Tourner Dans Le Vide

VII

Me levanté tarde, sentía una emoción incontrolable, pareció un sueño, algo ficticio, al fin entendí que si, definitivamente lo amo, y lo amaré por mucho tiempo. Ahora más que nunca quiero ir a estudiar ballet, para así poder estar con él.

Sentí esa conexión, una conexión que se me era familiar, algo que a mi mente le cuesta recordar, pero ahí está, solo tengo que buscar más.

Mi padre no aceptará esto, pero ahora no me importa nada, pero por ahora, nadie puede saber que él me gusta, nadie puede saber que podríamos llegar a ser.

Después de todo el amor a primera vista si existe.

Me lavé los dientes y me di una ducha, frente al espejo cepillaba mi cabello y sonreía tontamente.

Pero esa sonrisa se desvaneció cuando recordé que día era. Bajé bien arreglada y con una sonrisa forzada saludé a los presentes.

- buenos días padre, madre, hermana- fue algo automático, luego voltee para saludar a los otros dos- principe Félix, Rey Arthur.

- ¡por fin se conocerán los próximos gobernantes de Francia!- exclamó mi padre con una sonrisa casi perfecta, hasta parecía real, pero sé que no es así.

- estoy muy emocionado por conocer a mi futura esposa- dijo el principe felix con un tono demasiado formal, como si fuera un soldado automatizado para decir eso.

Extendí un poco más mi sonrisa, la realeza es mucha responsabilidad para mí, no la quiero.

- madre, ¿puedo hablar contigo un momento?- me dirigí a ella- a solas por favor.

Se levantó luego de un cortez "con permiso" para luego caminar hacia la cocina junto a mi.

- hija tienes que hacer lo que tú padre digo- rompió el silencio apenas nos quedamos solas.

- ¿madre tu has visto a ese hombre?- me burlé sutilmente- debes ayudarme a persuadir a papá.

- Eli, debes seguir las ordenes de tu padre, por lo menos hasta que le digas que te irás a Rusia- explicó- y una vez que estés allá, no puedes regresar, nunca más hija.

- ¿¡Qué!?- exclamé frunciendo el ceño

- si te vas, y por alguna razón regresas, tu padre te obligará a quedarte y podrá casarte, si quieres regresar, tendrás que hacerlo cuando tú hermana sea coronada como princesa heredera al trono- dijo mientras me acariciaba la mejilla- ahora ve, conócelo.

Hice un pequeño berrinche para luego caminar a la sala.

- estoy lista- aclaré cuando estuve frente a frente nuevamente con el principe.

Me abrió la puerta y me tomó de la mano para salir.

Caminamos por el jardín sin decir ni una palabra, el silencio era incómodo, solo podía escuchar el crujir de las hojas secas en el suelo, y los arbustos que se movían por el viendo.

- tiene usted muchas esculturas- rompió el hielo.

- a mi padre le encanta tenerlas- respondí sin mirarlo.

- y tienen un gran tallador- comentó.

- ¿Si? ¿Cómo sabe usted?- indagué.

- lo ví al entrar, es Carlos De Luca- respondió- Los De Luca son la familia de talladores de piedra más famosa de europa, provienen de Italia y han hecho miles de esculturas, la mayoría a personas de la corte real.

Asentí asombrada, no sabía tantas cosas sobre él, una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, a lo que el principe se dió cuenta.

- ¿Le gusta el señor De Luca?- me tomó por sorpresa.

- ¿¡Qué no!?

- señorita Elisabeth, se nota- dijo entre risas- la primera vez que vine pude ver cómo lo veía.

- ¿Cómo osas decir eso?

- usted no quiere casarse conmigo, y yo tampoco con usted- confesó.

- ¿Ah no?- fruncí el ceño confundida.

- no me malinterprete, usted es muy hermosa, y se nota que no es como los demás de la realeza- aclaró- pero, el caso es...- hizo una pequeña pausa para toser- la verdad es que tengo gustos diferentes a los suyos.

Sorprendida me llevé las manos a la boca tapándola por completo, por instinto me alejé un poco poniendo cara de asco. Yo no tenía nada en contra de eso, toda mi vida he visto como mi familia mata a esas personas que le gusta alguien del mismo sexo, no seré como mi familia. Después de todo, son personas que aman a otras personas.

~•~

Luego de caminar por un rato más, salimos del palacio para dar una vuelta por el parque, no quedaba muy lejos de ahí así que fuimos caminando.

- ¿Por qué simplemente no te vas?- le pregunté mientras caminamos entre los árboles.

- soy el treceabo hijo del linaje de mi padre- comenzó a explicar con la cabeza abajo- mi padre siempre ha tenido una expectativa muy alta en mi; pero no puedo reinar. Para poder reinar debo casarme y es exactamente lo que mi padre está buscando, pero la verdad es que no me interesa la corona, yo preferiría ser escritor, o pintor. Pero mi padre nunca me lo permitiría.
Una pequeña lágrima solitaria corrió por mi mejilla, lo entendía perfectamente, nuestras vidas eran similares.

- la realeza es demasiado para personas como nosotros- respondí.

- ¿Y usted?- preguntó- ¿Cómo pretende estar con el señor De Luca?

- yo no quiero reinar, ese es el sueño de mi hermana, yo quiero bailar ballet, quiero ser libre mientras bailo, quiero volar y ver las estrellas- respondí- el amor no estaba en mis planes, tampoco enamorarme de un tallador, la familia real nunca aceptaría esa relación.

- mi plan era casarme con usted y luego huir- confesó con una sonrisa- un plan algo alocado, mi pareja me iba a estar esperando en una pequeña cabaña en suiza.

- yo te ayudaré a estar con él- dije con entusiasmo- no creo que lleguemos a casarnos, pero te ayudaré a escapar, pero para eso deberás morir.

fin du chapitre sept



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En el texto hay: romance, drama

Editado: 18.06.2025

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