Tortura a los 16

XXIX

Narra James:

Comencé a arreglarme, hoy es fin de semana así que podía tener la certeza de estar todo el día si es necesario.
Tomé unos jeans y una sudadera negra combinado con unos air force one blancos. Bajé a la cocina a desayunar algo ligero y salí con mi mamá rumbo al centro comercial para comprar cosas para la sorpresa de Gema.

Tardé unos 30 minutos escogiendo, pero creo que logré el kit perfecto para una estancia dentro de un hospital, así que sin pensarlo más pagué por todo y volví al auto con mi madre para tomar camino al hospital en el cual se encontraba mi princesa internada.

Tardamos unos 15 minutos de camino y yo estaba bastante nervioso, al cruzar la puerta del hospital me encontré con la abuela de Gema, la cual me saludo con mucho camino y me indicó que solo se encontraba su madre con ella, mi ventaja es que ella ya sabía lo que yo iba a hacer e incluso pidió permiso al hospital por si las cosas se llegarán a salir de control.

Estaba tan nervioso, que sentía que me ahogaba en mi mismo, mis manos sudaban como si lloviera de ellas y mi cabeza dolía pensando en el rechazo que me esperaba, pero recordé lo sucedido anoche y lo ocupé para al fin armarme de valor y tocar la puerta de la habitación 256, en la cual se encontraba la niña de mis ojos.

Su madre me abrió y me informo que la ojiverde está durmiendo, así que sería el momento perfecto para armar la sorpresa que me encargué de realizar. Con ayuda de todos transformamos esa sosa habitación y la llenamos de colores vivos, globos y serpentinas por doquier e incluso imprimí varias fotos de nosotros y las colgamos del techo haciendo alusión a qué flotacen por encima de nuestras cabezas.

De un momento a otro escuchamos como Gema estaba por despertar, así que corrí a un armario que había dentro y me escondí hasta que su madre me dió la señal para salir y darle el regalo final.

Definitivamente su cara fue todo un poema, ella no esperaba para nada verme ahí y sobre todo armarle ese circo para que ella estuviera feliz, aunque sea un día.

—Sorpresa mi niña bonita— Mi voz temblaba demasiado, nunca pensé que en algún momento podría decir las palabras que pasaran por mi cabeza y creo que al fin llegó el momento.

— ¿Qué es todo esto James?— Sus palabras transmitían mucha sorpresa, pero a su vez sabía que ella estaba muy molesta conmigo.

—Primero, antes que digas alguna cosa y termines sacándome a patadas de aquí, quiero que tú me escuches— Mis nervios aumentaban más —¡No! No solo tú, necesito que todos me escuchen.

El silencio se hizo presente y procedí a continuar hablando.

—Pase una semana bastante mala, estaba asustado por qué en el momento que el doctor habló, lo único que pasó por mi cabeza fue que podría perderla.
Que podría dejar de ver esos ojos verdes que me vuelven locos.
Que podría dejar de oir esa risa que tanto me gusta.
Y sobre todo que podría perder a la única persona que me hace sentir vivo— Todos me miraban extrañados por lo que acababa de decir, pero debía continuar antes de que esto me consumiera por completo.

—Pase toda la semana pensando que debería hacer, pero anoche mientras dormía tuve una visita algo inesperada, la cual tiene un mensaje para todos ustedes— Todos estaban absortos en mi voz, algunos se encontraban muy confundidos, mientas que otros se encontraban hilando los puntos para entenderme.
—Anoche Kenia vino a verme y me dijo que ella estaba bien, que Gema estaría bien pero, me advirtió que debía pasar todo lo que pudiera con mis seres queridos ya que yo no sabía si mi tiempo en este mundo será largo, quizás podría morir mañana y aún en el otro mundo sería infeliz y me culparía por no haber estado con Gema cuando más me necesitó— Algunos lloraban y otros tenían una sonrisa en su cara, Gema estaba bastante pasmada por la noticia.

—¿Viste a mi hermana?— Preguntó Gema con lágrimas en sus ojos y me indicó que me sentara a su lado.

—Si, por cierto dice que leyó tu libro y dijo que te mencionara que eres la mejor escritora de todos los tiempos, también dijo que dejes de llorar todas las noches por ella, que está bien Kenia dijo que es feliz y que ahora es libre. También dijo que quiere que seas feliz y que necesitas recuperarte por que vienen cosas difíciles y te necesita fuerte para afrontar todo lo que ocurrirá.

[...]

Después de las palabras de James, todos se retiraron dejando a los jóvenes solos para aclarar sus diferencias y para lograr que un muy nervioso y avergonzado James pudiera abrir su corazón una vez más frente a la ojiverde.

—Gema, te amo.

—Lo sé, yo igual te amo y como no hacerlo, eres mi mejor amigo.

—Bunny, no me refería a ese tipo de te amo— La chica se encontraba confundida y avergonzada a la vez.

—James, no entiendo ¿A qué te refieres?

—A esto— El joven de ojos mieles se acercó a la menor de los Park, estando a centímetros de sus labios y ambos sintiendo las respiraciones del otro, sus corazones latían de forma desenfrenada aunque ambos latían al mismo ritmo, como si fueran uno solo. El momento parecía mágico, pero no todo es un cuento de hadas y la realidad de estar en un hospital les cayó como un balde de agua fría ya que en cuestión de segundos el tan esperado beso se vio interrumpido por el azote de la puerta en la cual se encontraron a la persona menos esperada.

James se levantó de golpe y se puso frente a frente con el intruso, mirándose con una mirada que si estás mataran te dejaría veinte metros bajo tierra, con pase directo al infierno.
Gema por su parte no pudo hacer más que oprimir el botón por qué cuál llama a las enfermeras, con la intención de que sacará a esa repugnante persona de su habitación.

—¡Gema! Debes escucharme, ¡él está planeando algo horrible y yo ya no puedo detenerlo!

 




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