XLIII

Tiempo actual

Habían pasado algunas semanas desde el deceso de Allison y todo se fue en picada, Emmanuel no podía aceptar que ella ya no estaba y mucho menos superar ese sentimiento de culpa que lo carcomía día con día. Sus ganas de vivir habían sido enterradas aquel día lluvioso.

Un nuevo día una nueva consulta y un nuevo tratamiento inútil el cual estaba seguro no funcionaria. por mas que lo intentara el fantasma de Allison lo perseguiría para siempre. las pesadillas no terminarían por un par de medicamentos y él no volvería a ser él.

–¿Cómo te has sentido estos días Emmanuel- Exclamo la psiquiatra la cual no tiene ni la menor idea de lo que realmente pasaba por mi cabeza?

– Bien – me he vuelto un experto en ocultar mis emociones, ya no quiero seguir tomando esas pastillas

– Sé que has pasado por un fuerte trauma, pero tienes que intentar salir a flote, podemos avanzar un poco si comienzas a abrirte más conmigo.

– No me entenderías– necesito irme de aquí, siento que me ahogo.

–Pruebame, si me das la oportunidad puedo hacerlo– Su falso optimismo es asqueroso, nadie puede ayudarme.

–Entonces déjeme hacerle una pregunta.

–¿Ha matado usted a alguien? – Exclamé lo mas serio que mi cansado rostro me lo permitió.

–No, ¿y tú?

–Esa es la razón por la que estoy aquí, ¡Yo maté a mi prima! – Exclamé gritando y rascándome el reverso de la mano nervioso, sentía que el aire me faltaba, pero al fin pude decirlo en voz alta.

La psiquiatra se sorprendió con mi respuesta, pero después sonrió de una manera tan dulce que se sentía extremadamente falso.

–Tú no lo hiciste, Allison tenia un cáncer muy agresivo, tú no la mataste.

Sonreí de lado y exclamé –Ya lo ve, le dije que no me entendería– Me levante bruscamente del sillón tomando dirección a la salida cuando ella me detiene.

–A Gema realmente le disgustará saber que te marchas de esa manera, ¿O me equivoco? – Quedé petrificado con la sola mención de su nombre.

–Seria una lastima que aquella ojiverde que siempre te espera afuera de cada sesión se de cuenta de que no eres lo suficientemente valiente para estar con ella– Exclamó sonriendo de una forma perversa, como si buscara retarme.

–Te prohíbo que la vuelvas a mencionar, mis padres te pagan para "Intentar salvar a su hijo" no para estar soltando chismes como una idiota.

–Yo solo digo, ella espera por ti siendo valiente mientras que tú solo huyes como un cobarde de tus problemas.