Un par de semanas habían pasado desde que ingresamos al instituto, habíamos sobrevivido después de todo, con gran esfuerzo lo habíamos hecho, como todos nos habían advertido la primera clase era la más terrible, si te esforzabas y demostrabas que realmente deseabas aprender, el entrenamiento a pesar de ser exigente, era muy divertido.
Nuestro horario se aliviano un poco, los lunes veríamos todas las clases relacionadas con cacería, los martes y los miércoles, teníamos las clases de combate; y los jueves, junto con los viernes, nos dedicaríamos a entrenar solo magia y trabajo espiritual.
Hoy ya era el tercer martes que estábamos en el instituto, estábamos terminando de comer para ir a la clase del detestable entrenador Vigna y Adriana la mejor amiga de Cassandra; a nuestro lado estaba la insoportable Antonelli pegada a nosotros como una garrapata, tratando de besar los labios de mi hermano Connor que la miraba con fastidio.
- ¿Hasta cuándo tendremos que seguir fingiendo con ella? - me pregunto mi hermano por el vínculo mental, sonaba asqueado.
- Hasta que logremos desenmascarar a Vigna y podamos alejarlo de nuestra Cassie- le respondí por el vínculo, él soltó un suspiro agotado.
Mikael Vigna había logrado meterse entre Cassandra y nosotros desafortunadamente, ahora eran un intento de pareja; al principio nos dolió increíblemente, no obstante, no nos rendimos en el plan de conquistarla, en un comienzo queríamos seguir los pasos de Tyler y las gemelas, no creíamos que funcionaria de ese modo; ellos se habían convertido en un grano en el culo para sus parejas, no las dejaban en paz y las perseguían con detalles y miles de cosas.
Cassandra no era ese tipo de mujer, ella aparte de ser una mujer bastante madura; era una persona seria, que no le gustaban las niñerías como las que hacían las gemelas y nuestro mejor amigo.
En el intento de conquistarla descubrimos que Antonelli la druida que había perturbado a Cassandra desde un inicio y Vigna se estaban acostando a escondidas de Cassandra, era evidente que si íbamos corriendo a contarle, ella no nos creería y nos tacharía de mentirosos, decidimos que uno de nosotros se haría pareja de Antonelli y permitir que confiara en nosotros para tener las pruebas suficientes y desenmascarar a Mikael.
-Antonelli ya basta- dijo Lucia irritada- deja a Connor en paz que necesita espacio- dijo ella, mi hermano había sido el desdichado que tenía que aguantarse a esa repugnante mujer, ya que mientras él se ganaba la confianza de ella; yo tenía que hacerlo con el entrenador Vigna y volverme su pupilo estrella.
Situación que llevaba a las mil maravillas, porque le había hecho creer que era gay y que tenía el camino libre con Cassandra por mi parte, y mi hermano al estar con la druida, convencería al resto de su desinterés por Cassandra.
La única variable que nos disgustaba era ver la mirada de dolor de nuestra pareja eterna al ver a Connor cerca de Antonelli y a mí con la frialdad con la que me dirigía a ella.
-Él es mi novio y yo puedo estar cerca de él cuantas veces me pegue la gana estúpida- le dijo Antonelli a Lucia, en la mirada de nuestra amiga brillo la ira, y por poco deja frita del dolor a la supuesta novia de Connor; una de las nuevas habilidades de Lucia, era producir dolor cuantas veces ella quisiera, con simplemente mirar a la persona en los ojos, una habilidad que había heredado de sus padres biológicos.
-Cuidado como le hablas a mi hermana- le dijo Samantha con lentitud- tu solo eres una arrimada en este grupo Antonelli y muchos de nosotros te dejaríamos frita si lo quisiéramos- dijo ella, todos sabían nuestro plan, no estaban de acuerdo claro está, trataban de no asesinar a Antonelli cada vez que ella los irritaba- por respeto Connor te permitimos estar acá.
La druida se levantó indignada al ver como Connor ni siquiera se atrevía a mirarla, ni a defenderla, por fin dejándolo tranquilo, estar al lado de ella era muy sencillo, con cualquier pizca de atención se conformaba.
-Gracias al cielo se largó- suspiro Connor aliviado- voy a volverme loco si no logramos sacar de una vez por todas la verdad a la luz Travis- me dijo bebiendo de agua.
-Hermano debes tener paciencia- le dije- no tenemos pruebas suficientes ni mucho menos la oportunidad para desenmascarar a Mikael- dije comiendo de mi hamburguesa- hablando de eso debemos irnos ya, tenemos clase-les dije.
Salimos de la cafetería directo al bosque, en donde ya nos esperaba Adriana y Mikael, ellos eran nuestros entrenadores de trabajo físico, por lo general era la clase más agotadora del día, claro después del enteramiento de Cassandra que en cuanto a exigencia nadie la superaba.
-Mi muchacho- dijo el entrenador Vigna saludándome, me tragué mis celos y mi rabia al ver como Cassandra estaba a su lado recostada en su hombro- hoy mi hermosa y futura novia está con nosotros- dijo él, esperando alguna reacción por mi parte, sentí como un hierro hirviendo me pasaba por la garganta al ver como los ojos de Cassandra se apagaban al ver mi indiferencia hacia ella.
-Entrenadora Marshall es un placer tenerla hoy entre nosotros- dije con cordialidad, por dentro solo quería lanzarme a sus brazos sostenerla y besarla de una vez por todas.
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Editado: 25.01.2021