Tormenta en la noche.

Capitulo 6º Las estrellas brillan

Zoe y Gina estaban paseando en Bikini, se habían comprado una pelota, para jugar dentro del agua, cuando vieron acercarse a dos chicas y dos chicos.

—¡Mira! , no me lo puedo creer, lo que están viendo mis ojos—dice Zoe.

—¡Que pasa! ¿Ocurre, algo? jajaja, te sorprende... Te lo dije Zoe, conozco a Naomi muy bien, siempre va con picardía y malicia, pero al mismo tiempo cree, que los demás somos idiotas.

— ¡Pues esta, me va oír! Que no se piense que somos idiotas, que vea que la idiota es ella, y una ridícula.

Zoe salió del agua, y fue caminando hacia sus amigas, Gina iba velozmente detrás de ella.

—¿Sus habéis recuperado, muy pronto no? Sois las dos unas estúpidas, se puede saber para qué narices hemos venido juntas, así... Por qué tu Naomi eres una fresca, y vas de lista y de way... Te crees más que las demás, pero te equivocas amiga, de hecho, eres la más tontas de las cuatro...

—Zoe... yo...

—¡Cállate! Leila, vas detrás de Naomi como una perrita faldera, no tienes personalidad suficiente, para mandarla a la mierda...

—Espera Zoe que te esplique, no es lo que parece—dice leila.

—¡A, no! , no me digas, no me vengas con tonterías ahora, vámonos Gina, aquí no tenemos nada que hacer.

Liela se quedó mirando a Zoe y a Gina, como se iban alejando de ellas, sin mirar atrás.

—¡Pasa de ellas! Son los dos iguales, no lo pueden evitar—dice Naomi.

—¡Valla! Con vuestras amigas, sí que tiene carácter si jajaja.

—La verdad es que tienen razon Naomi, nos hemos pasado, le podíamos a ver...

—¡Cállate! no se has idiota, Leila.

Naomi se acercó a ella, y la estiro del brazo ...

—Que quieres, ¿que se enteren los chicos? de todo, no les interesa, pasaremos el día con ellos, y a la vuelta hablaremos con esas dos.

—Yo creo, que me mejor me voy, quédate tu si quieres—dijo Leila.

—¡Haz lo que quieras! yo me quedo aquí.

—Espera leila, yo te acompaño no vas a ir sola—dice el chico.

Fueron caminando hasta el pequeño puerto, donde se encuentra el crucero.

—Espero que tus amigas se les haya pasado el enfado, habla con ellas, y yo si sería tú, les sería lo más sincera posible, creo que es lo único que te puede ayudar en este momento.

—¡Lo, se! Me dejado llevar por Naomi, como una tonta, y ellas tienen razon, ¿sabes que nos, conocemos desde que éramos unas niñas? Hemos estado siempre juntas, y planeamos lo del crucero hace un año.

—¡Te, entiendo! Yo mi mejor amigo está en el ejército es militar, y estos amigos son de la universidad, son buenos amigos también.

Leila fue hacia la suite de Zoe y de Gina, toco la puerta con los nudillos.

—Creo que no, hay nadie—contestó una azafata.

—¡Vale! Muchas gracias, te todas maneras me quedare esperando.

Se sentó en el suelo, pasaron horas Leila está jugando con su móvil, sin levantar cabeza, cuando al final del pasillo, aparecieron las dos amigas bromeando y riendo, se acercaron a ella.

— ¡Se puede saber!, ¿qué haces aquí? ¿No estas, con tu amiguita del alma? —dice Gina.

—¡No! Llevo aquí toda la tarde, pensé que estarías aquí, quiero hablar con vosotras, y pediros perdón.

—Creo que mejor sera, que no digas nada—contestó Gina.

—¡Esta, bien! Entra, sera mejor que hablemos dentro, todo el mundo se merece una oportunidad, sera mejor que la aproveches, porque no pienso darte más, Leila—dice Zoe.

—Lo entiendo, y es normal—dice Leila.

Las chicas estuvieron hablando durante unas horas, Leila les pidió perdón por las mentiras, y prometió no volver hacerlo, les conto que en el crucero había conocido a un chico, uno de los del restaurante y que le gustaba mucho, siguió los consejos que le había dado su amigo, abriendo las puertas de su corazón.

Leila les pidió a las chicas si se podia quedar a dormir esa noche con ellas, dormiría en el sofa.

Al día siguiente se levantaron las tres, tenían que ducharse.

—Chicas voy a ducharme a mi Suite, me visto y ahora vengo, ¡Esperarme no tardo!

Las amigas se quedaron en la habitación duchándose, y preparándose, el bikini y encima unos pantalones cortos con una camiseta de tirantes, para estar más cómodas.

Leila no tardó mucho en llegar, con un pantalón corto y una camiseta, las gafas de sol, unas sandalias planas, y su mochila, toco la puerta de la suite.

—¡Soy yo, chicas! —Dice Leila.

—¡Ya estamos nosotras!, sus parece bien ¿si desayunamos en la isla? —dice Gina.

—¡A mí me parece, buena idea! Probaremos un nuevo desayuno.

—¡Pues vamos! Es buena idea, Naomi estará dormida, ¿no? —dice Zoe.

—¡La verdad! No lo sé, cuando fui, no estaba en la habitación, y no ha dormido allí, mandé un WhatsApp al chico este, y me contesto que su amigo tampoco ha dormido allí, ya sabemos por lo menos que está bien.

Las tres amigas salieron de la habitación, para coger el ascensor, y se cruzaron con los cuatro amigos que salían de la habitación.

—¡Hola chicas! ¿Dónde vais? Si se puede saber—pregunto Edgar.

—¡Vamos para la isla! —dice Zoe.

—Os importaría si vamos con vosotras, estaréis más seguras, en la isla, no dejare que se acerque ningún atrevido—contesto sonriendo Edgar.

—Que sus parece chicas, lo pasaremos bien en la playa, ¿queréis?

Zoe miro a Gina, esta afirmo con la cabeza que sí.

—Pues entonces vamos chicas, entrar vosotras primero, hay que ser caballero—dice Edgar.

fueron a desayunar a un pequeño restaurante de la isla, después se fueron para la playa, a tomar el sol un rato, y bañarse en sus aguas cristalinas, al cabo de un rato empezaron caminar por la isla y vieron como las tortugas salían del cascaron y se dirigían hacia el mar para comenzar su nueva vida, pasaron toda la tarde por la isla de un lado para otro, se les hizo la noche allí en la playa, a la luz de la luna, el mar estaba precioso en calma, la luna se reflejaba en el mar, Gina cogió la camara y se puso a grabar la belleza del lugar, en ese momento había una enorme tortuga pudieron contemplar una puesta de la tortuga gigante.




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