Tormenta

Capítulo 10

Lia

Esto es una verdadera locura, ahora tengo a alguien constantemente viendo mis pasos, sumando que está por terminar el tiempo, pero nadie salió antes.

Eso lo causa un Prodigio.

Está confirmado, ésta vez si hay uno entre nosotros.

Tendré que estar al pendiente de Tormenta, podrían usar en su contra el hecho de que aún no usa sus poderes.

Si todos salen a la vez hay altas posibilidades de tener a uno entre nosotros.

Veo a Dimitruk a lo lejos, camino hasta acercarme lo suficiente.

—Ven—Susurro.

Sin decir nada en contra camina detrás de mí.

Voy a un lugar aislado, por seguridad le indico que haga un bloqueo de sombras para que nadie nos escuche.

Obedece.

—Estoy segura que sabías de la chica prodigio—Sentencio.

—Sí, también sé quién es, por lo que no deberías preocuparte por Tormenta, sabes que no le sucederá nada.

Fuerza su voz para mantenerse frío, no quiere mostrar debilidad ante nada.

—Lo sé, pero me preocupa lo que le llegase a pasar si la confunden—Alza la ceja—Necesitamos que consiga un dije cuanto antes.

—Será uno de los mejores que podamos conseguir, uno de piedras semipreciosas encantadas—Suspira—Solo espero que no la dañen antes de eso.

—Necesito saber que está soñando, pero no tengo forma de verlo...—Miro al suelo— O tal vez sí, si tan solo no hubiese sido necesario que le borraran la memoria de ese momento a todos...—Lo veo a los ojos, él sufre tanto como yo, arriesgamos a nuestra hija menor por algo que viene desde arriba.

—Recuerdo el día que te conocí, eras tan...

—¿Tan rara?—Interrumpo lo que iba a decir.

—Yo diría, exótica, algo que no se encuentra seguido—Suena como el niño que solía ser, libre de cadenas, libre de presiones.

—De no ser porque yo no era de aquí, no hubiera problema para ver que le pasa.

—O tal vez ni siquiera nos hubiéramos conocido, la razón de que no eras de aquí nos unió, aunque mi padre nos obligó a casar, pero eso ya es tema aparte—Se ríe a carcajadas.

—Tu padre siempre tan amoroso, recuerdo como conquistaste al público cuando fue tu turno, tu voz era de las mejores.

—Soy el mal y vendré a atacar—Tararea.

—Cómo olvidarlo, simplemente ganaste esa parte.

—¿Y tú? Ganaste con solo mostrar como peleabas, siempre queriendo exterminarlo todo—Ríe sarcástico.

—Poco tiempo después les borraron la memoria, todos olvidaron eso, de no ser porque eras heredero de la ciudad y yo heredera de otra, nunca nos hubiéramos unido, aún así—Suspiro—Nadie recuerda que soy una Ghost.

—Aunque no lo recuerden, tendrás que usarlo, la chica prodigio es una pelirosa, y también es muy peligrosa, quería matar a Tormenta el otro día.

—¿¡Cómo!? ¿Qué sucedió?—Esas palabras me helaron la sangre.

—Si faltara uno, esto no se haría.

—Quería que nadie se enterara, ¿Sabes su nombre?

—Claro—Antes de que me lo dijera golpean la puerta.

—Salgan ahora, ya están despertando—Dijo una voz fuera de a habitación, se escucha lo de fuera pero lo de dentro no.

Nos miramos a los ojos mientras nos besamos; esperando que sea eterno, esperando que todo lo que pase solamente sea bueno.

Expresando que ambos aún somos unos adolescentes que nos queremos como dos niños.

Regresamos caminando de la mano, hace tiempo no estábamos tan bien entre los dos, hace tiempo ninguno de los dos sentía un amor tan puro, tan real, un amor que solo nosotros sabemos interpretar.

Nos sentamos en los mismos lugares en los que estábamos antes, mirando la ubicación de Tormenta, quien aún no despierta.

El resto sí, solo faltan ella y otra chica pelirosa.

Al mirarla bien logro ver que es la misma de la foto.

Tormenta está en peligro, ella va a atacar en cualquier momento.

Necesito hacer algo para salvarla.

Dimitruk está igual o peor que yo, por su mirada dedujo que sabe que sí es la chica, o eso creo.

—Acompañame, sé que hacer—Susurra.




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