Tormenta Black

Epílogo

Mire por ultima vez mi habitación sacando la ultima caja donde estaban metidas todas mis cosas personales. Estaba continuando con mi vida y me llenaba de felicidad hacerlo con Seth. 

Quizás nadie me hubiera entendido como no había superado aquel amor que creí haber perdido. Pensaban que el tiempo lo curaba todo, pero no es así. Cada día que pase viviendo una realidad que no era la mía, mi corazón se terminaba de romper y de paso rompía mi alma.

Había pasado casi tres años desde que tuve aquel fatídico accidente que me causo estar en coma durante casi un año completo. Todo cambio, y sigue cambiando. Pero todas las personas que mas apreciaba estaban conmigo, hasta Bruno que se las arreglo para ser amigo de mi celoso novio. 

- ¿No falta nada más? -pregunto Aiden arrancándome la caja de las manos. Negué con la cabeza. - Bien, dejare esto en el auto. 

Me recogí el cabello y baje hacia la cocina, prepararía un poco de jugo para todos. Sonreí cuando me encontré con mis padres abrazados, mamá estaba llorando. Hice un poco de ruido para llamar su atención, pero al verme mi madre se acerco a estrecharme en sus brazos mientras humedecía mi camiseta con sus lagrimas.

-Tranquila. -acaricie su cabello tratando de calmarla.

-Mi niña ¿Cuando fue que creciste tanto? -pregunto mirándome con sus ojos brillosos.

-Mamá no me voy tan lejos. -sonreí sin poder evitarlo, había tenido la misma reacción que Marie. 

Mi amado Seth  y yo habíamos comprado un departamento con todos nuestros ahorros. Hoy era el día de la mudanza. Todos nuestros amigos nos estaban ayudando y acompañando dando este gran paso para nosotros. 

No podía borrar mi sonrisa en ningún momento, todo se sentía correcto que mi corazón estaba lleno de felicidad. 

Estaba feliz junto a la persona que mas amaba y me amaba como a nadie. Con su única manera de amarme con locura. 

-Estamos tan orgullosos de ti, en la mujer en que te convertiste. -mi padre se puso al costado de su esposa. -Y me siento dichoso al saber que con quien compartirás tu vida no es nadie menos que Seth.

-Lo hemos visto crecer contigo que no tengo duda en el gran hombre que es ahora. Aquel que te ama incondicionalmente. -añadió mamá limpiándose sus lagrimas. 

Tenia razón, para nuestro amor no había barreras. Ni la propia muerte podía separar nuestro hilo rojo del destino.

En ese momento mi hermano ingreso a la cocina con una charola con vasos encima de ella. Al parecer se me había adelantando y les llevo refrigerios a todos. Sonreí agradecida. 

-Seth te esta buscando Charlie. -me aviso. Asentí y les di un beso en la mejilla a todos despidiéndome.

Ahora iríamos a la casa de Marie a terminar de recoger las pocas cajas que faltaban. Sali de la casa y me encontré con el hombre que tenia mi corazón de espaldas. Sin hacer ruido me acerque a el y lo abrace sin importarme que estuviera sudado. Me gustaba sentirlo cerca de mí.

-Mi pequeña Lottie. -se giro y sostuvo con sus grandes mi rostro mientras lo miraba hipnotizada.

Cada día que pasaba mi amor hacia el se hacia cada vez más grande. 

-Venga, vamos. Aún nos queda trabajo que hacer. -dijo  Elliot apareciendo de la nada dañando el momento. Su hermano le gruño llevándome con el. Este no pudo más que reír al ver la acción de Seth.

Nos subimos en la camioneta negra que nos había prestado papá para transportar todas nuestras cosas. Sonreí, no le podía pedir más a la vida. Aunque pasamos por una situación difícil que puso aprueba nuestro amor salimos victoriosos y más fuertes que nunca.  

Menos de díez minutos llegamos y Marie ya nos esperaba en la entrada de la casa. Salí del auto con ayuda de mi amado Seth y fuimos directo hacia su madre, los otros llegaron minutos después. 

Mi novio me dio un pequeño beso antes de entrar a su hogar y comenzar con el trabajo, aunque quería ayudar el me dijo que no era necesario. Me encogí de hombros y me dispuse a seguir a Marie, pero alguien sostuvo mi mano impidiéndome dar otro paso.

Era Noah.

Lo mire sin entender antes de que Dylan se uniera a el. ¿Que sucedía con estos dos?

-Te separamos una cita para que te hagas un análisis de sangre. -los mire sin entender. -Has estado un poco rara y queremos quitarnos la duda de que no sea nada malo. -los mire con sorpresa. Pensé que nadie se había dado cuenta que en estos últimos días tenía muchos mareos y algunas veces vomitaba.

Los mire sin decir nada, realmente estaban preocupados por mí. Desde que salí del hospital, todos me cuidaban y no me molestaba que lo hicieran. 

-Todos nosotros te cubriremos .-asentí comprendiendo. El tema de mi salud era muy delicado por tocar y más para Seth. 

-Entiendo, regresare lo más pronto posible. 

Acepte las llaves del coche de Max y salí rumbo a la clínica. No tenia temor manejar un auto a pesar de que tuve un accidente con este. No tarde mucho en llegar a mi destino gracias algunos atajos que tome. Revise mi celular y vi un mensaje de uno de los chicos con todos los datos de donde tendría que hacerme esos exámenes.

Fui directo hacia la salita donde estaba una enferma que me llevo a una habitación para sacarme sangre. Una vez que lo hizo, tenía que esperar media hora para que dieran los resultados. Me senté en unas de las banquetas que estaban cerca de aquí.

Esperaba que el tiempo pasara rápido, no quería que Seth  se diera cuenta que no estaba. 

-Te encontré. -dijo alguien a mi lado. Esa voz me sonaba familiar, levante la mirada y me sorprendí al encontrarme con aquellos ojos que me consolaron hace mucho tiempo. 

-James -susurre.

-Te busque por varios años. -paso las manos por su cabello. Necesitaba encontrar aquella chica de ojos tristes que se estaba metiendo en mis sueños.

-Yo... -trate de decir algo, pero una enferma salio avisándome que los resultados estaban listos. Me debatía si irme o no, pero este sonrió levantándose de la silla.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.