Tormenta Black

XVIII

17 de Julio, 2015

Bradley

Me detuve en un bar a comprar algo de tomar –era el local más cercano que encontré – después de correr por casi tres horas. Me sorprendí al encontrar ya un grupo de personas ya que aún no era más de medio día. Supongo que algunos ya vienen a beber porque es viernes.

A medida que me adentraba al bar pude escuchar gritos de aliento. Fruncí el ceño y me acerqué a ver qué era que los tenía tan alborotados. Me sequé el sudor de la frente y me senté en el taburete.

– ¿Qué están viendo? –pregunte al barman que se me había acercado a tomar mi orden.

–Combates de los mejores boxeadores –respondió –El dueño quiso que disfruten un poco del día, además quería hacer algo de especie de tributo o algo así –comento. Asentí

Observe el televisor de pantalla grande que estaba en medio del bar. Pude escuchar los gritos y alaridos del público que estuvo en ese combate. De repente los gritos se incrementaron cuando las luces fueron apagaron –pude lograr divisar ya a un peleador en la lona – apareciendo unas luces intermitentes.

– ¡Señores y señoritas, así como lo pidieron! –exclamó con emoción.– Hoy tenemos una de las mejores peleas esperadas. –hablo un tipo de tez blanca con traje. Era el anfitrión –Tenemos aquí al duro. Al más temible de todo boxeo en la historia. –Miro hacia un costado –El gran Seth Price. ¡La furia Black! –exclamo con euforia en el momento que aparecía un pelinegro vestido con unos pantalones cortos, sus vendas y protector bucal ya puesto. El público se enloqueció.

Su mirada era fría sin ningún tipo de sentimiento logrando intimidar cualquiera que pasara por su lado. Cuando estuvo en la lona enfrente de su contrincante pude ver que sus ojos se transformaron en furia pura. Haciendo que su apodo tome vida. Q

Cuando escuche la campana sonar dio inicio a la pelea.

El contrincante fue el primero dar en primer golpe, pero al parecer él fue más rápido logrando esquivar con éxito ese puñetazo que lo podría dejar fuera. Con un rápido movimiento le lanzo un gancho en el estómago logrando dejarlo sin aire, pero en ese mismo momento le dio un golpe en la mandíbula logrando que cayera. Sus golpes eran fuertes y concisos. Fruncí el ceño cuando vi a su contrincante ponerse de pie mientras se tambaleaba, sus golpes parecían haber sido casi letales. Él lo miraba con superioridad esperando que se recomponga.

Los gritos aumentaban a medida que el tiempo pasaba, alentándolo. Mujeres que se ofrecían ser su premio y hombres que alababan sus movimientos. Rodé los ojos, engreído.

De repente su postura cambio mostrando una más intimidante de la que ya tenía. El verdaderamente estaba furioso cuando su contrincante le susurro algo mirando hacia un lado de él.

Grave error.

Si antes estaba furioso ahora ya no sabía cómo llamarlo. Comenzó a golpearlo sin cesar. En el cuerpo, en el rostro, en los costados logrando que varía partes del cuerpo de su contrincante comenzara a sangrar. Pero sin medir nada su contrincante le lanzo un gancho directo en el pómulo lastimándolo, haciendo que su labio se partiera. El negó con la cabeza repitiendo su golpe lográndolo noquear.

Con un solo golpe en seco lo noqueo. Hizo un KO sorprendiendo a todos que habían ahí. El anfitrión rápidamente subió a la lona declarándolo ganador pero el casi no prestaba atención. El miraba a un lado del cuadrilátero con el ceño fruncido.

–Fanfarrón –bufe poniendo los ojos en blanco.

–Uno de los mejores boxeadores no es así –comento un chico sentándose a mi lado, ladeé mi cabeza –Yo estuve en esa pelea. Muy de lo más alucinante como se ve en la televisión –rio bebiendo un poco su cerveza.

– ¿En serio? –pregunte.

–Si –El asintió orgulloso –Sobre todo cuando hizo ese KO –miro de nuevo hacia el televisor donde estaban reconociendo al boxeador que había ganado –El realmente se enfureció. Realmente no quise estar en el pellejo de este tipo. –negó con la cabeza.

–Su contrincante le había murmurado algo antes de que perdiera la razón y lo atacara a golpes –comente.

–Él había ofendido a su novia –hablo mientras se despeinaba su cabello. Lo mire sorprendido ¿Así que por eso había perdido la cordura? Quién lo diría –Si lo vez –me señalo de nuevo el televisor –Ahí estaba ella, su novia a lado de ring. –como pude logre ver una cabellera rubia que resaltaba de todo lugar.

Observe como todos los del público trataban de acercarse a él, pero los aparto hasta llegar a lado de su novia y sacarla de ese gran tumulto de gente. Protegiéndola con su cuerpo.

–Cómo es que un tipo así de rudo tiene esa novia que refleja ser como un cristal –dije a mi mismo cuando logre visualizarla de espaldas, pero al parecer el chico que estaba a lado mío logro escuchar junto que el barman que se había acercado a nosotros.

–Todo aquel que los conocía se preguntaba lo mismo –dijo el barman apareciendo –Yo fui una de las pocas personas que vi que su manera de ser era diferente cuando estaba con ella. Fue algo realmente bueno de ver. –Dejo su bebida en la barra –Ni con su propio hermano se comportaba así. Era como si ella fuera su luz –se encogió de hombros

–Es verdad –apoyo el chico de mi lado. Se giró al barman – ¿Es cierto que sus amigos están aquí en Londres? –pregunto

–Así dicen. Ya sabes que ya se acerca la fecha, además tienen que estar junto a ella. No pueden dejarla sola otra vez. –respondió haciendo una mueca.

– ¿Qué fecha? –pregunte curioso

–No lo sabes –frunció el ceño. Lo mire sin entender –El... ¿Dylan? –pregunto mirando hacia mis espaldas con los ojos casi desorbitados. El realmente estaba sorprendido.

Me gire ver como entraba un castaño al bar dirigiéndose directo donde se transmitía la pelea de boxeo. Observe con mi rabillo de ojo al chico de mi costado que parecía ver visto fantasma. Fruncí el ceño sin entender nada.




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