Torikago San -La historia de un asesino-

Capítulo 11 -Cartas sin dirección-

Eran las 3 de la mañana, Akaibara se encontraba sentado en su escritorio con una hoja en blanco frente a él, apenas iluminada por una lámpara. Su recamara estaba impregnada de un embriagante perfume femenino, al entrar a esta bien podría pasar por tu cabeza que minutos antes había estado una mujer ahí, sin embargo era ese el perfume que Akaibara solía usar a diario. No era por ningún tema de que tuviera duda acerca de su sexualidad la cual para aquellos momentos le daba igual, si no que era aquel embriagador perfume el mismo que solía usar su madre, aquel aroma lo hacía sentirse tranquilo, cualquier lugar al que fuera se sentía su hogar si aquel aroma iba con él; después de media hora de ver el papel en blanco fijamente comenzó a escribir.

Tal vez si extendiera mi mano, podría abrazarlos sin importar qué... 
Quiero perdonar y has cosas que no puedo perdonar, quiero destruir todo lo que no se puede destruir...
Quiero perderlo todo de una vez, dime que es lo que se puede perder...
Sólo buscando una respuesta ciegamente, todo se desvanecerá...
Dolor erosionado, distorsionado e insalubre... 
Por culpa de mi miserable "justicia" y las suaves mentiras me estoy hundiendo...
Dime que hacer, ¿qué está bien?
Finjo abrazarlo pero solo lo corto, explícame que hacer...
Quise crear libertad y esperanza para su mañana, pero todo fue a base de engaños...
Tenía hambre de luz... 
Las palabras de nadie, la voz del corazón...
Parece ser que debo seguir arrastrándome en busca de un mañana...
Voy a nadar hasta que ahogue en mis pecados...

Akaibara doblo la hoja suavemente para después meterla adentro de un sobre, una vez le puso su nombre y el de las dos personas a la que iba dirigida lo guardo en una caja la cual metió nuevamente bajo su cama. Por unos minutos se quedó viendo hacia su cama y comenzó a escribir nuevamente.

La lluvia que cae tiene el color de la sangre...
A los que se llevó al extremo, han sufrido y su imagen ya ha muerto...
Las plumas de las aves despejan la casa casi vacía junto a mis memorias perdidas...
Si la sensación de la que estoy empapado también desaparece, después tendrá el deseo de aquellos días pasados...
Solo en una habitación oscura se lo que tú piensas...
Soy una persona débil, así que todavía expresarme sinceramente es doloroso...
La húmeda mañana cada vez se vuelve más dolorosa...
Los ideales corruptos se derriten suavemente, manteniendo una hermosa habitación...
La noche inesperada... ¿Se volvió recuerdo de una confesión?
Solo en mi profunda tristeza, lloró por lo que he visto...
Un mañana cruel que se repite, cae para siempre...

Akaibara repitió el mismo proceso que con la hoja anterior, sin embargo a está no le agrego destinatario. Nuevamente se quedó inmóvil viendo fijamente la hoja en blanco y comenzó a escribir.

Yo no quería que esté sueño fuera "inocentemente" aplastado por el dolor...
Detener el tiempo tampoco perdonara mis deseos, así que lo mejor es mantenerme en silenció...
Aunque el significado naciera de antes, para luego lamentarme en el futuro...
En un oscuro callejón me veo a diario levemente ensangrentado...
Este ideal sin ningún destino, pierde su forma "inocente" luego de tocar otra piel... 
Si no estás satisfecho con tu libertad, entonces perfora este maldito pecho...
Deja que la sangre fluya desbordantemente, hasta que no pueda soportarlo... 
Hasta que yo ya no pueda respirar...
En ninguna parte renaceré...
De esta manera, deja que las heridas sigan, y nuestra sangre se mezcle entrelazándose...
Manchare la luz pura, hasta que todo se disuelva por completo...
Este es el mundo que hace mucho quise ver contigo...
Yo debo quererme, tú aun deberías quererme...
Me gustaría poder abrir bien mis cansados ojos y mirar hacia el paisaje que ha comenzado a brillar...
Con este sentimiento roto, canto a la pesadilla que no puede oírme...
Cuando el sonido se detenga y la oscuridad se estremezca, déjame oír que me perdonas ahora...
De esta manera, detén mis heridas...
Incluso si estos sentimientos desaparecen por lo menos tendré una prueba de mi existencia, hasta que mi corazón se desgarre por completo...
Este es el mundo que quiero ver...


Nuevamente Akaibara repitió el mismo proceso poniendo como destinatario el nombre de Shin... Sin embargo no se atrevió a mandársela, así que la guardo junto al resto para después escribir una última carta.

Hay un niño perdido que se funde en este mundo sin respuestas...
Es el enigma de alguien que sueña con un futuro más allá de la flor del mañana...
Pero un cristal agrietado no reflejara nada...
Una enigmática metamorfosis...
No entiendo aun lo que quiero, no sé aun lo que soy...
No ha llegado la respuesta que deseo...
No logró comprender aún la ecuación...
El pensamiento de tantas variedades está en todas partes, sin embargo ambos sabemos que al final acabaran con la misma solución...
Cantaran a un amor con estos ideales, pero el sabor del veneno se mantiene en mi lengua...
Tomo mis cicatrices y me hundo en la oscuridad...
Hay un niño que vive en este mundo sin respuestas...
Es el enigma que nosotros soñamos con un futuro más allá del fin del mundo...
Pero incluso si el sol se agrietara, todo ya estará pulverizado...




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