Trabajo de ayer

P A R T E - X X V I I I : EL DESEMPLEO LABORAL DURANTE LA PANDEMIA DESDE UN ENFOQUE SOCIAL

EL DESEMPLEO LABORAL DURANTE LA PANDEMIA DESDE UN ENFOQUE SOCIAL

 

En enero del presente año, estalló una epidemia en China, que, en marzo, llegó a Perú. Desde ese momento, se declaró el Estado de emergencia sanitaria y el distanciamiento social obligatorio con la finalidad de poder disminuir los casos de contagio de Covid-19. En consecuencia, la población ocupada dejó de trabajar para mantenerse dentro de sus casas. En el caso de Lima, la PEA disminuyó en 47,6% de acuerdo al 2019 según datos del INEI. Entonces, en los siguientes párrafos, se ofrecerá una respuesta sistémica desde la teoría sociológica a la transformación del escenario laboral peruano en un contexto de pandemia, utilizando los conceptos de espacio social de Bourdieu, modernidad líquida de Bauman y hecho social de Durkheim.

 

En primer lugar, esta transformación puede entenderse desde el enfoque del espacio social. Bourdieu (2002)  define al espacio social como el espacio de tomas de posición a través del sistema de desviaciones que diferencian a  grupos o agentes de otros, que se distribuyen en función  de su capital; por tanto, estas desviaciones condicionan las prácticas y aficiones de cada grupo, formando así la posición social, el lugar que se ocupa dentro de este espacio social. De tal manera, con respecto al caso planteado, se ha evidenciado una disminución de la población ocupada. Esta población ocupa una posición en el espacio social y gran parte de las personas de Lima son de clase media. Así, de acuerdo a un informe de la INEI (2019), el promedio de ingresos es de 1723,7 soles. Entonces, se puede apreciar que, antes de la pandemia, el capital económico de la mayoría de limeños no era muy elevado, dando a entender que el sueldo de gran parte de estos era similar al promedio. Asimismo, según el Censo de 2017, el 34% de peruanos poseen estudios superiores, siendo este el capital cultural de conocimiento legitimado. Por ende, la posición social de los limeños no era grande, debido a que tanto su capital económico como cultural no eran elevados. Entonces, al aparecer el factor de la pandemia y el distanciamiento social obligatorio, el capital económico disminuyó aún más. La reducción de personal, el cierre de negocios o la quiebra de empresas han propiciado que la gente deje de laborar y la posición de la mayoría dentro espacio social no ayudó a mantener el sustento que necesitaban para continuar trabajando en otro rubro. Así, la desigualdad económica se ha incrementado, y las posiciones sociales de los que no le han afectado y a los que han perdido su empleo también se ha distanciado. Por consiguiente,  el derecho al trabajo se ha convertido en un privilegio para los peruanos que pueden subsistir sin la decreciente tasa de empleos, puesto que, dentro del espacio social, ocupan una posición social que presenta mayor capital económico, así como cultural y social; y esta es una desigualdad que ha existido, solo que, ahora en este contexto, se ha marcado mucho más.

 

