Tormenta Black

XXXI

27 de septiembre, 2015

Charlotte

Me cuesta pensar por unos instantes con claridad, es decir, no creía nada de lo que estaba sucediendo en estos momentos. Mi pensamiento solo se encontraba dónde estaba el medico firmando mis papales para darme el alta. Fruncí el ceño, algo no cuadraba en todo esto.

– ¿Entonces Charlie puede ir a casa? –volvió a preguntar Colton igual de incrédulo. El medico asintió sin despegar la mirada de los papeles que rellenaba.

Lo observe detalladamente. No recordaba verlo visto desde que me internaron, estaba completamente segura de eso. Aquí está sucediendo algo extraño.

–Todo está terminado señorita Black –se acercó el medico hacia mí –En el momento que desee usted podrá retirarse de nuestras instalaciones –me brindo una pequeña sonrisa. Enarque una ceja por tanta dulzura de su parte.

–Gracias –fue lo único que respondí.

–Antes que se me pase –volvió la vista hacia mi primo –Tiene que retirar algunos medicamentos que ella tendrá que tomar como se lo indiquen en la receta que le darán en farmacia por cada remedio –explico. —Lo tiene que hacer al pie de la letra. ¿Entendido?

Colton asintió sin poder articular una palabra, de esta manera el doctor se retiró un momento después. Después saco su móvil donde comenzó a teclear con furia. Me preguntaba a quien le escriba con premura. Después de redactar su mensaje, sin decir nada salió de la habitación no sin antes darme una última mirada. Me imaginaba que iba a retirar todos los medicamentos que había dicho el médico.

–Estos días han estado tan extraños –hable a la nada.

Suspire, todo parecía fuera de lugar. Como si las cosas que hiciera marcarían de alguna forma mi futuro o en todo caso mi presente.

Han pasado ya diez minutos desde que mi primo se fue. Cerré los parpados por un momento, descansaría los ojos hasta que el regresara, pero al parecer el sueño aparecía en peor momento. Pestañe un par de veces tratando de alejar el sueño, pero no funciono.

» No importa el tiempo que pase, te esperare hasta el final de mis días mi hermosa Lottie «

Me levante de golpe con la respiración agitada. Mire a mi alrededor desorientada, trague saliva. Había escuchado su voz, su melódica voz ronca que tanto extrañaba. Me puse la mano en el pecho sintiendo un dolor que me hacía querer gritar.

– ¿Estas bien Charlie? –pregunto una voz cerca de mi rostro. Elliot

–Eso creo –susurre sin entender nada.

–No estoy de acuerdo de que te hayan dado el alta tan pronto. Todavía te falta de recuperarte –gruño. Me encogí de hombros. –Te dejare esta muda de ropa para que podamos irnos de una vez de aquí –señalo la mesita donde estaba un calentador y una sudadera. –le iba a decir que no podría cambiarme por la vía del suero, pero esta no estaba –una enfermara te lo quito cuando estabas dormida –explico al ver mi mirada confusa.

–Oh

–Te esperare afuera –beso mi frente para después salir de la habitación.

Me levante de la cama a la vez que estiraba mis músculos. Quite de mi cuerpo el pijama que tenía puesta y la sustituí por la ropa que me había dicho Elliot. Fruncí el ceño, cuando observé una rosa azul en la ventana. A debajo de esta encontré un sobré, no tenía remitente. Haciendo caso a mi curiosidad abrí la carta, alcé una ceja a leer el contenido de esta.

Seguro te has sorprendido cuando te dieron el alta, pero te dije que te iba ayudar y tengo palabra de caballero. Tranquila, todo estará bien. Aunque parezca una locura lo que hago, confía en mí.

Bx

Después de tener nuestra última conversación no lo había vuelto a ver. Lo único que no desaparecía eran las flores, siempre a lo que amanecía encontraba una en el florero. Releyendo por última vez la carta la guarde en los bolsillos del calentador.

–Al fin pude salir de esa mierda –escuché decir a Colton. Al aparecer recién llegaba.

–Aun no creo que sea conveniente que salga del hospital –dijo contrariado Elliot.

–Para mí tampoco y más cuando me dieron todo esto –abrí la puerta encontrándolo mientras alzaba una funda grande, muy grande llena de medicamentos –En serio, siento que tengo todo el hospital en esta jodida funda –paso una mano por su cabello.

–No seas exagerado –rodé los ojos –Vámonos, ya es tarde. –le corte el rollo caminado hacia pasillo que conducía a la salida mientras escuchaba sus pasos atrás mío.

Realmente no entendí lo qué Bruno quería, pero no perdía nada en confiar en él. Total, a estas alturas de la vida se tenía que arriesgar la vida hasta por un extraño.








 

30 de septiembre, 2015

Charlotte

Realmente no me molestaba las atenciones que me daban mi primo y Elliot –Marie no lo hacía porque no sabía nada de lo que había sucedido antes y después que había ingresado en el hospital –pero ya estaba llegando al punto de sentirme sofocada de tantos cuidados de parte de ellos. Por otro lado, también estaba intranquilidad al no poder tener contacto con mi gran amigo James, la última vez que lo vi fue en el bar. Estaba inquieta y no podía disimular.

Quizás, parecía que era una mal agradecía por no valorar todo lo que estaban haciendo por mí, pero no me sentía bien estando de esta manera. Aunque no viviera plena y feliz como antes, me había acostumbrado caminar sola por las sombras sin que nadie estuviera literalmente atrás de mi cada diez segundos. Era incómodo.

Cerré los ojos masajeando mi sien, hasta la habitación donde me encontraba se podía escuchar como discutían sobre cómo se organizarán mañana para que de esa manera yo no pueda quedarme sola. No era tonta, ya sabía que Colton había faltado a clases tres días contando este.




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