Tormenta eléctrica.

II

Después de unos cuantos minutos después, la chica estaba igual o quizás más angustiada de lo que se encontraba en un principio.

Llevaba mucho tiempo esperando noticias sobre su madre, pero era la hora en la que ni su padre se le había acercado.

La paciencia se le agotaba a la vez que el miedo aumentaba...

 

Pasaron aproximadamente 2 horas más cuando lo que tanto esperaba se aproximaba. El doctor que en un principio atendió a su madre acompañado de su padre se acercó a ella...

El semblante de su padre frío y sin expresión alguna la atemorizaba.

 

El doctor Demián comenzó a darle un sermón brevemente eterno a los oídos de Christian... 

Ella sólo se preguntaba si su madre estaba bien o no.

Pero sus dudas se aclararon después del discurso de el generoso doctor que había aceptado darle la terrible noticia a la joven.

Tan solo cuatro palabras bastaron para destruir, derrumbar, destrozar a la pobre chica de quince años... "Tu madre ha muerto".

Sintió como si le hubieran apuñalado el corazón.

La pobre adolescente ni si quiera lo podía procesar en su cabeza.

Sus piernas se le doblaron involuntariamente dejándola en suelo, de rodillas, sollozando como nunca antes lo había hecho 

A su padre le empezaron a salir las lágrimas aún teniendo su rostro sin expresión... parecía un muerto.

Aunque el doctor ya estaba acostumbrado a este tipo de situaciones sumamente tristes, aquel malestar en la garganta que conocemos como nudo se hizo presente, acompañado de una par de lágrimas que comenzaban a caer por las mejillas de aquel buen hombre. Sentía la empatía con estas dos personas en su triste y doloroso episodio.

"No le deseo esto a nadie", dijo el doctor en sus adentros.

 

 




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