Tormenta

Capítulo 18

Tormenta

Ambos optamos por no separarnos, así pensaremos mejor; aunque podría atraparnos más fácil.

—El edificio es un completo laberinto —Afirma mientras corremos por el pasillo.

—¿Cómo lo sabes? ¿Ya habías estado aquí? —Pregunto; para la mayoría de nosotros esto es nuevo.

—Espera —Interrumpe mi pregunta tapándome la boca con su mano— Creo que está cerca; no hables y sigue mis señales —Susurra.

Atravesamos el pasillo; está totalmente vacío, como si todos hubieran desaparecido.

—Esto es un completo laberinto; lo mejor será bajar, si tenemos suerte saldremos del edificio antes de que nos encuentre—Me observa serio— Solo recuerda esto; por lo que más quieras, no mires atrás.

Se coloca delante de mí, toma mi mano derecha con su mano izquierda, mientras estira su brazo libre.

Cierra el puño con fuerza.

—Sabes defenderte pero no pelear; por lo que si es necesario pelearé por ti—Gira y me guiña el ojo— Somos un equipo, por lo que es necesario protegernos a ambos.

—Pero tu peleas y yo no haré nada, tengo que cuidar incluso de que no debo mirar atrás; soy un estorbo—Me quejo mientras él camina.

—Pues si no te gusta ser un estorbo—Me mira a los ojos— Cuando esto termine entrenaremos juntos, ¿Te parece justo?—Sonríe.

Como negar algo con esa sonrisa encantadora que tiene; sus dientes blancos y perfectos.

—Trato hecho.

Abre el puño de una manera lenta, hace unos cuantos movimientos suaves con su mano.

Estira hacia adelante velozmente su brazo; hilos de agua salen detrás de nosotros creando un túnel que gira en espiral.

Mi cara de sorpresa es más que obvia; él gira la cabeza para verme a los ojos.

—No sabes lo linda que me resultas así.

Mientras mantiene el agua como estaba, sujeta su agarre a mi mano y con la otra hace a un lado mi flequillo.

—No escondas esos lindos ojos, el mundo tiene que ver lo hermosa que eres —Saca la diadema que tenía en el bolsillo— Úsala; quiero ver como te queda.

Con la mano que tengo libre me la coloco de la forma que creo que va.

—No te la quites, eres hermosa con o sin la diadema, pero por hoy; quiero que la uses—Sus ojos brillan.

Se da la vuelta hacia donde se dirige el agua, camina despacio llevándome junto a él.

Crea cortinas de agua que nos rodean, observo todo lo que hace.

Mueve su mano creando unas letras en el aire.

"Tormenta" El agua permite el pase de luz dándole un brillo increíble.

—¿Te gusta? Porque esto no es nada—Sonríe.

—Es increíble—Parezco una niña pequeña mirando todo lo que le llama la atención.

Sonríe mientras deshace la cortina que había formado.

Camina sujetando mi mano.

Me lleva por un camino exacto, bajamos por escaleras que no conocía, pero él sí.

O eso parece.

Es como si esto ya lo hubiera hecho y solo tuviese que repetirlo.

¿Qué esconderás querido Rayo?

Recorremos varios pasillos, bajamos por varias escaleras, atravesamos muchas habitaciones.

Mueve su mano abriendo la puerta principal.

—Listo, ya salimos; ahora hay que escondernos en algún lugar.

Escuchamos un grito, siento como Rayo suelta mi mano.

—Corre; no importa lo que escuches, tu solo corre—Dice mientras me empuja hasta la salida— Te conseguiré tiempo para que puedas escapar, si todo sale bien; nos encontraremos en la cascada cuando el espectro se vaya.

—No me iré sin ti—Sentencio.

—Tienes que hacerlo antes de que sea tarde, Tormenta; tienes que ir hasta la cascada, nos veremos ahí —Se aleja caminando— Es necesario que te vayas.

No me dio tiempo para quejarme; cuando iba a abrir la boca él ya se había ido corriendo.

Me decido en hacer lo mismo, camino esquivando todo lo que pueda hacer ruido.

Me adentro en el bosque tras largos minutos de correr lejos de aquél edificio.

Camino despacio mientras observo los árboles, es casi una total oscuridad estar aquí.
 

Rayo

Necesito ganar tiempo para que pueda esconderse.

El espectro está muy cerca de mí, puedo sentirlo.

Tendré que pelear contra lo que sea que realmente es.

Escucho un chillido a lo lejos.

Suena como si fuera el lugar a dónde se dirigía Tormenta.

Me apresuro en buscar la salida.

Algo sujeta mi pierna.

Tengo una cadena en el tobillo.

Tiran de la cadena, haciéndome caer boca abajo.

—No creas que saldrás de aquí—Exige un hombre alto, vestido completamente de negro.

Me levanto como puedo; la caída fue bastante dura.

Veo al mismo espectro; detrás del hombre.

Necesito llamar su atención, no sé qué tan lejos ella pueda estar ahora.

Me quedo de espaldas a ambos, camino tratando de mantenerme firme mientras tira de las cadenas.

Vuelve a tirar con fuerza de las cadenas, logrando que caiga de rodillas.




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