Trabajo de ayer

P A R T E - X I X : LA POLÍTICA PARA ARISTÓTELES

Relación entre la justicia, la felicidad y la politica en Aristoteles, tomando como base fundamentalmente "La Politica" de Aristoteles

 

En primer lugar, Aristóteles explica que, para llegar a la felicidad, existen tres bienes que conducen a esta: la virtud, la prudencia y el placer. Asimismo, existen tres géneros de vida, las cuales son la vida política, la vida filosófica y la vida del placer. De tal manera, la vida del placer se ocupa del goce y sobre los placeres corporales, por lo que es momentáneo y efímero. Luego, la vida filosófica es la que se ocupa de la prudencia y la contemplación de la verdad. Finalmente, es la vida política la que se ocupa de las nobles acciones, es decir, las que se desprenden de la virtud. Por consiguiente, se puede decir que la felicidad se asocia con una o con las tres vidas, y se define como el mayor y mejor de los bienes humanos, siendo esta el fin de los fines: la mejor de las cosas que puede realizar el ser humano. 

 

Así, la primera relación que se encuentra con la política es que la vida política, una de las tres vías de felicidad, es la que más se acerca a alcanzar este fin completamente junto con la vida filosófica, puesto que la vida de los placeres es efímero. De tal manera, la vida política está dedicada a la vida ética, la comunidad y la virtud. La virtud es, entonces, un medio para alcanzar la felicidad y se encuentra en el justo medio de las acciones y decisiones del hombre en la vida. Así, una de las virtudes más importantes en el ser humano es la justicia. 

 

En segundo lugar, Aristóteles explica que, de las virtudes, existe una que es la encargada de perfeccionar la naturaleza sociopolítica del hombre, la cual es la justicia, entendida como práctica de lo justo. Esta virtud se deriva de la dike, realidad de lo justo. Entonces, la justicia como virtud es la vertiente ética de lo justo, que es consistente en el universo y tiene vocación política y social. Además, se define como la virtud por la que todos y cada uno posee lo suyo y como manda la ley. Así, la justicia constituye una práctica en la que en sus acciones hace efectivo lo que es justo. De tal modo, de acuerdo con Garcés (2015), en la medida en que dichas acciones estén hechas a partir de un fin que cumplan, y que, a diferencia de la acción y producción, contiene el fin en sí mismas y por ello es mejor y buena, la virtud se presenta como aquella capacidad y poder para realizar aquellas acciones. 

 

En ese sentido, como se mencionó anteriormente, la conducta justa puede entenderse como el término medio entre cometer injusticia y padecerla. Entonces, la justicia es un término medio, pero, al igual que otras virtudes del hombre, es propia del medio, mientras que la injusticia es propia de los extremos. De tal modo, Serrano (2005) menciona que la justicia es una virtud en la que el hombre justo practica con intención lo justo y distribuye entre sí mismo y otros, no de una forma que él reciba más que otro o al revés, sino tiene que ser proporcionalmente lo mismo. Por el contrario, con respecto a lo injusto, la injusticia es lo opuesto de la justicia, que es exceso y defecto de lo inútil y lo perjudicial. En otras palabras, la justicia es exceso y defecto en la medida de que es exceso de lo útil absolutamente con relación a uno mismo y defecto se entiende de los que es perjudicial. Por consiguiente, la virtud de la justicia es la que permite vivir al hombre en una vida política adecuada, donde la concepción de la polis, la comunidad política, dentro es importante que el hombre justo conviva con los otros. 

 

Igualmente, Aristóteles, en su libro Política, habla sobre la formación de las polis. Él explica que se formaron gracias a las primeras asociaciones. La primera relación que se da es entre cónyuges, mujer y varón, que se produce solamente por cuestiones biológicas y primitivas. Luego, se produce el vínculo amo-esclavo, que se relaciona con el oikos, casa, y de las casas se producen las aldeas, y de las aldeas, las polis, siendo este su surgimiento y que las comunidades primeras son, entonces, son creadas de forma natural y, por tanto, toda polis surge de la naturaleza.  Asimismo, trata sobre las leyes en relación con la justicia y la felicidad. Se dice que las leyes se refieren a todas las cosas y  se propone en estas lo que le conviene en común a todos, o a los mejores, o a los que están en el poder, o alguna otra cosa semejante. De tal modo, en un sentido, se llama justo a lo que es de índole para producir y preservar la felicidad y sus elementos para la comunidad política, refiriéndose a las polis. 

 

Asimismo, la virtud de la justicia es anterior a la ley; puesto que el justo debe saber cuándo se debe dejar de aplicar esta; es decir, cuando su aplicación genera un resultado injusto. En otras palabras, lo justo no puede denominarse al que cumpla con la ley, sino que el justo, de acuerdo con Aristóteles, debe poseer necesariamente esta capacidad para ser consciente del juicio recto. Por tanto, en la Política, se habla de que la virtud de la justicia es el discernimiento de lo justo. De igual modo, Aristóteles menciona que el hombre perfecto es el mejor de todos los animales; sin embargo, si se aparta de la justicia puede llegar a ser el peor de todos. Esto ocurre debido a que el hombre está aprovisionado de armas para servir a la prudencia y la virtud, especialmente la justicia, pero también las puede usar para cosas opuestas, injustas. Así, es la prudencia la que da al hombre el discernimiento de lo justo, de la razón justa; por consiguiente, es importante el entendimiento de la virtud de la prudencia en relación con la justicia, puesto que da la fuerza justa. 

 




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