Tormenta Black

LII

***

– ¿Puedes continuar? –pregunto un juez acercándose a mí. Asentí sin poder hablar.

Me miro de arriba abajo para luego negar con la cabeza y se retiró, como que si ya diera por sentado que estaba vencida. Hice caso omiso y me acerqué al centro del ring ignorando todas las miradas incrédulas que estaban sobre mí.

El público estaba eufórico.

– ¡Charlie no lo hagas! –pronuncio Marie abriéndose paso entre la multitud acercándose a mí. La mire por encima del hombro –Por favor, déjalo ya –su voz se rompió en la última palabra mientras se sostenía por Colton. Negué con la cabeza mientras la miraba llorar desesperadamente, respiré profundamente.

–No puedo. No ahora –dije segura –Voy a terminar con todo esto –murmure

–Charlotte... –comenzó a decir. Le di una mirada a Elliot para que fuera en consuelo de su madre. Marie se derrumbó en el pecho de su hijo mientras sollozaba.

–Esta es la última pelea –susurre

Todo volvió a comenzar. La pelea inicio.

Eran los últimos minutos para que el combate finalizara. Sin importarme nada, me lance contra de ella, esta vez para finalizar esto. Aún cuando mi cuerpo pedía a gritos que le diera un descanso, no lo haría.

—Charlie —era la voz de papá. Estaba muy cerca. —No te rindas, no puedes hacerlo. Estoy muy orgulloso de ti. —mordí mis labios y mis ojos de cristalizaron. Pero seguí en mi lucha, en mi camino de redención.

No podía seguir así, tenía que cerrar esto. Este sueño que una vez comencé con el amor de mi vida y que en este momento me tocaba continuar a mi sola.

Dolía, dolía muchísimo. No muchos me entendía, no sentían lo mismo que yo. A ellos no les arrebataron el amor de su vida, no fueron ellos que vieron como su mundo se desmorono en un solo segundo. Podía estar segura que cada persona que me vio consumirme cada día que pasaba sentía lastima por mi y pensaban que con el tiempo se iría todo mi sufrimiento.

Pero no fue así. Ya dos años y algunos meses y sentía como si fuera el primer día en que estuve sin él. Sin su amor.

Le di un cabezazo al mismo tiempo en que asestaba un gancho derecho en el rostro tumbandola por completo.

Regresa a mí.

Cada vez se hacían más fuerte esa voz en mi cabeza que era imposible ignorar. El referí comenzó a contar nuevamente. Sin confiarme, estuve lista por si se volvía a levantar.

Mi pequeña Lottie vuelve a mi...

Sentí una opresión en el cuerpo que me estaba impidiendo respirar. La cuenta del referí estaba llegando a su fin.

Alce la mirada para ver a toda mi familia y a todos que en el camino se convirtieron en miembros de ella. Mi vista estaba borrosa, no podía observar nada.

La cuenta llega a su fin. Ella no se volvió a levantar.

Gane.

Después de todos lo que pase, por fin pude decir que cumplí con esto. Que realice nuestro sueño. Porque esta victoria no sólo era mía, sino también de Seth.

Aunque ya no esté conmigo, yo lo seguiré amando a pesar de todo. No me importa que la muerte se interponga. Yo estaré con el tarde o temprano y nadie me volverá a separar de él. 

Nadie.

Un fuerte ruido me hizo aturdir tan fuerte que no fui capaz de mantenerme de pie. Un dolor en el pecho se volvió tan fuerte que caí de rodillas al frente de todo sorprendiéndolos. Los que estaban alrededor de mi trataron de ver lo que me sucedía, pero era muy difícil de explicar cuando ni yo misma lo sabía.

¿Me estaba muriendo?

Aún con esfuerzo logre ver que todos los que vinieron acompañarme en este día a'tan importante. Mi familia y la familia que había formado con los años se acerco al ring subiendose desesperadamente hasta llegar hasta mi. A lo lejos pude ver a Bruno hablando por teléfono preocupado.

No pude observar nada más, de  repente todo se volvió negro.

Me perdí una vez más en la oscuridad.




 

Abrí los ojos completamente desorientada. Me encontraba en una habitación blanca y vacía. Me asuste.

¿Morí?

No, no era posible. No con esa cantidad de golpes. Algo estaba mal aquí.

Trate de levantarme y me quite todos los cables que estaban conectados a mi cuerpo. Camine algunos pasos cuando de repente una mujer apareció sobresaltándome.

Mierda.

Si no morí por lo golpes, moriría por los sustos que estaba recibiendo. Mi corazón no estaba para soportar eso.

Eran suficientes con los que ya había recibido.

—Charlotte —habló luego de observarme por un buen rato. —Todo lo que has vivido y has experimentado no cualquiera lo hubiera soportado.

—Lo sé —dije sin pensarlo dos veces. — ¿Quién eres? —pregunté a la mujer de cabello castaño.

—Soy Bonnie. —respondió simple. Me sonaba su nombre, pero no lograba recordar de donde. — ¿Si tuvieras una segunda oportunidad para volver a la que era tu vida la aceptarías? —me pregunto ahora ella a mi.

Mi corazón se detuvo. No tenía que pensar mucho, sabía lo que quería. Lo que deseaba desde el fondo de mi corazón y alma.

—Si —dije segura, sin titubear.

—Las llamas gemelas no se pueden separar. Elegiste tu camino.—No entendía nada y ella poco a poco comenzaba a desparecer como si fuera una ilusión. —Y volverás vivir con todo lo que anhelas. No desaproveches esta oportunidad.

— ¿Qué? No entiendo, que quieres decir. —trae de acercarme a ella buscando respuestas.

—No hay que entender nada cuando tu corazón sabe lo quiere. Nos volveremos a encontrar Charlie...

—Espera... No te vayas, que sucede a...

No pude seguir hablando. Era como si algo me impidiera hacerlo. Todo se comenzó a tambalear que no podía mantenerme de pie.




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