Tormenta

Capítulo 40

Dimitruk

—Tengo un mal presentimiento —me susurra Lia—. Antes de irse, Luke hablaba demasiado con Lilith, como si supieran que sucederá.

—¿Qué sugieres que hagamos? —pregunto, ella me guía por todo el pasillo mal iluminado.

Al parecer tiene un plan, me guía por todas partes mientras me cuenta de una charla que tuvo con Luke y Lilith hace unas semanas atrás.

—Lo único que puedo agregar, es que protejas a Lilith, si se enteran, está en peligro —advierte mientras me da una nota—; ábrela cuando veas que no hay otra salida, no permitas que alguien más la lea.

Rayo

—¿Dónde está Tormenta? —pregunto.

—Ayudando a Luke a buscar lo que veníamos a buscar —responde Trueno, un poco irritada—; deberías preocuparte por ti.

—¿Qué pasó?

—Esa confusión en ella no es normal —se me acerca—. Me dijeron que tú tienes algo que ver con eso —agrega.

—¿Yo? ¿Enloqueciste? Yo no haría nada en contra de ella.

—Escucha bien —dice mientras se pone a centímetros de mí—. Si algo le pasa, créeme que serás al primero que le electrocutaré el trasero —amenaza.

—Tenemos que irnos todos, ahora —avisa Lilith.

—¿Por qué? ¿Qué pasará con Luke y Tormenta? —pregunta Kann.

—Yaser hará conteo de jóvenes, con que falten solo dos no será muy llamativo, pero si faltamos todos, que actualmente somos once si no omití a alguien, sería darles una alerta —comenta—. Además, ellos dos conocen bien y saben lo que hacen, nos encontraremos con ellos en la noche, síganme.

Bajo protesta caminamos de regreso. ¿Cómo se enteró del conteo? Claro, si es que lo hay.

Tormenta

—¿Qué haremos nosotros dos? —pregunto, Luke se ve preocupado por algo.

—Improvisar —responde mientras observa a lo lejos, es difícil ver entre tanta maleza—; de la misma forma que siempre lo hemos hecho —concluye.

—¿Al menos sabes si estamos cerca?

—Sí —responde cortante.

—¿Sucede algo? —pregunto.

No quiere responder, conozco a mi hermano y sé que algo esconde.

—Luke, responde —sentencio.

—No te rendirás hasta que te cuente, ¿verdad? —Asiento con la cabeza—. Bien, como debes saber; estoy comprometido con la hija de Savannah. Pero por cuestiones de la vida, alguien más me tiene loco, durante mucho tiempo traté de ocultarlo, pero hace unos días me están reclamando una fecha para la boda —suspira desanimado—. No quiero estar atado a alguien que no amo, sabiendo que romperé a quien puede considerarse mi más grande amor.

—¿Puedo saber de quién se trata? —pregunto.

—Se trata de —Observa todo el panorama—. Se trata de Lilith.

—¿Lilith? ¿La misma que casi no habla?

—Sí, ella si habla, solo que todavía no ha conseguido la confianza suficiente en ustedes; es más increíble de lo que puedo describir.

Sus ojos se tornan de un brillo espectacular conforme me cuenta de ella. Puedo afirmar que nunca había hablado así de alguna chica. Está simplemente feliz. En sus dieciocho años; lo han traicionado, han jugado con él, se han burlado de él. Le hicieron tantas cosas, pero aún es capaz de sonreír. Eso es a lo que yo llamo fortaleza, Luke, te admiro, eres la persona más fuerte que conozco. No cualquiera se levanta después de haber acabado en cenizas y sonreír como si nada hubiera sucedido. Si tuviera que compararte con algún animal; sería con un Fénix, renaciendo de sus propias cenizas.

—¿Hace cuánto se conocen? —pregunto.

—Unos tres años.

—¿Cómo se conocieron?

—¿Para qué tantas preguntas?

—Solo responde —Me observa cauteloso. Suspira.

—Bien —se queja—. Había salido una noche; estaba oscuro, pero yo podía ver bien. Podía escuchar que alguien se movía entre la maleza, había una chica, perdida, se le notaba confundida. Decidí acercarme y una cosa llevó a otra, en fin, esa noche cambió mi vida.

Algo evitó decir, no detalló lo que sucedió. ¿Qué esconderás hermanito? Sea lo que sea, en algún momento lo sabré.

Horas más tarde.

Luke derribó a dos personas en las ubicaciones correspondientes, de todas formas no estamos seguros de que sean ellos. Dice que prefiere que no intervenga, aún no estoy lista. Eso dice. Me falta entrenamiento, eso lo tengo claro, aun así me gustaría intentar. Cuando tenía mi edad él ya podía pelear sin problemas.

Pero yo soy diferente.

A él si lo entrenaron. Yo no sé qué sucedió en mi infancia. No la recuerdo, nada. Por más que busque, no hay nada. Hay un vacío que no puedo comprender.




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