Torikago San -La historia de un asesino-

Capítulo 3 -¿Realmente es malvado?-

Era de mañana, el detective Sasaki acababa de desayunar junto a su hija, se encontraba preparando un café para después ir sentarse a ver la televisión con está, cuando la encendió en todos los canales se hablaba sobre la muerte de las chicas en el concierto de SS, todas acusaban a Torikago San de esto, pero por alguna razón y sin comprender el por qué, el detective no lo consideraba de esa manera... Tal vez era porque después de analizar tan profundamente a Torikago San no lo consideraba capaz de asesinar a unas chicas totalmente inocentes y de una forma tan poco limpia y desordenada...

En eso el celular de detective sonó, este contestó y preguntó:

—Bueno, ¿quién habla?

—Buenos días señor Sasaki, soy el Sr. Sato, quiero informarle que nos han transferido a uno de los mejores oficiales de Tokio para que sea su mano derecha, él es muy bueno en lo que hace por lo que no tendrá problema con él... —dijo el hombre del otro lado del teléfono.

—Perfecto, me será de mucha ayuda, ¿a qué hora podré conocerlo? —preguntó el detective y lanzó un suspiro de alivio.

—Ahora mismo, necesito que venga a la estación... —contestó el hombre.

—Está bien, enseguida voy... —dijo el detective y colgó la llamada para después lanzar un bostezo.

—Hija ve y cámbiate, además de que también deberías llevar algunos juguetes en tu mochila. –exclamó el detective mientras se levantaba del sillón.

— ¿A dónde iremos hoy? –preguntó la niña emocionada.

—A conocer a un hombre que me ayudara a trabajar, así podré estar más tiempo contigo hija... —contestó el detective con una sonrisa.

— ¡Esta bien! –exclamó la niña para después irse corriendo a su cuarto.

Cuando el detective llegó, fuera de su oficina se encontraba el jefe del departamento de policías con un hombre de mediana edad, el detective se acercó y dijo:

—Buenos días...

—Buenos días señor Sasaki, yo soy Yamada Shin y es un gusto conocerlo... —contestó el hombre de mediana edad mientras se dibujaba una sonrisa en su rostro.

—El gusto es mío... —contestó el detective y le correspondió la sonrisa a Shin.

—Bueno, pues ustedes serán compañeros a partir de ahora, conózcanse más, yo tengo que calmar a las familias de las chicas asesinadas en el concierto de SS...— dijo el hombre tratando de sonreír.

—Si necesita ayuda puede llamarme señor... —contestó el detective.

—A mi gustaría ayudarlo, si es que no sabe qué hacer o decir; yo he pasado por algo un poco similar, por lo que comprendo los sentimientos de esas familias... —dijo Shin con una expresión de preocupación.

—Si necesito te ayuda no dudare en llamarte Yamada, pero primeramente trataré de manejar todo solo... —contestó el hombre y se marchó.

Todo se quedó en un silencio incomodo por unos minutos hasta que el detective dijo:

—Bueno, ¿por qué no vamos al café de enfrente para conversar un poco?

—Está bien señor... –contestó Shin nervioso.

El detective tomo a su hija de la mano para después preguntar:

— ¿Tienes hambre Jin?, ¿quieres un jugo o algo?

— ¡Sí! –contestó la pequeña alegre.

— ¿Es su hija? –preguntó Shin mientras la observaba.

—Sí... Pero ya vámonos –contestó el detective.

Antes de ir avisaron a la secretaría del lugar, por si el jefe les llegaba a necesitar, una vez se sentaron y pidieron su orden el detective preguntó:

— ¿Qué piensas sobre Torikago San?

—En realidad creo que aún no lo sé del todo, pero simplemente le desprecio por el hecho de asesinar personas y ahora aún más por la muerte de esas 6 jóvenes... —contestó Shin con la mirada perdida.

— ¿No te has puesto a considerar que tal vez este no sea tan malo? —preguntó el detective con intriga.

— ¡No!, él es un asesino y eso nada lo va a cambiar... —contestó Shin un poco exaltado.

—Ya veo, tal vez yo ya no soy adecuado para este caso, aún no logró comprender el por qué, pero Torikago San ya no me parece tan cruel... —dijo el detective con una voz desanimada.

—Yo tampoco lo comprendo señor, usted es un muy buen detective, no veo por qué mira a Torikago San de esa forma, él solo es un asesino más del montón que asesina por diversión... —contestó Shin mientras observaba al detective.

—Lo sé, pero yo que me he puesto a analizar toda la información encontrada sobre Torikago San y he escuchado los testimonios de gente que se encontró con él, me he dado cuenta que no todo en él es maldad, en su lista de asesinatos solo hay otros asesinos, ladrones, violadores, pedófilos, etc. No hay ni una sola persona inocente, a pesar de que haya testigos y él se percate de estos, simplemente decide no asesinarlos, es extraño... Nunca me había encontrado con este tipo de criminales, las palabras que me mandó a decir con aquella víctima... Me parecieron tan...  Bueno en realidad no sé exactamente como decirlo, pero el caso es que no soy capaz de tenerle odio, pero aun así me parece peligroso por el hecho de que tampoco soy capaz de comprenderlo... Es muy extraño para mí... —dijo el detective mientras miraba hacia la calle.




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