LAS TRES OLAS DE TOFLER
De acuerdo con Tofler, en su lectura Desmasificando los medios de comunicación, menciona que cada persona crea en su cerebro un modelo mental de la realidad, es decir, un almacén de imágenes, tanto auditivas, visuales o táctiles. De tal manera, todas estas imágenes significan la representación de cada individuo del mundo en el tiempo, espacio y comunicación; y se forman a partir de la información del entorno. Asimismo, el autor menciona tres olas y dice que, en cada ola, se produce una transformación de nuestras imágenes, por tanto, en las siguientes líneas, se explicará de dónde las personas obtuvieron las imágenes en cada ola.
En primer lugar, la primera ola se caracteriza por ser antes de la llegada de los medios de comunicación. Por tanto, los niños, siendo estos los receptores de información, construían sus modelos de realidad con imágenes provenientes de pocas fuentes. Los medios de aprendizaje y construcción del mundo todavía eran limitados, por tanto, las imágenes también. Normalmente, los niños conseguían estas imágenes mentales por parte de la escuela a través del maestro, la iglesia, a través del cura, o la familia a través de los padres. Asimismo, debido a que todavía no existía ni la radio o televisión, el individuo no podía conocer a diferentes clases de personas, sino que solo recibía las imágenes de su entorno más cercano, imitándolas y siguiéndolas. Además, el autor menciona que los mensajes que recibía eran redundantes, puesto que dicho mensaje se reforzaba por la familia y el Estado, siendo su visión más controlada. De tal modo, el abanico de posibilidades era muy limitado, por lo que las imágenes del mundo creadas por el niño aldeano de la primera ola eran muy reducidas y angostas.
En segundo lugar, la segunda ola posibilitó la multiplicación del número de canales por los que el individuo construía las imágenes mentales de la realidad. El niño ya no solo recibía sus imágenes de las personas o entorno cercano, sino que también de la radio, el periódico y la televisión. Igualmente, la Iglesia, el Estado, la escuela y la familia continuaban reforzando el mensaje redundante. No obstante, los medios de comunicación que habían aparecido se convirtieron en un altavoz que poseía el poder de crear estas construcciones mentales. De tal manera, fue utilizada también para uniformizar las imágenes mentales de la sociedad y las convirtió en representaciones universales, incluso transformándolas en íconos dentro de las mentes de los individuos, como, por ejemplo, la imagen de Marilyn Monroe con su vestido levantado por el viento. En ese sentido, las imágenes que eran producidas y esparcidas por los medios de comunicación en la mente de las masas, como menciona el autor, permitieron que la imaginería del individuo esté uniformizada, así como su comportamiento.
En tercer lugar, la tercera ola ha alterado todo el sistema anterior. Mientras la sociedad se aceleraba, también la construcción de imágenes se aceleró dentro de los individuos. De tal manera, en este caso, las fuentes de imágenes llegan más rápido y con más contenido. Por consiguiente, los individuos están en la necesidad de poder procesar con más rapidez las imágenes a su interior, actualizando y borrando imágenes de la realidad pasada al ser esta tan cambiante. En otras palabras, las imágenes se han vuelto más temporales, instantáneas y se desvanecen con facilidad. Un ejemplo de ello es que las ideas, creencias, ideologías, teorías se crean y se derrumban en poco tiempo. Por lo tanto, se puede decir que, en la tercera ola, aunque las fuentes de imágenes de la realidad son casi ilimitadas, también son fugaces y cambiantes, produciéndose la aceleración del flujo de información de los individuos y transformando la estructura de la información.
En conclusión, en la primera ola, las fuentes eran limitadas puesto que aún no habían medios de comunicación, por lo que las imágenes eran construidas a partir de información de su entorno más cercano, que estaba controlado por el Estado, la Iglesia, la escuela y la familia. Luego, en la segunda ola, surgieron los medios de comunicación, porque el niño podía acceder a más información y, por tanto, a más espacio para crear sus imágenes mentales; pero, dichos medios también se usaron para uniformizar el pensamiento y la imaginería de los individuos. Finalmente, en la tercera ola, la sociedad acelerada y cambiante ha producido que las fuentes de imágenes sean también cambiantes, aceleradas y rápidas en crearse y desvanecerse.
MENTE MASA Y CULTURA DESTELLAR SEGÚN TOFLER
La tercera ola trajo consigo el enfrentamiento hacia la más profunda conmoción social y, a su vez, una reestructuración creativa de todos los tiempos. En otras palabras, se dio paso a la construcción de una nueva civilización extraordinaria. En este proceso, la economía fue de suma importancia y, la aparición del fenómeno de la globalización, condujo a que la tecnología revolucione a nivel mundial, dando paso al uso del internet de manera desmedida y abriendo campo a la información como fuente de poder.
La desmasificación de los medios de comunicación trajo consigo la desmasificación de nuestras mentes. En otras palabras, durante la tercera ola, se vivió lo contrario a la masificación, la cual consistía en la concentración de un gran número de elementos en un espacio limitado; y, por consiguiente, se optó por la idea de que los medios de comunicación se vean obligados a ser compartidos y no se limiten a un espacio en específico. Durante este proceso, fue quedando atrás las pretensiones de la segunda ola que se caracterizó por la uniformización del contenido efectuado por los medios de comunicación que posteriormente daban paso a los que los críticos consideraban como “mente masa”. De este modo, Alvin Toffler denomina mente masa al comportamiento de un determinado grupo de personas que buscan subordinar al resto para uniformizar sus ideas o pretensiones. No obstante, en la actualidad, esta práctica masiva de personas, en la cual todos recibían la misma información ha quedado atrás y ha sido reemplazada por pequeños grupos desmasificados que se comunican entre sí a partir de características en común. Asimismo, la concepción de “mente masa” guarda relación con la cultura destellar porque a medida que se va desmasificando nuestra mente, estamos desplazando la idea de “mente masa” que surgió durante la segunda ola y, por el contrario, estamos acelerando el proceso de comunicación. Esto explica en gran parte, que nos encontramos frente a la cultura destellar, en la cual, nos encontramos bombardeados de una gran cantidad de imágenes que no necesariamente guardan relación, pero que conmueven nuestras mentes y aparecen de manera dispersa en el ámbito que nos encontramos.