En segundo lugar, este problema se puede entender desde el concepto de la modernidad líquida que Bauman (2006) plantea, el cual se refiere a que vivimos en una sociedad de cambio antes de la adaptación, comienzos sucesivos y breves finales,  por lo tanto, una sociedad que vive en constante incertidumbre. En una sociedad líquida, los individuos están sujetos a los cambios y tienen el temor a no poder seguir el ritmo de estos. La coyuntura que se vive actualmente es un reflejo destacable de la modernidad líquida, ya que la pandemia ha provocado un cambio general en la forma de vida estándar de las personas en diferentes aspectos. Uno de los cambios más notables ha sido el ya mencionado aumento de la tasa de desempleo en la población, el cual ha sido causado por diversos factores como la transformación en el consumo debido al aislamiento, la nueva forma de trabajo a través de medios virtuales, la pérdida de empleo de quienes trabajaban de manera informal o independiente, la quiebra  o pérdida económica de empresas dedicadas a rubros como el transporte o entretenimiento que se han visto obligadas a reducir personal, etc. A causa de ello, existen diferentes tipos de reacciones frente al problema. Hay quienes  han logrado, o están en proceso de adaptación, buscando maneras diferentes de realizar sus trabajos habituales, para poder seguir el ritmo de la sociedad y no afectar su estabilidad. De igual forma, hay quienes han decidido reinventarse y buscar nuevas alternativas distintas a las establecidas anteriormente para no verse tan afectados por esta situación. Sin embargo, existe un grupo de la población que no ha logrado adaptarse; por lo tanto, se ha visto afectada al no poder seguir la regularidad de los acontecimientos. Para Bauman (2006), vivir en una sociedad líquida implica la capacidad para deshacerse de las cosas con rapidez y reemplazarlas, quienes no puedan ejercer dicha capacidad tienden a fracasar. El último grupo mencionado estaría viviendo esta situación. Asimismo, todas estas personas se encuentran en un estado de incertidumbre, ya que no es posible saber con certeza que va a suceder en los próximos meses, si van a recuperar sus empleos, van a seguir en constante cambio o tendrán que adaptarse forzosamente si no quieren estar fuera del nuevo orden establecido.

 

En tercer lugar, la pandemia ha sido la causante de múltiples cambios sociales y pérdidas en diversas partes del mundo, los expertos de la sociedad siguen persistiendo en sus intentos por conseguir rápidamente una vacuna eficaz. Bajo lo anterior señalado, Giddens (2012), menciona a Durkheim que dice que “los procesos de cambio en un mundo moderno son tan rápidos e intensos que crean trastornos sociales”. Es un hecho que la sociedad en todo el mundo ya cambió, la forma de vida tradicional como se le conoce, en conjunto con todos sus valores y normas, también se han visto afectadas. Es probable que muchas de las personas sigan con sus vidas ya habiendo tenido la experiencia del contagio, puesto que algunos expertos y autoridades lo señalan como un hecho inevitable. Asimismo, la sociedad tendrá que regirse bajo nuevas normas sociales y la persona adquirirá nuevos valores, porque para un desarrollo saludable en la sociedad actual, estamos sometidos al uso de mascarillas, desinfectantes y a una distancia prudente de otras personas. Además, dependerá de cada persona el seguir las anteriores normativas, dependerá de cada persona seguir lo necesario para protegerse. Ante ello, la diferencia de valores, costumbres y estilos de vida han presentado en la sociedad un estado de anomia, dado que la estructura social actual se encuentra divida en dos grupos y estas se encuentran en constante confrontación. Parte de la sociedad deja de lado las normas establecidas, se rigen sin limitación alguna e ignoran lo acontecido lo que da como resultado un mayor caos social que despierta en los ciudadanos inseguridad, problemas de ansiedad y estrés que puede no necesariamente tener como punto de partida el estado de emergencia, pero que sin duda este último contribuyó a su aumento. Con ello, una serie de consecuencias no deseadas se presentan en la sociedad. El estado, a través de sus normas, busca proteger al individuo y mantenerlo saludable, sin embargo, la situación presentada desarrolla sensaciones de ansiedad, estrés, rebeldía y el crecimiento del incumplimiento de las leyes, lo que hace más difícil la convivencia en el actual estado de emergencia con una sociedad inestable. Sumado a ello, la sociedad está forzada a lidiar con las consecuencias ocasionadas por factores externos, este hecho social es desarrollado por la pandemia que llevó al estado de emergencia, la persona está condicionada a acomodar su vida según la actual situación, por ejemplo, el aumento en la tasa de desempleo debido al cierre de empresas y compañías, como la decisión de Cineplanet por eliminar a su personal de limpieza y atención, el mismo caso para las instituciones que tras cerrar sus puertas eliminan a todo el personal de servicio. En ese sentido, la transformación laboral ha sido suscitada por estos factores externos dentro del contexto del coronavirus, por lo que cada individuo ha sido afectado económicamente, no como un problema individual, sino social.




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