- ¡Jim! ¡Vamos, despierta! – La voz me jaló desde el fondo de una siesta que había estado esperando desde que crucé la perta de la oficina.
Abrí los ojos con esfuerzo y sentí el lapicero pegado a mi frente como si fuera una flecha clavada en mi cráneo.
- ¿Por qué tanto alboroto Lea? – dije, mientras me sobaba la frente con torpeza.
Lea, mi gran amiga desde la Universidad. Decir que le debo mucho, es poco, desde el primer semestre de la universidad ella me añadió a su grupo como si hubiera adoptado a un cachorro bajo la lluvia, no digo que fuera un desastre pero tampoco era el más brillante de mi generación, pero gracias a ella pude pasar la universidad sin tantos problemas, aunque la mayor parte de clases que compartimos juntos mi único trabajo era ser el “comic realief” del equipo, también trataba de hacer mi parte.
Ella es una gran chica… bueno con un gran carácter, honestamente su estatura no ayuda, pero lo que le falta en centímetros lo compensa con un carácter muy fuerte… créanme, no querrán ser su enemigo.
Gracias a ella conseguí este trabajo en la agencia de publicidad, digo me consiguió mi primera entrevista de trabajo después de “la tormenta” … no, no habló de un desastre natural, pero ya les explicaré a que me refiero.
Y antes de que sigamos con esta historia, NO, jamás tuve un interés amoroso por ella, no coman ansías, ya sabrás quién es mi “paraguas amarillo” (Ojalá entiendan esa referencia), calma, ya falta poco, pero necesitan contexto.
- Vamos Lea, la reunión saldrá bien, hemos estado preparando esta campaña por semanas, tenemos cada detalle pulido, encerado y listo para mostrárselo a Cruela, todo saldrá bien. – Le dije con la misma confianza con la que atravesamos toda la universidad.
- Jim, no podemos estar tan tranquilos, es la primera vez que Cruela nos da una oportunidad tan importante, esta campaña nos podría asegurar que no use a nuestras mascotas como pantuflas por un mes más – Se ríe de manera nerviosa, pero se puede notar su preocupación.
- A parte, a todo esto, ¿Por qué estás tan cansado? ¿y por qué no contestabas las llamadas? ¿Estuve intentando de localizarte desde antes del almuerzo? –
- Verás… ¿Sabes que vi ayer por la noche?
- ¿Qué? ¿Una película triste? ¿Tu cuenta de banco?
- No… una foto de mi ex… comprometiéndose.
Su cara pasó de una ligera preocupación por mí a una cara de molestia que pocas veces le había visto… pero no la culpo. – ¡Por el amor de Dios Jim! ¡Ya pasaron casi dos años desde “la tormenta” !, no puedes seguir así, tu sabes lo que pasó hace un año, no puedes seguir en lo mismo
¿Sabes por qué a los desastres naturales se les ponen nombre de mujeres? Bueno, ahora ya se le ponen nombres de hombres también por la bendita inclusión, pero para este caso en particular, por ser impredecibles o caprichosos, pero cuando una tormenta es tan destructiva, se le recuerda como “LA TORMENTA” … bueno, así le gusta referirse a mi ex, porque técnicamente, al menos en mi corazón (E hígado), mi ex fue mi desastre natural más fuerte que ha pasado jamás, tanto que ni decimos su nombre. Han pasado ya casi dos años desde que terminamos, y aún hay días que me sorprenden con más lodo que recuerdos.
Generalmente trato de que no me afecte, han sido semanas… bueno meses buenos, pero de vez en cuando ese recuerdo, ese momento me abruma, todo se vuelve más… vivido, cómo si no hubiera pasado ni un día de nuestro rompimiento y lo reviviera todo de nuevo.
Ella fue la persona que más quise (hasta hoy), pero calma, aclaremos una cosa, aquí no hay culpables, no hubo infidelidades (creo), no hubo malos momentos. Ósea sí, pero no fueron la causa del rompimiento… simplemente… nuestras vidas tenían un cronometro diferente.
Ella quería asentarse al fin, ser una mamá joven y tener una vida tranquila, mientras que yo batallaba por conseguir esa oportunidad que me hiciera despegar y ofrecerle todo lo que ella quería, pero simplemente, no veía cuando eso podría pasar y para ella el tiempo seguía avanzando, así que terminamos y no volvimos a hablar… tanto jajaja, ¿Qué esperabas? Yo la seguía queriendo, pero el día de ayer fue diferente.
- Ya lo sé Lea, elegí un mal momento para que me afectara tanto, debí saber que nada bueno empieza viendo perfiles de ex por la noche. – Le decía mientras se me cerraba un poco la voz. – Tu sabrás que jamás borré su contacto, ¿Verdad? –
- No me sorprende, eres un tonto. – Me dijo Lea, mientras movía su cabeza de un lado a otro con tal desaprobación que no la veía desde que le dije a mi mamá que quería ser comediante.
- Bueno, pues ayer revisé su perfil… por mera curiosidad y al final vi algo con lo que no pude manita, era una foto de ella comprometiéndose. – Le decía mientras se cerraban mis ojos con lágrimas. – Y bueno, me visito mi viejo amigo “Jhonny Walkwer” y entre la tristeza y el alcohol decidí aventar mi celular por la ventana, y lo peor es que no lo puse en modo avión así que no voló manita. – Haciendo bromas en cualquier situación – Así que hoy por la mañana, pasé al centro comercial para ver si podía restaurar mi viejo número, pero me dijeron que era tan antiguo que era más fácil cambiarlo, así que lo vi como una oportunidad para un nuevo inicio y no saber nada de ella ni que ella supiera nada de mí. – Terminé de decir esa frase sonriéndole, pero ella no me regresó la sonrisa.