El agua me abraza con tristeza, recorre mi espalda con suavidad, tratando de quitar cada herida que me había causado, sintiéndose mal por mi. Me pasaba las manos por todo el cuerpo con asco, como si no fuera yo, como si fuera un animal asqueroso y lleno de suciedad.
No sé cuánto tiempo estuve en la bañera, simplemente quería desaparecer, el frío comenzaba arroparme, de pronto, alguien entró a la habitación, me sobre salté y sin pensarlo me hundí en la bañera conteniendo todo el aire que pudiera.
-¿Estás aquí corazón?-la voz suave y delicada de la abuela Berta me hizo relajar, salí y me vestí con una pijama blanca.
-aquí estoy abuelita-le sonreí, ella me devolvió el gesto.
Mi abuela Berta es la única persona que me importa ahora, ella sigue aquí, sufre por mi, por casa maltrato, golpe y amenaza, se preocupa y siempre está para mí. Lo único bueno que hizo Vitali fue dejarla seguir viviendo aquí.
-¡Esta carta llegó para ti!-informó en un susurró mientras me la entregaba-¡Ábrela cuando estés sola!
-¿Por qué abuela?-la curiosidad me invadió, recordé aquella gaveta y el papel que él había guardado en ella.
-¡El rey toma todas las cartas que llegan al palacio, y las que son para ti, se las lleva y no sé dónde las guarda!-su tono era silencioso, apenas y podía escucharla.
Sonreí de nuevo, la abracé y le agradecí por ser tan buena conmigo. Ella me besó en la frente y se fue.
Entré al baño y cerré con llave, ¿Quién podría escribirme?, después de todo, todos odian al rey, ¿Por qué escribirle a la reina?
Elisabeth, este mensaje tal vez nunca lo llegues a leer, ya sé lo que sucede en el palacio, el nuevo rey es malo, está bien preparado y no será fácil sacarte de ahí. No estás sola, haré lo que sea necesario para liberarte y que puedas ser feliz con el amor de tu vida, que puedas brillar de nuevo, así como cuando me contabas tus sueños y deseos.
No tienes que responder a esta carta, pero si quiero que busques a "finn juthsherts", él te dará un mensaje, pronto serás liberada, ve a la antigua casa de Francia, donde encontrarás algunas cosas que te podrán ayudar. Allá, dónde una vez hubo una pelea, donde hubo amor, donde él se ocultó por mucho tiempo.
Att: anónimo conocido.
Me desconcertó un poco, ¿quien era este tipo, como sabía cosas sobre el palacio?, ¿El amor de mi vida?, ¿A quién podría referirse?, ¿Será posible qué... No, es imposible?
Aunque si lo pienso bien, nunca ví un cadáver, nunca más hubo señal de él, Juan se lo llevó y listo, es como si hubiese desaparecido de la fas de la tierra. Debo tener esa llave, pero mientras, debo saber qué sucedió ese día, luego que Juan y Carlos salieran de este palacio.
Me arreglé nuevamente, una nueva esperanza comenzó a arder dentro de mi, siempre creí que había algo que no encajaba en todo esto, ¿Podría estar vivo?, es posible, sin embargo, ¿Por qué nunca me escribió?, debo saber la verdad.
~•~
He recorrido todo el pueblo, buscando un detective que me ayude, sin embargo, es como si todos se hubieran ido, o simplemente desaparecidos, ya no se que hacer, ¿La casa antigua de Francia?, donde él se ocultó por mucho tiempo, ¿a qué se refería?
Un hombre extraño se sentó a mi lado mientras me veía fijamente con una sonrisa.
-escuché que estaba buscando un detective-susurró acercándose lentamente a mi-me pregunto, ¿Por qué la reina buscará un detective?, tiene muchos caballeros que podrían ayudarla.
Mantuve mi figuro rígida y autoritaria.
-¿Usted conoce a aún detective que esté dispuesto a ayudarme?-no lo miraba directamente, como si estuviéramos ocultando nuestra conversación.
-¡Yo soy detective mi señora, apoyé en la guerra y cuando entraron al palacio y ocurrió aquel suceso con los príncipes!-a diferencia de mi, él si me miraba con un a sonrisa de oreja a oreja, como si estuviera feliz de estar ahí.
Sus palabras me hicieron recordar aquella noche que tanto quería olvidar, ¿Como sabía él eso?, traté de buscar en mi mente pero simplemente no se me venía nada.
-yo puedo ayudarla con lo que sea-continuó aquel hombre-pero con una condición.
-¡¿Cuál?!-exclamé a la defensiva.
-después que yo termine el trabajo, usted deberá ayudarme a salir de aquí- sugirió sin temer, sin temblar, muy seguro de sus palabras-usted y yo estamos corriendo peligro con esta conversación, yo solo quiero salir de este infierno con mi esposa e hijas.
Lo dudé por un momento, trataba de encontrar un engaño, una trampa, pero este hombre parecía sincero, sin ningún plan secundario, además de eso tenía razón, ambos estamos condenados con esta conversación, así que después de pensarlo rápido decidí aceptar.
-bien, no perdamos tiempo-finalmente lo miré-necesito saber qué sucedió la madrugada del catorce de agosto fuera del palacio. Ese día, uno de los caballeros salió con el cuerpo de un hombre junto al rey, necesito saber dónde tiraron ese cuerpo y qué sucedió con él.
-muy bien-asintió.
-y necesito encontrar a finn juthsherts-finalicé sacando una bolsita de monedas- esto es un adelanto, cuando termine el trabajo le daré el triple y lo sacaré de aquí sin problemas, eso se lo prometo.
Él se levantó sin tomar la bolsita y me miró sin dejar de sonreír.
-no quiero dinero-admitió-encontraré lo que busca y le traeré toda la información que necesite.
-¿Sabes dónde queda la antigua casa de Francia?-agregué antes que se fuera.
-¡Por supuesto!-exclamó-es una gran casa que queda al sur de Francia, está frente a un pequeño lago, actualmente viven dos mujeres ahí, supuestamente son hermanas pero yo no creo esa mentira, parecen pareja, es simplemente asqueroso.
Le agradecí y quedamos en vernos en este mismo lugar mañana en la noche.
Luego de lo que dijo solo dos personas se me vienen a la mente, Amaya y Cilia, y ese lugar sé dónde es, debo ir cuánto antes.