Tormenta Black

III

1 de mayo, 2015

Bradley

El semáforo cambio a rojo, detuve el auto.  Observe a lo lejos, pude ver desde donde me encontraba la casa de mi mejor amigo. No faltaba mucho para llegar a su hogar. Pise el acelerador un poco para llegar lo antes posible.

Me estacione una vez que llegue a mi destino. Trote hacia la entrada de su departamento sin perder tiempo. En estos tres meses no lo había visto muy seguido y que quería saber él por qué.

Salíamos a ver partidos, jugar bolos o ir a bares hasta el amanecer, pero últimamente no era así. Era raro. No sabía si estaba ocurriendo algo mal con el, pero quería saber si necesitaba mi ayuda en cualquier cosa que lo estuviera agobiando. Después de vueltas al tema, una vez que amaneció me propuse a ir a su departamento para averiguar que ocurría con él.

Toque la puerta y no paso mucho tiempo en abrirme. Al verme se le formo una sonrisa burlona, rodé los ojos.

–Tanto me extrañas, Nowell –fue lo primero que dijo al verme mientras se hacía a un lado para dejarme pasar.

Colton Wells, mejor amigo desde los ocho años. Nos conocimos en el parque cuando lo había empujado por accidente hacia un charco de lodo y el por venganza daño mi balón de futbol. Desde ese día nos volvimos inseparables junto a mi hermano –de mi misma edad que no sé dónde está en estos momentos –Simplemente la mejor amistad de hermanos, porque así era. Lo consideraba como un hermano

–Solo no tenía a quien molestar –respondí simple encogiéndome de hombros para no quedar como un cotilla. Me senté en el sillón cogiendo el control de la televisión encendiéndola esperando que el llegara donde estaba. El llego al poco tiempo ofreciéndome una lata de cerveza que cogí con gusto. – ¿Qué demonios has estado haciendo que estas muy desparecido? –pregunte curioso sin despegar la mirada de la televisión cuando encontré un canal que estaba transmitiendo un partido de futbol.

Lo mire de reojo cuando suspiro ladeando la cabeza lanzándose a lado mío sentándose en el sillón.

– ¿Te acuerdas que hace tiempo te hable de Charlie? –pregunto. Asentí frunciendo el ceño sin comprender que venía su desaparición constante con su primo. Charlie, es su primo si no me equivocaba. Demasiado problemático que toma y bebe como si no hubiera un mañana. Hasta para mí me parecía en exceso sus cosas y eso que le gustaba también la juerga. –Pues desde hace casi cuatro meses que está viviendo conmigo –explico bebiendo su cerveza mirando ahora el partido. Abrí los ojos en par en par casi escupiendo la cerveza. Eso no me lo esperaba.

– ¿En serio?

–Si –asintió –Pero pensé que al irse de casa y cambiar un poco de aires mejoraría su comportamiento, pero me equivoque. Sus noches de locura siguen iguales o peores –murmuro decaído con el rostro cansado. Me sentí mal por el.

Hace más de nueve o diez meses me había enterado accidentalmente que su primo, Charlie. Se iba de fiestas, se emborracha, drogaba y que más de una ocasión tenía que sacarlo de la cárcel. Una completa mierda.

Nunca Colton me había contado el motivo de que se comportaba así, suponía que él tampoco lo sabía.

– ¿Sigue igual su comportamiento? –pregunte. Soltó otro suspiro, pero esta vez de desespero.

–Está peor que nunca.

¿Peor que nunca? Vaya, pobre muchacho. No sabe que más hacer con su vida que hace pura mierda. Algún día tendrá que tocar fondo y se dará cuenta todo lo que es. O lo que fue.

Nos quedamos en silencio, no sabía que decir así que opte por seguí bebiendo mi cerveza concentrándome en el partido.

– ¿Cómo así no estas con tu hermano? –pregunto de la nada mirándome confuso. Ahora fui yo quien soltó un suspiro.

Mi hermano, James Nowell. Siempre fuimos y somos muy unidos. Cada vez que salía él también lo hacía. Pero en estos últimos meses eso cambio. Ahora el sale solo en las noches y llega a altas horas de la madrugada. Se me estaba haciendo muy raro su comportamiento que llegue al punto de preguntarle qué pasaba a nuestra madre. Lucia. Lo único que me supo responder que el salía con una chica.

–Sale con una alguien –respondí haciendo una mueca. El frunció el ceño

– ¿Y? –pregunto. Lo miré sin entender –Cada vez que alguien de los dos tiene novia o ligue siempre se ponen a ustedes primero que a ellas –asentí concordando todo lo que hablo. Era totalmente cierto, pero como había dicho de un momento a otro cambio. Ahora solo pasa poco tiempo en la casa y se va – ¿Conoces a la chica? –pregunto curioso. Negué.

–No, pero mama si – encogiéndome de hombros –Al parecer ella se quedó a dormir una noche cuando yo no estaba –explique.

Escuche el sonido de una puerta cerrándose seguida de una maldición de mi compañero que estaba al lado mío.

–Ni siquiera espero que sea de noche para largarse –gruño Colton casi echando humo por las orejas. Lo mire sin entender –Charlie se acaba de ir –se restregó las manos por el rostro frustrado.

– ¿Y dónde se fue? –pregunte

–Ese es el maldito problema, que no se –respondió hundiéndose en el mueble.

Diablos.

Fue un poco tenso el ambiente, podía sentir la desesperación de lo amigo. Después de que se había marchado su primo, Charlie. Pasamos el resto de día viendo partidos de futbol y una que otra película de comedia. Cuando eran casi las cuatro de la tarde, cogí el teléfono y marqué a la pizzería. Después de comer y beber nuevamente cervezas jugamos videojuegos.

En un momento mi mente viajo a la conversación que tuvimos en la mañana sobre su primo. Aun no comprendía como ese muchacho se esté consumiendo por su propia cuenta y sin la ayuda de nadie.

Solo por el mismo se esté cayendo en un abismo oscuro.

–No crees que este saliendo con alguien –comente sin despejar la mirada de la pantalla mientras jugaba con el mando de la consola.

El me miro con sorpresa, comprendiendo que me refería a su primo.




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