Tourner Dans Le Vide

LXII

~•~
André
~•~

Luchar por sobrevivir a veces puede ser difícil, y más cuando ya te has resignado a qué la muerte es tu mejor opción, pero no aquí, no ahora, esta podría ser la última batalla, podría ser la guerra, debes ganar la guerra, y luego vendrá la calma.

Sigue respirando, su corazón late con normalidad, sin embargo no despierta, está ahí, acostado. Mandred siempre nos consuela diciendo que solo está durmiendo, descansando de todo el tormento que ha vivido, pasando su dolor y soñando con una mejor vida, que cuando despierte estará renovado y listo para seguir viviendo. Pero es algo que me cuesta creer, él la ama más que a nada, y sin ella no creo que quiera continuar.

—¡Ey, amigo!—me senté a su lado—debes despertar, llevas dormido mucho tiempo, ya es hora de que vuelvas al mundo real, tus heridas fueron tratadas, estás fuera de peligro—hice una pequeña pausa y suspiré—despierta Carlos, te lo suplico.

—va a despertar—la voz de Juan detrás de mi me sorprendió—es fuerte esto no es nada para él, estará bien.

—¿Qué haces aquí?—pregunté sin mirarlo—pensé que no vendrías hasta dentro de dos meses.

—tengo malas noticias—sus palabras activaron mis alarmas.

—¿Elisabeth está bien?—pregunté volteando rápidamente con un tono de preocupación.

—¡Si, tranquilo, ella está bien!—afirmó tocando ligeramente mi hombro—¡El rey y la reina murieron hace una semana, el principe Vitali es ahora el rey y cambió a todos los caballeros del reino, está haciendo cosas malas y ha creado un nuevo régimen que dentro de poco se llevará a cabo!

—¿Qué?—mi tono fue de sorpresa, por lo rápido que lo hizo.

—si señor, es como si lo hubiese planeado desde el principio, como si estuviera esperando que murieran los reyes para adueñarse de Francia—hizo una pausa larga—ya no soy caballero del rey, también me echó del palacio.

Mi expresión cambió drásticamente, una preocupación subió por mi espalda, haciéndome un cosquilleo.

—¿Cómo podré estar pendiente de Elisabeth ahora?—mi preocupación era palpable.

—hay que resolverlo cuánto antes—respondió en tono serio y autoritario.

Voltee a ver a Carlos una vez más y luego me fui a paso apresurado a mi habitación. ¿Cómo podré protegerla si está atrapada en el palacio y no tengo a nadie ahí?, los reyes han muerto, ¿de repente?, tan rápido este príncipe ya ha hecho tantas cosas, ¿No es un poco extraño?

Hay algo que no me cuadra, todo ha pasado en poco tiempo, no puede ser posible. Esto fue planeado con anticipación, de alguna cabeza cruel y despiadada, de alguien que se beneficia directamente con todo esto, ese príncipe no es lo que parece.

¿Hice mal en todo?, ¿Qué fue?, todo iba de acuerdo al plan, iba bien, todo estaba bien. ¡Carlos!, ¿Por qué tuviste que ir a despedirte?, ¿Por qué no simplemente viniste con Juan?, nada de esto estuviera pasando.

—¡Carlos ha despertado!—la voz de Mandred, me sacó de mis pensamientos—¿Lo verás ya?

—¡Si!—exclamé un poco nervioso—en un momento voy.

Creí que nunca iba a tener que hacer esto, creí que cada uno seguiría con su vida, que estaríamos bien y que los volvería a ver dentro de unos veinte años y tendrían una familia. Pero me prometí a mi mismo que los protegería, y eso es lo que voy a hacer.

Mientras camino lentamente a la habitación, un nudo en el estómago me impide seguir, ha pasado poco tiempo desde que todo ocurrió, pero yo siento que fue hace mucho, volver a verlo de cerca, volver a hablarle, sabrá toda la verdad, el destino lo decidió así, y así será.

fin du chapitre soixante-deux



#8722 en Novela romántica
#4529 en Otros

En el texto hay: romance, drama

Editado: 10.09.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.