—Entonces ven conmigo —le suelto sin pensarlo dos veces—, sólo si crees que vale la pena, si esto es posible, ven conmigo. ¡Arriésgate!
—No es tan sencillo, no es simplemente que lo digas, no entiendes, claro que esto lo merece, pero no de esta forma, no en esta situación, ¡estoy atado! —sus gestos son tan contundentes.
—¿Sabes qué?, lo sencillo es que no puedo esperarte para siempre, no estás atado, estás vendado y ¡no quieres quitarte la jodida venda!, esa es la única verdad, entonces así acaba todo ¿no?
—Un placer conocerte Olivia —me estampa una sonrisa de oreja a oreja, como si nada— uno no, muchos placeres contemplarte y deleitarte, muchos más coincidir contigo, muchos menos en el momento incorrecto, pero sigue siendo un placer, te juro que me siento vivo.
—Es una lástima ¿sabes?, una parte de mi se queda incrustada en ti y no sabes cómo me duele aceptarlo, es una lástima ver este paisaje tan hermoso y que sea testigo de un final como este, es algo decepcionante.
—Aquí tienes el inicio que tanto buscabas para tu libro, ¿me vas a decir que no es el mejor? Ahora vete por favor, no hagamos esto más complicado de lo que ya es.
—No juegues conmigo, estoy pensando en quedarme para conquistarte, ¿no crees que mi libro podría tener un final mejor?