Traitor

I

Pasado

Aria

Siento demasiado dolor, mi cuerpo ya no soporta tantas agujas. El aire frío pasaba por todo mi cuerpo, tengo demasiado frío que no tengo nada con que cubrirme. Tenía un vestido corto color blanco, la suciedad le quitó el color, estaba roto. Yo no aguantaba más de estar encerrada en una jaula, me sentía como un animal. Afuera de la jaula está el infierno, una vez más viendo a todos sacrificarse solo por el dinero y tener una vida cualquiera. Miré dos tipos discutiendo, pude escuchar un poco de su discusión.

-Ella es la culpable por todo lo que hizo, ella tiene la culpa de que la misión fallara. Eso dijo el jefe. - Informó. - Un hombre con una bata blanca se acerca hacia mi jaula, tenía un collarín para mi.

-Serás trasladado a un lugar mejor, volverás a ver a tus hermanos. - Dijo con una sonrisa, abrió la jaula, salí lentamente mientras observaba al hombre. - Eso, ven acércate. Necesitas esto, es para tu bien y para el bien de los demás. - Me acerqué hacia la mesa de herramientas, tomé un tubo de metal que se encontraba ahí, el hombre bajó la guardia. Golpeé al hombre en la nuca, solté el tubo mientras huía con toda mi velocidad que me quedaba. Había mucha seguridad en el edificio, no me quedaba de otra que usar mi poder.

Al ver como mi sombra mataba a cada uno, es como si me estuviera desahogando. Siento que toda esa rabia que había guardado por tantos años se estaba desapareciendo. Al deshacerme de la seguridad huí del edificio. No conozco la ciudad, llevo años sin salir de aquel edificio, pero por tanta adrenalina decidí correr sin rumbo. No podía creer lo que había escuchado allá, creí que mi hermano me amaba como si fuera su pequeña hermana de sangre. Él siempre estuvo conmigo, me apoyó en todo… Pero en aquella misión tenía que eliminar rastro de mercancías que mis hermanos tenían. Mi poder se salió de control y lo único que hizo fue lastimar a la policía. Siempre pasa, siempre arruino las cosas. 

¿Qué sentido tiene la vida si siempre fallarás? Siempre serás una decepción para ellos, sin importar cuánto vales realmente. Mi cuerpo ya está agotado, he sido experimentada una y otra vez, ya no puedo seguir más. He estado haciendo las cosas mal, todos me odian, ahora lo entiendo todo. Yo no pertenezco aquí, yo merezco una vida mejor y sé a dónde ir. 

Llegué al puente, había personas caminando, otros disfrutando la vista. Algunos de ellos me veían como si fuera vagabunda. Pues claro! Tengo ropa que parece vagabundo, me acerqué hacía al puente. Miré a ambos lados que nadie me ponía atención. Me subí a la orilla del puente mientras me sujetaba el alambre que sostenía el puente. Mientras observaba el mar, sentí como mi cuerpo temblaba.

Aria- ¿Por qué tiemblo? ¿Acaso temo a la muerte? - Susurré. - No, no le temo. Ya no podré seguir con esto, el mundo es un infierno, este poder es un infierno, ellos son un infierno. - Estaba a punto de soltarse y dejar mi alma de una vez hasta que escuché un grito.

-Detente! ¿No crees que esto le va afectar a tus hermanos? - Preguntó el hombre con bata blanca. Negué con la cabeza. - Todo lo que dice tu hermano, solo está frustrado. Él quiere lo mejor para ti! Entienda de una vez el número 6. - No le respondí al hombre, ya no quiero volver a vivir en un infierno. El hombre señaló a los hombres uniformados para atraparme, sin embargo decidí soltarme. - ¡No! - Cerré mis ojos, ya estaba lista para dejar este mundo, pero sentí como alguien sostenido mi mano. Abrí mis ojos, miré aquellos ojos de miedo, cansancio y desesperación. 

-Por favor, déjeme ir… - Mi voz sonó temblorosa. - Te lo ruego… Por favor. - El tipo me miraba en silencio, quería soltarme pero a la vez no.

-Entregarnos! - Dijo el científico.

-Por favor, no lo hagas… Estoy harta de que estén en contra de mí. - Susurré. El tipo no me respondió nada. Me exigían que me devolvieran, pero el tipo no hizo nada al respecto.

-Entreganos a la chica! Es una orden! - Exigió el científico. 

-Descuida, no te devolveré con ellos. - Susurró. Los uniformados apuntaron sus armas hacía él, de repente escuché disparos. El tipo se lanzó del puente sin soltar mi mano, cerré mis ojos. Sentí como estaba en los brazos de él, escuchaba su latido, puedo sentir su miedo. 

Sentí como nuestros cuerpos se mojaban, contuve mi respiración por varios minutos hasta que decidí dejar este mundo o al menos eso creí. Todo fue tan rápido que creí que fue solamente una pesadilla. Abrí mis ojos de inmediato, empecé a toser. Estaba mojada, tenía frío, mi cuerpo temblaba demasiado. Me levanté lentamente y miré a aquel tipo que me ayudó. Noté que estaba en otro lugar, tenía otra ropa.

-Ya estás bien, descuida… - Dijo. - Dime, cómo te encuentras? - Preguntó. No le respondí, me da miedo hablar con alguien, le temo un poco ya que jamás he conocido a alguien más excepto a los que miraba todos los días en aquel edificio. - Entiendo… Antes de que me vaya quiero decirte algo. No importa cuánto cansancio te sientes, no importa cuántas veces tratas de quitar tu vida, nada de eso te ayudará a olvidar algo que te hizo llegar hasta aquí. Tú eres más fuerte de lo que crees, si sientes peligro puedes presionar este botón. Estaré ahí cuando me necesites. - Dijo el tipo mientras se retiraba de la habitación.

Realidad

Escuchaba las olas del mar, las aves cantar, la brisa del mar pasaba por mi cabello. Observaba mi joya, noté algo extraño en ella, había una mancha roja. Usé mi manga para limpiarla, pero seguía esa mancha. Mi don se activó, mis instinto me advirtió que alguien venía con armas. Inmediatamente guardé mi joya, volteé hacía atrás. Miré a varios miembros llegar al jardín con hombres uniformados.

-Aria… Bienvenida a la Lidio Mafia! - Dijo la rubia en tono de alegría.

Eddie




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.