Tormenta
Hace unos meses decidí regresar.
Es nueve de junio, quién diría que hace catorce años mi madre estaba esperando pasar las horas.
En este momento ella parece sufrir una crisis interna, su sonrisa desapareció hace unos días.
Recordar que escapé hace unos meses me trae un recuerdo oscuro, pero debo olvidarlo si quiero seguir adelante.
Mi hermana mayor será reina en unos años, mi hermano y yo somos los excluidos, ya que si nos acostumbramos a la "vida de la realeza" nos pelearemos por su puesto.
Camino por el pasillo, necesito despejarme un poco de esta realidad, quién diría que mi hermana quién es la futura reina es tan traidora.
—¡Necesitamos que ella lo haga lo antes posible!— Escucho a mi padre gritar, me pego a la puerta para poder escuchar mejor.
—No expondré a mi hija a hacer algo tan arriesgado— Le responde mi madre con la voz quebrada —Simplemente no está lista.
—No hay opción Lia, sabes que los demás tienen a sus hijos listos, es muy importante— Replicó.
—Tormenta aún es muy pequeña para el rito— Argumentó.
—En un año de todas formas tendrá que hacerlo, no tiene sentido seguir esperando, incluso ésta vez hay una niña menor a ella que lo hará— Protestó, como siempre mi padre de terco.
—Si se sale de control, será tu culpa—Suspira— Mañana será el rito.
No entiendo que planean hacer, pero no parece bueno para mí.
Escucho como intentan abrir la puerta, retrocedo un poco, por reflejo me cubro con los brazos.
Veo como salen mis padres, ninguno me vé.
Pero, ¿Cómo?
Se supone que me hubieran visto.
Camino hasta mi habitación, necesito pensar en lo sucedido.
Cierro la puerta con cuidado, no quiero ser interrumpida.
Veo una pequeña nota debajo de mi cama.
—Qué extraño, no sabía que eso estaba allí— Me agacho para agarrarla— Veamos.
"Niña de ojos plateados,
Como perlas brillarán.
Algún día tú,
El amor vas a encontrar.
Te diría si pudiese,
Quién será el galán,
Pero secreto de dioses
Hasta entonces será.
Tu solita lo puedes encontrar.
Querida niña,
Yo sé quién eres
Sé que quieres.
Querida niña,
Después de la tormenta
El sol siempre está.
Milagro de dos seres,
Como tú,
No hay otra igual.
Cabello negro,
Que ni la noche más oscura,
Lo podrá opacar.
Mechoncitos albinos
Que no tienen igual.
Cuentan que un niño
Algún día te va a encontrar.
Tu amigo de verdad,
En algo más se convertirá,
Siendo ustedes dos,
Una pareja sin igual.
Rojo y negro,
Dos colores sin igual.
Uno es poder y misterio,
El otro es determinación y amor.
Dejaré este poema aquí,
Cuando lo logres entender,
Verás como estos versos dicen más,
Que una nota real.
Hasta entonces te espero,
Siendo tu guardiana,
Tu protectora.
-Storm"
—Que nota más extraña, es como si fuese dirigida a mí, pero no tiene sentido.
—O tal vez tenga más sentido que todo lo que está pasando, ¿No lo crees así? —Escucho una voz detrás de mí, me volteo y no hay nadie —Tranquila, no soy tan mala como parece.
—Entonces si eres mala...—Digo en tono de burla— ¿Por qué no te muestras?— Sugiero, mis nervios son demasiado notorios.
—Por el momento es mejor que sea así, no será la última vez que escuches de mí.
—¡Espera!— Hablé demasiado tarde, nada más me respondió.
"No será la última vez que escuches de mí"
¿Qué querrá decir con eso? ¿Acaso sólo está en mí mente?