Torikago San -La historia de un asesino-

Capítulo 15 -Enfermo-

Ya eran las 4:30 pm. Akaibara y el resto de los chicos ya casi terminaban sus compras, Shin aún se mantenía a la distancia, siguiéndolos cautelosamente; al parecer solo faltaba que compraran algunos cosméticos. Shin los miraba desde el exterior, aún seguía haciéndolo cuando este se desplomo en el suelo... Nagare y Kazu rápidamente se agacharon para tratar de levantarlo, sin embargo solo terminaron dándose cuenta que se había desmayado; Chinmoku estaba a punto de tomarlo en brazos para llevarlo al hospital que se encontraba cuadras adelante, sin embargo para ese momento Shin ya se encontraba frente a ellos, este lo subió a su auto y se llevó consigo a Akamaru, dejando a los otros cuatro chicos confundidos.

Para cuando los otros 4 chicos llegaron, un doctor ya se encontraba atendiendo a Akaibara, había un silencio incomodo en la sala de espera... Todos se encontraban preocupados esperando al doctor, Akaibara generalmente era de esas personas que enfermaban pocas veces, así que lamentablemente todos se imaginaban lo peor. Varios minutos pasaron, cuando los 6 visualizaron al doctor acercándose, rápidamente se levantaron los que se encontraban sentados y los demás esperaron ansiosos; una vez el doctor se encontraba frente a ellos y mucho antes de que el doctor pudiera decir siquiera una palabra, rápidamente preguntaron:

— ¿Cómo se encuentra?

—No es nada realmente grave —respondió el doctor tranquilo —. Sin embargo, parece ser que este chico llegó a este grado por malos hábitos, como dormir poco, estar en situaciones de mucho estrés, consumir demasiada cafeína y comer muy poco; entre otras cosas, de verdad necesita descansar por lo menos una semana y quedarse aquí esta noche.

—Está bien... —contestaron los 6.

— ¿Puedo verlo?, ¿Ya despertó? —preguntó Shin antes de que Nagare y Akamaru hablaron.

—Sí, adelante, no hay problema... —contestó el doctor con una sonrisa.

Shin fue detrás del doctor sin importarle si alguno de los otros chicos quisiera verlo primero, ni siquiera Akamaru...

Cuando llegó a la habitación, Akaibara se encontraba recostado en la camilla mientras observaba el techo, como si pensara en miles de cosas a la vez. Cuando Akaibara se percató de la presencia de Shin, rápidamente preguntó:

— ¿Y Akamaru?

—Me dejo verte primero, quiero arreglar las cosas contigo... —respondió Shin para después sentarse a un lado de Akaibara —. No puedo soportar estar así contigo, eres como mi hermanito...

—Sabes por qué estoy molesto, ¿Cierto? —preguntó Akaibara fijando su mirada en los ojos de Shin.

—Sí... —asintió Shin bajando su mirada.

—Tú eres de las pocas cosas que me quedan Shin... —murmuró Akaibara dirigiendo nuevamente su mirada al techo —. Yo siempre pensé que eras una persona increíble, de verdad nunca llegue a imaginar que pudieras decir algo tan horrible, yo pensaba que tu objetivo era proteger a las personas inocentes, no utilizarlas...

—Lo es Akaibara, no sé por qué dije aquella mierda —exclamó Shin mostrando verdadero arrepentimiento —. Solo estaba frustrado por no ser capaz de hacer nada, me odiaba por ser un inútil, y solo termine desquitandome con Usagi.

—Perdóname a mí también, por ser un estúpido y no comprenderte... —respondió Akaibara mientras sus ojos se cristalizaban un poco.

—No lo eres Akai Kun... —negó Shin preocupado.

—Nunca he tenido los pies sobre la tierra... —murmuró Akaibara tratando de contener sus lágrimas —. Me gustaría ser un pájaro, me siento mal en mi propia piel...

—A veces está bien volar en algunas ocasiones —exclamó Shin —. Al final no siempre es lo más agradable caminar...

—Me gustaría ver el mundo al revés, tal vez así sería más bello... —respondió Akaibara mientras una pequeña lágrimas corrió por su mejilla —. Más bello visto desde arriba...

— ¿Qué te pasa Akai? —preguntó Shin confundido.

—Realmente yo siempre he confundido la vida con los sueños... —respondió Akaibara —. Siempre he tenido un extraño deseo de metamorfosis, siento algo que me atrae del cielo gris...

—Todo estará bien Akai, solo sonríe y veras que todo mejorara... —exclamó Shin con una sonrisa.

—No mientas Shin... —susurró Akaibara sin ser capaz de ver a Shin a los ojos —. Muchas veces he pensado, que en la gran lotería del universo, simplemente no saque el número correcto; me siento más como un pájaro enjaulado.

—Ya no comprendo lo que dices Akaibara... —respondió Shin confundido.

—Tal vez si llegara a ser más bello... —murmuró Akaibara —. No habría razón para tratar de convertir esto en otro mundo...

—Deja de hablar de esa manera Akaibara —exclamó Shin —. Solo explícame que es lo que quieres decir...

—No es nada realmente, solo olvídalo... —murmuró Akaibara frustrado por no ser capaz de contarle la verdad a Shin.




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