¿Se debe prohibir las corridas de toros?
Introducción
El pasado 25 de febrero del presente año, el Tribunal Constitucional ratificó que las corridas de toros y peleas de gallos son permitidas bajo la protección de la Constitución Política del Perú; generando, así, más polémica entre los ciudadanos que están en contra de este tipo de actividades y los que consideran que este tipo de eventos es arte, provocando que estos actos de crueldad sigan imperando en nuestra sociedad en pleno siglo XXI.
En base a lo que se expondrá a continuación, veremos las distintas razones por las que este tipo de sangrientos espectáculos son perjudiciales, no solo para los mismos animales, sino para la misma sociedad que consume, año tras año, las dosis de sangre, violencia y crueldad.
Sabemos que ahora se protege y garantiza la integridad física y emocional de todos los ciudadanos a través de las leyes. Sin embargo, sabemos que, para lograr esto, tuvieron que pasar varios años de una dura lucha constante, hasta que se logró el objetivo.
Tradición y rechazo de la sociedad cambiante
Las corridas de toros deben prohibirse, ya que, actualmente, han perdido vigencia como una tradición cultural en un mundo cambiante donde el respeto hacia los animales se ha convertido en una manifestación global. La cultura no es eterna, puesto que se transforma a medida que se incorpora una mayor amplitud de actores en su celebración (Tribunal Constitucional del Perú, 2020), tales como niños, mujeres, personas con discapacidad y, últimamente, animales. En ese sentido, la cultura cumple un rol fundamental, el cual es unir moralmente los lazos de un grupo social y fortalecer los vínculos dentro de este. Así, cuando un aspecto de esta cultura pierde valía, legitimidad, o vigencia, consigue lo opuesto: conflicto, daño moral, confusión, lo que amenaza a los miembros de la sociedad. Esto ocurre con la corrida de toros.
Dentro de las corridas de toros, se puede identificar el maltrato animal, desde la deshidratación del toro, la “picada” para bajar la bravura, los juegos previos con banderillas hasta la muerte por estocada del toro. Entonces, esto constituye una amenaza para un contexto y sociedad cambiante, en el que, actualmente, se respeta cada vez más el mundo que le rodea. En el caso peruano, este cambio se puede avisar en la Ley de Protección Animal. Asimismo, se muestra esta pérdida de vigencia según datos de DATUM Nacional (2013, citado en Tribunal Constitucional del Perú, 2020), donde el 73% de peruanos manifiestan su total rechazo a las corridas de toros. Entonces, se evidencia que, actualmente, los integrantes de la comunidad peruana, ya no consideran la corrida de toros como una tradición.
Hace menos de una semana, el Concejo de la Municipalidad de Lima aprobó por mayoría que se velará para que los inmuebles a cargo de la comuna edilicia no sean usados en espectáculos públicos donde se ejerza maltrato contra los animales. Censurando así, las corridas de toro en la Plaza de Acho.
Ninguna actividad puede ser llamada cultural si incluye la muerte de un animal; más aún si es por puro entretenimiento.
¿Cómo se desarrolla en otros países y cómo en el Perú se puede imitar?
La Ley N.° 30407 de Protección y Bienestar Animal exceptúa en su aplicación a las corridas de toros. Esta disposición de exoneración genera que el Perú siga perteneciendo al grupo de países que sigue permitiendo la tauromaquia. Sin embargo, existen países en Sudamérica que han prohibido las corridas de toros, incluso desde hace casi cien años atrás, como es el caso de Chile, que prohíbe este tipo de eventos, estandarizando esta norma dentro del artículo N.° 291 de su Código Penal desde septiembre de 1923. Los demás países sudamericanos que prohíben esta práctica son Argentina desde 1954, Brasil desde 1934 y Uruguay desde 1918; y cuentan con decretos y leyes que castigan, ya sea con multas o privando de la libertad por este tipo de actividades. Es por eso que, al haber claros ejemplos en países cuyas leyes y normas cambiaron luego de que las mismas costumbres se transformaron, podemos considerar que, en el Perú, se pueden imitar este tipo de modificaciones en la ley, puesto que, hasta la fecha, en los países mencionados, no ha ocurrido ningún intento de volver a instaurar la tauromaquia. Esto significa que la prohibición ha dado paso a una sociedad más decente, tratando de promover otras actividades menos violentas.
Protección animal (Por qué los toros deben ser considerados dentro de la ley)
La ley 30407, más conocida como la ley de protección y bienestar animal reconoce a los animales domésticos o silvestres como sensibles y afirma que las personas deben velar por la protección de estos; por lo que, como consecuencia, prohíbe lo siguiente:
La utilización de animales en espectáculos de entretenimiento público o privado donde se obligue o condicione a los animales a realizar actividades que no sean compatibles con su comportamiento natural o se afecte su integridad física y bienestar. (...)Las peleas de animales tanto domésticos como silvestres en lugares públicos o privados. (Ley 30407, 2016, art. 22).
Estas prácticas pueden ser consideradas manifestaciones culturales o una afición para un cierto grupo de personas, pero la realidad es que infligen un gran sufrimiento a un animal inocente por placer.