Tourner Dans Le Vide

XL

~•~
Leticia
~•~

Él es hermoso y fuerte, estoy segura de que será un gran rey. Me casaré, voy a reinar. Aún no puedo creer que todo esto esté sucediendo.

De vez en cuando mi mente se repite que no lo merezco, ni siquiera soy de la realeza. Siempre la reprendo, repitiendo en el espejo que soy lo mejor que le pasará al país. Lo merezco, siempre lo he merecido. Después de todo, mi padre es el rey de Francia.

Hoy iré a Rusia, la familia real quiere cenar con la futura esposa de su hija, preparo una pequeña maleta para un día, me visto con un vestido de color verde esmeralda, unas zapatillas de cristal que combinaban con el vestido.

Al salir ya me estaba esperando el carruaje que me llevaría. Fue un viaje largo y agotador.

Me recibieron unas sirvientas junto a la reina.

-¡Hola querida!-saludó acercándose-estoy tan emocionada de que estés aquí.

Hice una reverencia con una gran sonrisa. Ella me llevó dentro del palacio, era hermoso. tenía decorados rojos, alfombras en todas partes, cuadros familiares y adornos antiguos, escaleras en todos lados y un salón enorme con un gran espejo.

-¡Aquí se hacen los bailes y celebraciones!-explicó ella.

No tenía palabras para describir lo impresionante que era este lugar.

-Vitali vendrá en un momento- informó, todo este tiempo no había quitado esa sonrisa tan cautivadora y brillante.

Me emocioné aún más, estaba feliz de verlo.

~•~

Los jardines de este palacio eran casi tan hermosos como en casa, flores amarillas y verdes, blancas y rojas. Todo era simplemente maravilloso, incluso él. Sin embargo, desde que nos vimos no ha dicho ni una sola palabra, sonríe de manera forzada, como si no quisiera estar ahí.

Me acerqué lentamente a él, tímida lo tomé del brazo. Sentí la tensión en su cuerpo, parece que lo había incomodado.

-¿Está bien príncipe?- rompí el vasto silencio.

-no hay ningún problema princesa-respondió de manera brusca, su sonrisa se desvaneció.

-Bueno, cuéntame algo-sugerí con emoción.

Él pareció pensar un momento, pero no dijo nada, seguía en silencio como si mi existencia fuera totalmente nula para él. Lo solté con molestia y caminé un poco más rápido. No quería seguir ahí, quería ir a descansar, si no me iba a escuchar entonces preferiría dormir.

-¡Espera!-me tomó del brazo con fuerza.

-¡Me lastimas!-informé en un quejido.

Se disculpó y me soltó. Tomé su brazo nuevamente y volvimos a caminar juntos. Pero está vez, la tensión no estaba, parecía que por fin hablaría.

-La verdad es que no tengo mucho que contar-comenzó-soy el décimo hijo del linaje, para reinar tendría que hacerlo en otro lugar. Por eso estás aquí hoy, y por eso nos casaremos en unos meses.

Yo asentí en señal de entendimiento. Nos detuvimos y él se volteó. Estábamos cara a cara, nuestros ojos se encontraron, lentamente se acercó a mi y fue en ese momento que nuestros labios se juntaron.

Él estaba desesperado, yo no sabía hacerlo, parecía que esperaba esto. Era brusco, impaciente y desordenado.

Nos separamos de manera abrupta, me tomó de la cintura y volvió a hacerlo, pero está vez no correspondí, no me sentía cómoda, tampoco era agradable la manera en la que él lo hacía. Sin embargo, me levantó en sus brazos y me llevó adentro.

-¿Qué haces?-pregunté con una sonrisa tímida.

No respondió, subimos las escaleras rápido, su cuerpo era suave y sus brazos eran musculosos. Me llevó a su habitación, era grande, sin muchos colores, algo opaca y tenía un ambiente extraño. Me lanzó bruscamente en la cama y se quitó la camisa.

Me comenzó a besar el cuello bruscamente, luego fue a mi boca y nuevamente a mi cuello. Tomó mi mano y la metió entre su ropa interior.

Traté de liberarme pero no podía. Por más que le pidiera que parara, que aún no estaba lista para esto él continuó.

-¡Por favor!-rogué, trataba con todas mis fuerzas de soltarme.

Rompió mi vestido con sus manos, dejando solo mi ropa interior, lanzó los trozos de tela al suelo. Sentía miedo, quería correr. No quería hacer esto. Pero él no me permitía salir. Estaba atrapada, mi pulso se aceleró y se agitó mi respiración.

Pasó su lengua por todo mi cuello, luego por mi rostro para luego besarme, su lengua entró de una manera agresiva en mi boca. Me quitó la ropa interior dejándome completamente desnuda, sentí sus dedos dentro de mi, me estaba lastimando, aún así no me soltaba.

-¡Me lastimas!- exclamé entre quejidos de dolor. Las lágrimas amenazando con salir.

Sin pensarlo liberé una de mis manos y le dí una cachetada con todas mis fuerzas.

Se detuvo por un momento, me miró confundido y sorprendido.

-¡Eres una zorra!- gritó y me comenzó a ahorcar con una mano mientras que con la otra me apretaba los pechos.

Me seguía besando mientras poco a poco mi respiración iba disminuyendo. Me soltó y pude volver a respirar. Se terminó de desnudar, dejando al descubierto su gran miembro.

Estaba asustada, quería correr, gritar, pero no podía. Si lo hacía, sería peor para mí. Sus padres no están, solo está la servidumbre, sus hermanos tampoco están. Estamos solos.

Pasó su lengua por mis pechos, luego mi abdomen. Parecía que él lo estaba disfrutando, pero yo solo estaba sufriendo.

Se detuvo y ví como agarraba su miembro y lo acomodaba para entrar en mi, cerré los ojos con fuerza, la lágrimas salían una por una. Mis súplicas no sirvieron de nada, solo sentí un ardor inmenso cuando finalmente entró. Me daba con fuerza, de manera abrupta.

Me quejaba, me dolía, ardía. Solté varios gemidos, pero no de satisfacción, si no de sufrimiento. Con cada golpe sentía como si un pedazo de mi se rompiera.

Él seguía con fuerza, no paraba, lo hacía para su satisfacción, cada vez más rápido.

Finalmente luego de una eternidad de sufrimiento y dolor, él se detuvo, terminó dentro de mi. Se acostó agotado en la cama, luego de unos segundos se levantó y se fue a duchar.



#6893 en Novela romántica
#3300 en Otros

En el texto hay: romance, drama

Editado: 18.06.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.