Tormenta en la noche.

Capitulo 3º El viaje sin fin

Son las ocho de la mañana, y Zoé esta desayunando con su familia.

—¡Hermanita acuérdate de traerme algún regalito de allí!

—¡Claro que sí! Os traeré un regalo a cada uno, no te preocupes.

—¡Desayunar chicos! Que dentro de un rato nos tenemos que ir, y no sabemos cuánto tráfico nos vamos a encontrar, hasta el puerto, tenemos que pasar a recoger a Gina—dice su padre.

—Yo voy a coger, el bolso y el móvil, para echar unas fotos, y me cambio de ropa—dice la madre.

Zoé está muy contenta e ilusionada, es la primera vez que sale del país, su madre está contenta, pero le cuesta hacerse a la idea que ya no es una niña, y no puede tenerla siempre a su lado, como hasta ahora.

Gina estaba recogiendo su habitación haciendo tiempo, después bajo hacia la cocina, donde está su madre tomando un café, su padre está leyendo el periódico tranquilamente en el porche.

—¡Acuérdate! Gina de llamar cuando llegues, no se te vaya olvidar, como pasa el tiempo hija... Ayer eras una niña, y hoy ya eres una mujer, madre mía....

—¡Mama no te vayas a poner triste! Que, si no me haces llorar, os voy a echar de menos.

—¡Y nosotros a ti hija! Tu padre también, aunque se hace el duro, para no parecer débil, esta mañana me decía que ya te estaba, echaba de menos y no te habías ido.

—Lo se mama, yo también os quiero mucho, eso ya lo sabéis, aunque no os lo diga.

Leila está subiendo su maleta en su coche, para ir a recoger a Naomi, Leila se acercó a su madre para despedirse de ella.

—Bueno mama, ya me voy, dame un beso, te llamo cuando llegue.

— Hija cuídate, ir con cuidado, es otro país, pórtate bien, que nos conocemos, mándame fotos, dame un beso te quiero mucha hija,

—¡Yo también os quiero a todos y mucho, me vais hacer llorar al final!

—Hay hermanita, ten cuidado a ver si te vas sola y vienes acompañada con un morenito jajaja.

—No seas tonto, no voy en busca de novio, aunque si sale jajaja.

—Leila voy a echar de menos las discusiones, van a ser unos días aburridos jaja.

—¡No lo creo! Estarás ocupado con tu novia, ni te acordaras de mí.

Bueno familia me voy que tengo que recoger a Naomi, ¡Os llamo cuando llegue, os quiero a todos!

La acompañaron hasta el coche para despedirse, Leila monto en su coche, toco la bocina, y se marchó.

—Naomi esta desayunando tranquila, esperando a su amiga a que llegue.

—Naomi ¿Ya tienes, todo? Estas acostumbrada a no hacer nada, y tienes mala cabeza hija.

—¡Si mama! Tengo todo en la maleta, no seas pesada mama.

—Toma una tarjeta más, por si acaso, y no la enseñes mucho, que hay muchos turistas por allí, y ten mucho cuidado.

—¡Lo tendré papa! Gracias por la tarjeta, nunca está de más.

—¡Bueno niños, venir aquí! Que dentro de poco me voy, darme un beso.

Los cuatro hermanos pequeños, de Naomi se acercaron corriendo, de uno a uno, le dieron un beso.

—Os quiero muchos enanos.

Llego Leila y toco la bocina, Naomi cogió su maleta y la metió en el coche.

—¡Bueno, hija! Dame un beso, te quiero mucho.

—Ven aquí, pequeña, dale un beso a tu padre, te quiero cariño.

—¡Yo también os quiero a todos! Me voy ya... Besos para todos.

—¡Bueno venga! Vámonos ya que no llegamos, —dice el padre de Zoé.

—¿Cuánto tiempo se tarda, de casa de Gina al puerto papa? Como una media hora, con un tráfico normal Zoé.

—No es mucho, ¿no? Me acaba de mandar un WhatsApp Gina, nos está esperando.

Montaron los tres en el coche, camino de casa de Gina, que estaba a unos quince minutos en coche.

Llegaron a la casa de Gina, y el padre de Zoé toco la bocina.

—¡Ya están aquí hija! Los padres de Zoé, me quedo más tranquila si os lleva su padre.

—¡Tranquila mama, estaré bien de verdad!

—¡Lo sabemos, hija! Sabemos que eres responsable ¡Ven aquí, y abraza a tu padre! Cuidado vale.

—¡Si papa! Lo tendré, os quiero.

—Nosotros también a ti hija.

El padre de Zoé salió del coche, y saludo a los padres de Gina.

—¡Hola, buenos días! Dentro de poco, las tenemos aquí de vuelta.

—¡Si claro! Es su primer viaje, y claro ...— Dice el padre de Gina.

—Dame tu maleta Gina, mientras te despides de tus padres.

El padre de Zoé se volvió a meter en el coche, mientras Gina se despedía, Gina subió en el coche.

—¡Vayámonos, ya! o no dejare de llorar, madre mía que mañana llevo—dice Gina.

Gina se despedía de sus padres, con la mano, y sus lágrimas caían por sus mejillas.

—Después dices que tu padre es serio, a mí no me lo ha parecido, parece un buen tipo, me ha caído bien Gina.

—Hoy la verdad que estaba, muy sensible.

—Tu padre solo quiere protegerte Gina, eres su única hija, y para él es como si siguieras siendo su pequeña niña, es normal, lo digo porque yo también he sido hijo único—dice el padre de Zoé.

—¡Muchas gracias, señor! Es usted muy amable.

Llegaron a el puerto de Southampton estaba lleno de gente para el crucero, al cabo de un rato vieron, a las dos chicas, que se acercaron corriendo estaban muy emocionadas y contentas.

Saludaron a los padres de Zoé enseguida, Gina se acercó a sus dos amigas, para dar tiempo a Zoé de despedirse de su familia.

—¡Bueno hija! Llego el gran día tan esperado por ti, pásalo bien como yo lo haría, ¡té quiero princesa!

—Yo también, te quiero mucho papa.

—Hija ten cuidado, llámame cuando llegues, te quiero mi niña.

—Mama solo me voy un tiempo, no toda la vida, y tranquila que os llamo, te quiero mama.

—Tranquila cariño, eso pasa pronto antes de que te des cuenta cariño —dice su padre a su madre.

—Bueno enano te dejo al mando de la casa, te voy a echar de menos, puedes utilizar mi ordenador estos días, te quiero enano.

—Hermanita vas a ver tu ordenador cambiado, te lo voy a modernizar un poquito, acuérdate de mí regalo, yo también te quiero, no hace falta que vuelvas si no quieres jajaja.




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