro un poco y la asesino... —contestó el oficial mientras prendía un cigarrillo.

El detective perdió la voz de un momento a otro, solo subió a su hija al auto y le dijo que esperara mientras alistaba sus cosas para que pudieran irse a su departamento; el detective entro y fue directamente al ver el cuerpo inerte de su ex esposa en la cocina, en ese momento no fue capaz de seguir reteniendo las lágrimas, él la abrazó sin importar ensuciarse un poco, la mujer que incluso después de tantos años seguía amando ya no vivía más... El detective Sasaki sin importarle nada beso la ensangrentada frente de su ex esposa, con una sonrisa que no sabía hacer bien y varias lágrimas recorriendo sus mejillas murmuró:

—Nada de esto importa cariño, incluso en este estado sigues siendo tan hermosa como hace 14 años, no tienes de que preocuparte... Yo cuidare de nuestra princesa...

En ese momento los oficiales entraron y le hicieron saber al detective de que ya era hora de que se la llevaran, él tratando de ocultar su estado de ánimo rápidamente se secó las lágrimas y preguntó:

— ¿Qué será del asesino?

—Se le dará un juicio para saber si será condenado a muerte –contestó el oficial para después bostezar —. Pero honestamente tomando en cuenta que solo es un asesinato seguramente le darán unos cuantos años solamente.

—Pero... ¿De verdad solo eso?, ¿acaso la vida de ella no valía tanto como la suya? –preguntó el detective tratando de no llenarse de histeria.

—Lo siento señor, pero eso no está en mis manos, quéjese con el gobierno... —exclamó el oficial con pereza.

—Es por eso que Japón se está yendo a la mierda, de ser uno de los países más seguros ahora es esto... Ahora que lo pienso realmente Torikago San no es tan malo, ¿no? –murmuró el detective para después marcharse a hacer las maletas de su hija.

La noche llegó. El detective buscaba una forma de explicarle a su hija de apenas 6 años que ya no volvería a ver a sus madre mientras jugaba a las muñecas con ella, pero en eso el celular del detective sonó, este contesté y preguntó:

— ¿Bueno quien habla?

—Disculpe por molestarlo de nuevo, pero hubo un asesinato parecido al de Torikago San en un concierto de SS (Sad Silence), fueron varias chicas que se encontraban cerca del escenario, todas con una rosa clavada a través del cuello, necesito que venga para poder darle más detalles... —contestó el oficial con la voz agitada.




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