Tormento

Tormento

Ya en el carro, en lo único que pensaba Carlos era en irse de ahí. Ya no soportaba más peleas ni reclamos, solo pensó en que era momento de terminar con todo, de recomenzar. Pero, Como comenzar? Ese era el problema, no sabía que hacer.

En momentos así, recurría a su madre. El siempre se considero reservado, de hecho cuando estaba de amores con Teresa, nadie sabía si iba en serio o era otro amor pasajero, por lo que causó sorpresa, hasta a ella misma, cuando le propuso matrimonio dey más aún de la manera tan formal como lo hizo. Fue a la casa de ella vestido de traje formal y corbata, con un ramo de flores en la mano y llevo a su madre y padre con él y allí con sus padres y los de ella presentes le pidió, a su futuro suegro, la mano de su hija en matrimonio.

Esa era siempre su actitud, siempre formal, incluso a algunos les parecía demasiado estirado en su proceder y muy circunspecto en todas sus actitudes; pero, ahora, no estaba para formalismos, estaba para ser aconsejado o quizás mimado y para eso estaba su madre Doña Carmen, siempre sobreprotectora, siempre cariñosa y quien siempre tenía un consejo, en especial para sus hijos.

Allá tenía que ir. Su madre vivía muy cerca y un domingo como ese y a esa hora, 7:00 de la noche, seguro estaba en casa preparándose para a las 9 acostarse a dormir. Así que pensó que se la llevaría a ella y a su papá a comer y así se distraía un rato y, si había oportunidad, deslizaba un poco por lo que estaba pasando su matrimonio para ver qué respuesta o consuelo obtenía.

Extrañamente cuando llegó no había nadie en la casa. Ni si mamá, ni su papá, ni sus dos hermanos, pregunto a los vecinos y estos no sabían nada de ellos. Espero, espero y espero a la hora de estar en el carro decidió buscar algo más que hacer.

En ese tiempo esperando, pensó en sus hijos, tan pequeños, tan traviesos, tan frágiles. Tenía 3 el mayor Carlos era muy inquieto y también muy ágil, con solo 5 años causaba sensación por lo rápido que corría y lo ágil que era. El segundo, Miguel, era un poco más tranquilo, pero más pegado con el y más cariñoso y el bebé Luis era la atracción de toda la familia por sus ojos azules y tener ese encanto de los bebés, ya que solo tenía un añito.

Decidió buscar a su compadre Esnaldo y llevarlo a tomar unas cervezas para desahogarse con él. Él jamás rechazaba una invitación y era muy buen conversador, además de que se conocían mucho, eran vecinos y amigos desde la infancia, jugaron pelota y era habitual que por lo menos una vez por semana salieran a tomar algo. Eso era algo que el matrimonio había cambiado en él, mientras que antes no tomaba o tomaba muy poco, ahora era común que el fin de semana saliera a tomar y de vez en cuando agarrara una que otra borrachera.

Fue a buscar a su amigo en su casa, pero la esposa de este le dijo que él se sentía muy mal y se había acostado temprano. Ya no le quedaba más alternativa a Charlie que o irse a su casa y arriesgarse a continuar la pelea o dar una vuelta él solo hasta que pasara la tormenta. Optó por lo segundo y salió con su carro a la tasca que frecuentaba con Esnaldo.

En el camino pensó en la pelea y en el círculo vicioso en el que estaba envuelto. Las peleas continuamente eran porque Teresa sospechaba que tenía otra mujer, lo cual al comienzo no era cierto, pero entre tanta pelea al final si fue verdad 6 una mujer apareció a ofrecer lo que con tanta pelea se le negaba. Mientras más quería terminar esa relación con Claudia, más era empujado por su mujer a continuar con ella. Pero estaba decidido a finiquitar con eso por eso este preciso día no la iba a buscar, sino que daría unas vueltas, tomaría algo y quizás, con suerte, conseguiría a sus padres y hermanos que quizás habrían salido a comer algo aprovechando que el día siguiente era feriado.

Los buscó por los sitios que ellos podrían frecuentar y no los consiguió. Los busco en los sitios turísticos de la ciudad y no los vio y finalmente los dejo de buscar y se resigno a no hablar con nadie de sus penas, lo que hizo fue tratar de ahogarlas en un bar cerca del terminal de pasajeros, sin sospechar que, dos cuadras más adelante, estaban sus padres y hermanos en una discoteca recién inaugurada, adónde el hermano mayor, Rubén, los había invitado espontáneamente, mientras los visitaba como lo hacía siempre cada domingo.

Mientras Carlos analizaba su situación copa tras copa, reprochando su vida, sus padres, hermanos, cuñados y sobrinos la celebraban bailando, cantando y comiendo sin enterarse la necesidad que tenía Charlie de hablar con ellos o simplemente de verlos.

A las 3 de la madrugada la familia Marcano salió de la tasca en tres carros, agarraron la avenida principal, después de un trayecto de 15 minutos pararon en una estación de servicio, echaron combustible, se tomaron un café y 10 minutos después estaban por montarse en los carros para seguir.

Charle salió del bar a las 315, paso sin saber por la discoteca donde estuvo su familia, pero estos ya no estaban ahí, siguió por la avenida principal, pensó en ir a casa de sus padres, dormir ahí y hablar con su madre para tratar de calmar su angustia, quizás mañana en la casa ya esté todo más tranquilo. Recordó la estación de servicio que estaba más adelante, pensó que ahí podía parar a tomar café porque se estaba durmiendo. Sintió que los ojos se le cerraron una milésimas de segundo y cuando los abrió lo sorprendió la curva donde estaba la estación de servicio, solo pudo apretar el freno y mover el volante a la izquierda para tratar de tomar la curva, el carro se le volteo y la ventana del pasajero quedó contra el suelo, el no llevaba cinturón y salió por la ventana a pocos metros del carro.

Su último pensamiento fue sobre su esposa, lamento dejarla sola y lo último que vio por la retina fue a su madre corriendo hacia él, cuando se dio cuenta que era su hijo quién salía volando del carro



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En el texto hay: drama, suspenso, cuentocorto

Editado: 22.12.2023

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