Tormenta

Capítulo 16

Tormenta

Bajamos de los vehículos mientras el equipo de apoyo baja unas cuantas cosas.

—Al parecer el equipo que le tocó a Elay no tuvo la misma suerte—Afirma Satu— Por lo que parece llegamos primero.

Segundos después de decir aquello se logró escuchar a la otra camioneta acercarse.

—Chicos, todos entren; no se preocupen por los otros, ya vendrán—Sugirió Satu.

Entramos a un edificio de grandes dimensiones; la puerta es grande y está decorada con oro.
El pasillo por el cual entramos tiene muchos trofeos, retratos y decoraciones en plata.

—Dimitra, Kann, ustedes irán por un lado y Tormenta junto a Rayo por otro—Avisa Satu—; cada equipo irá a una habitación diferente.

Continuamos caminando por aquel pasillo tan extraño, casi al final comenzamos a ver muchas puertas, nos indica a cuál ir y nosotros entramos.

La habitación está en una oscuridad total, no veo nada.

Pero hay algo que resalta.

Rayo tiene tatuajes que brillan en la oscuridad, pareciera que en cada una de sus marcas tuviera luces.

Pareciera que querían que viera eso, puesto que enseguida las luces se encendieron; mostrando que esta habitación es un cuarto para ambos.

No tiene mucho, solo dos camas, un espejo, unas sillas y dos guardarropas.

—¿Son de nacimiento? —Le señalo sus marcas.

—No podría decirte a ciencia cierta si son de nacimiento realmente porque solo las tres marcas con forma de círculos que tengo debajo de cada ojo han estado conmigo desde hace tiempo —Dijo entre risas mientras me miraba a los ojos, los círculos están en escala de más grande al más chico y son de color plateado— Pero probablemente algunas hayan aparecido con los años.

—¿Siempre tienen el mismo color?—Le pregunto curiosa.

—Las de mi cara sí, siempre mantienen el mismo color; pero las que están en mi cuerpo si cambian, a veces a voluntad, a veces simplemente por mi humor—Me miró curioso— ¿Tú tienes?

—Que yo sepa solo la marca con forma de anzuelo que sale de mi ojo y termina en mi mejilla —Me observa detenidamente— No cambia de color, no hace nada, es una marca aburrida.

—Pues a mi se me hace bastante lindo que tengas una marca celeste mientras que tu piel es super pálida —Señala mientras hace que me vea al pequeño espejo en la pared— Parece que con el tiempo tendrás algo más en esa marca, la coloración de tu piel alrededor está cambiando, igual en tu otro ojo —Me señaló los pequeños detalles que la última vez que me miré a un espejo no noté.

—Eres muy observador —Menciono mientras me siento en una de las camas.

Él comienza a sonrojarse.

—Puede ser; también puede ser que como tenga que verte seguido pueda notar los cambios en tu aspecto —Dice irónicamente mientras evade lo que realmente le digo.

—Lo que digas, por cierto —Vuelve a mirarme— ¿Por qué te llamas Rayo?

—Me lo dice una chica que se llama Tormenta, ¿La lógica dónde está? —Como lo suponía, si evade mis preguntas— Primero dime el origen de tu nombre y luego yo diré el mío.

—¿Cómo sé yo que una vez que te diga el origen de mi nombre tu me dirás el del tuyo? —Pregunto incrédula.

—Confianza entre nosotros igual a cero, vamos bien —Evita no reirse pero no lo logra— Te daré el collar que me dió mi madre cuando cumplí seis años, si no te digo el origen de mi nombre, rompelo, será mi garantía de cumplir mi parte; después de todo, el collar es muy importante para mí.

No dijo más y me lo dió; es un collar con una piedra semipreciosa, rodeada por plata.

—Bien, entonces empiezo yo; mi nombre según me contaron tiene que ver con dos sucesos, mi madre se enteró que estaba embarazada un día con una fuerte Tormenta, donde parecía que todo se venía abajo —Me mira como diciéndome que mis padres no fueron originales— También el día que nací me querían llevar los de la ciudad rechazada, por lo que una chica anónima a la que apodaron Storm me salvó —Me mira incrédulo— Realmente no sé cuán real es esa historia.

—Interesante, realmente decir detalles no es lo tuyo —Dice burlándose.

—No pediste detalles, para la próxima se más explícito, gracias —Digo en tono molesto mientras cruzo los brazos.

—Bien, ahora la señorita se hace la enojada —Mira hacia otro lado— De todas formas diré que mi nombre no tiene un significado tan complicado como el tuyo, simplemente mi madre conoció a mi padre cuando a él le decían rayo, por lo que le gustó y por arte de algo no mágico terminó en mi nombre, si te preguntas; a él le decían rayo porque solía enojarse y parecía descargar tanta energía como uno.

—Al menos no me siento tan ridícula con este nombre —Menciono para enojarlo un poco.

—No, no funciona conmigo —Se ríe y me pide el collar, el cual le entrego enseguida.




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