Tormenta Black

LIV

Charlotte

Me restregué los ojos, poco a poco mi cuerpo estaba recobrando su movilidad. Tenia que hacer terapia casi todos los días para acelerar el proceso y volver a estar como antes.

Creo que la mayoría de las personas que trabajaban aquí se acostumbraron tanto a Seth que no le dicen nada porque duerme conmigo y saben que el tiene cuidado de no lastimarme. Me levante con ayuda de la enferma y mirándome con complicidad ninguna de las dos trato de despertarlo.

 Me senté en una silla de ruedas donde me llevarían hacer una rápida revisión con rayos x. Esperaba volver antes de que se levantara, no quería preocuparle. 

Después de que desperté del coma, al día siguiente me hicieron ver a un doctor en otra clínica para que me evaluara y asegurarse de que todo estuviera bien. Ese día lo vi tan exhausto que no le avise a donde me llevarían.

Seth se había levantado sobresaltado buscándome por todos lados, desesperado pensando que todo lo que sucedido el día anterior había sido un sueño y al no encontrarme pensó lo peor.

Fue una suerte que apareciera su hermano y lo calmara. Mi niño estaba devastado sin saber de mi. Sin evitarlo, me acerque a la cama y le di un pequeño beso  en los labios. 

De camino a la  sala de laboratorios, vi a los lejos como Travis junto a Dylan se subían al elevador. Max sin percatarse de mi, camino hacia donde estaba con la vista en su celular. Como la enferma fue a recoger algo que se olvido en recepción, decidí hacerle una pequeña broma a mi amigo.

Reí casi a carcajadas cuando logre tirarlo al suelo con mi silla de ruedas. El rápidamente se giro para mandarme al diablo, pero solo rodó los ojos cuando vio quien fue el causante de su caída. Sonreí inocentemente. 

-Solo porque Seth es capaz de matarme no te devuelvo la caída -asentí riendo. Tenia razón, mi novio era capaz de hacerlo trizas. -Es bueno verte con esos ojos abiertos Charlie. -esta vez fue mi turno de rodar los ojos.

Ese era ahora el típico saludo que utilizaban conmigo o sino me decían la bella durmiente. Tan idiotas como siempre, aunque se hayan dejado crecer la barba como una clase de apoyo hacia su amigo. Se puede decir que les da una apariencia de hombre más maduros que en realidad es todo lo contrario.

-Estas lista. -apareció en el momento justo la enferma antes de que me lanzara hacia el imbécil de mi amigo. Asentí, quería volver a la habitación con mi Seth.

- ¿Van hacerte otros exámenes? -pregunto Max guardando su celular. -Te acompaño. -me encogí de hombros dejándolo acompañarme.

Se puede decir que desde que desperté, ninguno de ellos me dejaba sola. Ellos trataban de ayudarme en todo lo posible, para que de esa manera Seth pudiera descansar. Y eso estaba bien para mi, el ya me cuido lo suficiente.

Ahora me tocaba hacerlo a mi. 

Luego de terminar los exámenes, llamaron de urgencia a la enfermera que estaba a cargo mio. Como esta no podía dejarme así por así, decidió llamar a otra de su compañera. Pero nuevamente mi amigo intervino y se hizo cargo para llevarme de nuevo de regreso al cuarto. Cuando estuvimos afuera de mi habitación se escuchaba demasiado ruido, fruncí el ceño.

- Tienes que calmarte, ella ya volverá. -era la voz jadeante de Dylan

-Mierda. -se quejo Travis. -Hasta inmovilizado eres capaz de golpearnos. Da miedo.

Le hice una seña a Max para que entremos de una buena vez, no quería que nos vinieran a regañar por el escándalo que había.

-Estoy aquí amor -dije suavemente llamando su atención entrando a la habitación. Y como si solo fueran unas plumas, se deshizo del agarre de Dyan y Travis. Es el demasiado fuerte. 

Con sumo cuidado me ayudo a regresar a la cama. Acaricie su rostro y junte nuestras frentes. Estaba completamente enamorada de este hombre gruñón. Es el amor de mi vida.

-Yo... lo siento. -se disculpo por el alboroto. 

-Tranquilo. -se que todo lo que paso cuidándome no va a desaparecer de un momento a otro. Aún creía que esto era un sueño, temía darse cuenta que nada era real. 

Lo entendía, realmente lo hacia. También me daba miedo levantarme una mañana y que el no estuviera a mi lado. Los dos años que supuestamente viví fueron los peores, creer haberlo perdido  rompió mi corazón por casi hacerlo añicos. 

Yo no soportaría otra vez estar sin el. 

-Te amo tanto -susurro con su voz ronca. La única voz que me cautivo al escucharla por primera vez. -No me alcanza las palabras para expresarte todo lo que siento por ti.

Lo envolví con mis brazos  aferrándome lo más posible a su cuerpo. No necesitaba nada si el estaba junto a mi. Quizás en la otra realidad que estaba viviendo tuve algunas oportunidades para volver a enamorarme, pero sabría que ninguna de ellas funcionaria.

No eran Seth.

Nuestro amor es único.

-Me encanta ver tu lado cursi, hermano. -comento Elliot ingresando al cuatro. Escuche el gruñido de mi novio y simplemente reí. 

-Vete a la mierda. -escupió Seth mirándolo mal, pero sin soltarme.

-Deja el mal humor cuñado. -apareció Drew sonriéndome.

Toda mi familia se turnaba para venirme a ver cada vez que podía. Cuando se enteraron de que desperté no hubo nadie que no haya venido a verme. Ese día todo el pasillo de este piso se lleno, todos estaban llorando de la felicidad. Creían que nunca despertaría.

-No molesten a mi amigo, que es capaz de golpearlos sin importar estar inmovilizado. -dijo irónico Travis. Esta vez Max no se pudo aguantar y lanzo una fuerte carcajeada contagiándonos a todo.

Mire a Seth, el también sonreía de manera discreta. Para el, todos estos hombres que se comportaban como niños son como sus hermanos. 

-Nos venimos a robar a tu novio hermanita. -le preste atención cuando dijo eso. De inmediato mi chico gruñón lo miró mal.. -Tiene que bañarse y cambiarse de ropa. -comento distraído.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.