LA OBJETIVIDAD EN LA CIENCIA POLÍTICA
La Ciencia Política tiene sus orígenes más remotos en la antigua Grecia; las primeras cuestiones se desarrollan en la filosofía política. Con el transcurrir del tiempo, tuvo que librarse del conocimiento clásico de la política para llegar a constituirse como la disciplina que impera en la actualidad. Por ello, en este artículo iremos desmembrando los elementos que componen las bases de la Ciencia Política, una disciplina científica que fue expandiéndose a comienzos del siglo XX.
Dentro de este contexto, se ha planteado investigar cómo se ha establecido la objetividad en la Ciencia Política y si esta puede llegar a ser objetiva. Entonces, en el primer capítulo, se tratará el tema del reconocimiento de la Ciencia Política como disciplina científica dentro de las ciencias sociales. En este primer vistazo, se explicará las corrientes e influencias que propiciaron dicho reconocimiento. En el segundo capítulo, siendo ya identificada, se explicará su proceso de consolidación y las bases construidas para mantener dicha objetividad. Finalmente, el tercer capítulo tiene como finalidad describir los elementos subjetivos necesarios que la Ciencia Política presenta, pero que no impide poseer su carácter objetivo como disciplina.
De este modo, para entender el desarrollo de la Ciencia Política, tomaremos como base uno de los conceptos de un reconocido politólogo, Giovanni Sartori, quien define a la Ciencia Política como la disciplina que estudia e investiga, con la metodología de las ciencias empíricas, los aspectos diversos de la realidad política, con la finalidad de explicarla más que se pueda (Sartori, 1986).
Finalmente, la investigación propone dirigirse a la comunidad académica para ser útil como fuente de conocimiento para trabajos futuros en relación a temas similares del tratado; igualmente, fomentar el interés en los demás estudiantes para que averigüen sobre el establecimiento de la Ciencia Política como disciplina objetiva, puesto que es importante poseer un juicio crítico en la construcción de dicha ciencia.
II. El reconocimiento de la Ciencia Política como disciplina en el campo de las Ciencias Sociales
La Ciencia Política dio un salto importante, gracias a la influencia positivista, pues logró alcanzar un grado de cientificidad en las ciencias sociales. Como disciplina, comenzó a generar conocimientos a partir de la observación y clasificación. Esto se debe en gran parte al desarrollo de las ciencias sociales que en su búsqueda de un saber más riguroso introduce los métodos que utilizan las Ciencias Naturales.
La Ciencia Política trata de aproximarse a las Ciencias Naturales en su capacidad de explicación y predicción de los fenómenos, para lo cual busca describir regularidades en el comportamiento humano. Existe también un impulso integrador de las Ciencias Sociales, entendidas como Ciencias del Comportamiento, y se busca una teoría empírica general para todas ellas. (Mertz, 1984, p.48)
De esta manera, en cuanto a su desarrollo metodológico y científico, la Ciencia Política tuvo una importante contribución de la corriente positivista, ya que fue generando explicaciones racionales de contenido empírico a los fenómenos políticos, así como también establecer hipótesis que le permitan responder a sus inquietudes, haciendo el estudio de la Ciencia Política más objetivo.
Es por ello que tiene gran importancia el aporte de Augusto Comte, padre de la Sociología, al tomar como objeto de análisis científico los fenómenos sociales, ya que contribuye a establecer un criterio práctico a la disciplina, y su estudio objetivo. Tal como indica Miró Quesada (2013), “Sin comprender a Comte no podríamos entender la raíz de las ciencias sociales y de la ciencia política actual, en cuanto a su desarrollo teórico y metodológico” (pp. 42-43).
Se plantea entonces, la búsqueda de un conocimiento más preciso de esta disciplina. Para Olguín (2015) la ciencia política parte de una necesidad de comprender el origen y la esencia de las cosas, por ello necesita que se posean las habilidades y capacidades que le otorguen conocimientos más objetivos y consistentes, para que puedan ser contrastados.
De igual manera, dentro del campo de las ciencias sociales, se han realizado pasos sustanciales a nivel, incluso de una revolución científica y cambio de paradigma, y que, por ende, también se ha realizado en la Ciencia Política. De acuerdo con Arango & Hernández (2015), este segundo paradigma se percibe que las disciplinas sociales son significativas en sus contribuciones si pueden aplicar métodos y técnicas que produzcan elementos mínimos de certidumbre progresiva, y menos carga de ideología y prejuicios. Esta idea es opuesta a la concepción de la ciencia social en una falta de construcción de taxonomías.
Entonces, la Ciencia Política debe mantener un espacio más abierto y flexible. Esto no quiere decir que, durante la experimentación, solo sean válidos los datos de análisis estadísticos. En cambio, significa que el componente matemático se convierte en una línea divisoria entre lo científico y lo que no es. Así, lo que se busca del objetivo es que sea construido a base de consensos sólidos y que persistan en el tiempo.