LA GLOBALIZACIÓN DEL K-POP COMO PRODUCTO CULTURAL
INTRODUCCIÓN
La música ha sido por siglos una fuente de diversión y entretenimiento para las personas. Asimismo, a través de tiempo ha ido variando e incorporando nuevos géneros de acuerdo a las épocas. De tal modo, en los últimos diez años, gracias al cambio y procesos nuevos de difusión, un nuevo género musical ha roto las fronteras de distancia e incluso culturales. Este es el fenómeno del K-pop. Lo escogí debido a su relevancia social, ya que produce un impacto cultural en el mundo. La fanaticada de este género es tan grande, más de 86 millones según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Corea, que es importante conocer cómo ha sido el proceso que ha seguido para convertirse en lo que representa ahora. De igual modo, es un interés personal averiguar sobre esto ya que soy consumidora de su producto. Por ende, en las próximas líneas se explicarán las características de este fenómeno, así como su impacto relacionado con la globalización.
CARACTERÍSTICAS DEL FENÓMENO
El K-pop, que significa Korean Pop, es un género musical originario de Corea del Sur. Según Vargas (2015), está caracterizado por la mixtura cultural y musical; es decir, existe una incorporación de diversos estilos, tales como pop, hip-hop, R&B, rap, rock y música electrónica. Además, es producida por grandes compañías de entretenimiento, y, en su mayoría, esta música incluye bailes y es representada generalmente por grupos, llamados Boy bands o Girl Bands, conformados por Idols.
Asimismo, en el mundo se manifiesta como un producto culturalmente híbrido, ya que presenta sonidos occidentales y al mismo tiempo un estilo de producción y presentación, como las coreografías, símbolos y lenguaje corporal, con un claro origen asiático (Vargas, 2015). En otras palabras, el K-pop mezcla una variedad de elementos visuales en la composición y colores de las producciones de los videoclips, atuendos modernos y llamativos, y coreografías sincronizadas, no tan difíciles para que los fans lo imiten, con la finalidad de orientarse al mercado externo y obtener resultados. De acuerdo con Yan Kong (2016) elementos como la incorporación de frases o versos en inglés en las canciones son utilizados para ser atractivas a la audiencia internacional y puedan identificarse. Por tal motivo, se infiere que el K-pop tiene el propósito que, con cada producto cuidadosamente fabricado y perfeccionado en las agencias de entretenimiento, se venda y manifieste globalmente, y genere ingresos económicos al país, no solo de la música sino de su producción cultural.
De igual modo, en Perú, aunque exista una barrera de lenguaje y costumbres, la cultura surcoreana ha podido entrar en el mercado; por un lado, porque presenta elementos llamativos para los occidentales, por el otro, por la aparición de los medios sociales, tales como Facebook, YouTube o Twitter. Según, García (2017), el género llegó al Perú hace más de 10 años, aproximadamente, como producto de la “ola coreana” en la que Corea del Sur se expandió también en China, Japón, Medio Oriente, Estados Unidos, Latinoamérica y Europa. Asimismo, en nuestro país, el K-pop se manifiesta, por ejemplo, en reuniones en el Campo de Marte en Lima, lugar donde cientos de jóvenes fanáticos se juntan para realizar esas coreografías y escuchar su música favorita.
Entonces, la difusión de este fenómeno entre la población se dio por esta ola coreana, conocida como Hayllu. Ocaña (2019) explica que este es un proceso de difusión de la cultura popular surcoreana por todo el mundo, que inició a fines de los años noventa, y que tuvo su auge en el 2010. De tal modo, el K-pop se ha convertido en la expresión de una identidad y cultura. Se difunde, por ejemplo, por medio de sus letras, que son con mensajes positivos; así como las coreografías que sugieren la apertura a nuevas experiencias (Vargas, 2015). En suma, está diseñado para atraer al mayor número posible de oyentes, en este caso los hispanos, quienes están culturalmente predispuestos a aceptarlo debido al énfasis en el baile.
Por otro lado, la cultura de este fenómeno ha sido transmitida a la población mediante sus canciones y participaciones de los Idols, por lo que ha influenciado a la sociedad en diversos aspectos. En el aspecto cultural, Vargas (2015) menciona que su música y sus Idols recalcan valores positivos. Asimismo, Los Idols son considerados por los fans como individuos de referencia, ya que son su fuente de inspiración. Por eso, los fans del K-pop valoran en los Idols su ritmo, estilo y creatividad, y toman su cultura como parte de su identidad. En el aspecto económico y social, Cameo (2019) explica que, debido a una enajenación cultural, se produce un consumo excesivo de música, moda y productos por los jóvenes, girando la mayor parte de su vida social entorno a los artistas.
También, algunas organizaciones relacionadas con el fenómeno son los clubs de fans, como los Armys del grupo BTS, que es el fandom más grande en el K-pop. Similares a este son los Exo-ls del grupo EXO, y los Blinks de BlackPink.
IMPACTO DE LA GLOBALIZACIÓN
Según Yan Kong (2016), la globalización del K-pop es un proceso donde juegan las circunstancias externas, pero también los factores internos de Corea del Sur, que ha permitido su evolución y difusión.
Por un lado, la globalización es un proceso que abarca la integración transnacional y transcultural de las actividades humanas y no humanas, caracterizado por la expansión del capitalismo y, de acuerdo con Cameo (2019), el consumo cultural es consecuencia de esto, lo que provoca procesos de aculturación como es el caso de la incursión del k-pop en los países. De tal manera, en la década pasada, el mundo ha incrementado su conexión debido a la aparición de los medios sociales y la distribución digital, que ha permitido el avance tecnológico debido a la globalización. En tanto, Yan Kong (2016) explica que el elemento más importante para que el K-pop se hiciera global son las redes sociales, puesto que las compañías de entretenimiento fueron capaces de identificar las nuevas oportunidades de las redes sociales para el acceso global y la base internacional, como por ejemplo YouTube. Es decir, el K-pop se ha convertido en un fenómeno global desde las redes. De igual modo, las redes sociales han hecho posible el crecimiento de las comunidades en línea e identidades virtuales que conectan a la población en todo el mundo. La globalización ha impulsado que distintas personas del mundo se relaciones con el K-pop, lo cual ha contribuido más a su difusión, pues estas se caracterizan por su lealtad y apoyo.