“Los ángeles querían ser libres, y crearon su propia voluntad, así que idearon un plan y olvidaron todo lo que dios les inculcó, ahora podrían hacer todo lo que quisieran. Entonces el infierno fue creado”
La tecnología ha sido parte fundamental de la vida humana, pero… ¿a qué precio? Si, nos ha mejorado la vida, no las ha facilitado, pero nos hemos vuelto vagos y perezosos a tal punto que hemos dejado de ser independientes, seres miserables que ponen sus vidas en manos de máquinas, microchips y circuitos, “Facilidad y comodidad” nos volvimos conformistas y aceptábamos todo lo que los jefes de estados nos imponían, a cambio de una vida llena de lujos tecnológicos. Nos compraron, eso hicieron, les vendimos la vida, le vendimos el alma a estos bastardos que dicen ser nuestros protectores cuando en realidad solo son buitres, sanguijuelas, malditos carroñeros que exprimen hasta la última gota de nuestro líquido vital, y no nos dimos cuenta de lo que tramaban hasta que ya era tarde, hasta que estábamos hasta la cintura de mierda, de su mierda, nos hicieron pelear sus batallas, nos llevaron a una guerra sin sentido donde no hubo ganadores.
En el año 1970 inició la tercera guerra mundial, a tan solo 12 años de paz efímera que dejó la segunda guerra. Rusia en su disputa con Japón aún en su apogeo decidió actuar en defensa de unas islas pertenecientes a la unión soviética y que Japón reclamaba de su propiedad. Japón con una potencia militar bastante débil, consecuencia de batallas no muy lejanas insistió en su derecho sobre territorio ruso, pero estos no se quedarían de brazos cruzados mientras los japoneses buscaban fortalecerse a la fuerza ganando territorios, Rusia atacó con un poder abrumador.
Ambos países tuvieron bajas considerables, pero había un gran desnivel y la balanza de poderes estaba hacia un solo lado. Cuando los rusos creyeron que las fuerzas japonesas estaban a punto de rendirse, se inició un comunicado, Japón en su desesperación por la obtención de poder, “A los países que nos brinden el apoyo necesario para recuperar lo que nos pertenece por derecho, se les estará inmensamente agradecidos, hoy con una rodilla en el suelo, estamos dispuestos a compartir nuestros avances tecnológicos y nuestras riquezas con quien decidan ayudarnos”. Debieron aceptar la rendición, no había sentido en sus palabras, pero el Honor de los japoneses esta vez fue más grande que su orgullo.
Todo el mundo se mantuvo en silencio, hasta que la primera bomba descendió desde el cielo sobre Rusia, Estados Unidos emergió de las sombras en ayuda de una nación moribunda, excusándose en el tratado de paz entre Japón y el mismo, firmado ya hacía varios años, habiendo dejado U.U.E.E a Japón en situaciones miserables, ahora llegaron en su ayuda, aquellos, los mismos que 12 años atrás se masacraban, los japoneses... debieron aceptar la rendición. El mundo aún se pregunta qué fue lo que sucedió, que llevó a estas tres naciones de una lucha por territorios y una intervención, a una guerra Nuclear/Biológica y Química.
Muchos países se sumaron a esta tragedia, la cual logró acabar con una gran parte de la población mundial, sería difícil hablar de cifras exactas, pero posiblemente haya sido más de la mitad de la humanidad. A finales de la guerra el mundo quedó en devastación y en una miseria más extrema que cuando iniciaron los conflictos entre las naciones. El infierno en la tierra, así llamaron esta a guerra como si de una obra de teatro se tratase.
Humanos queriendo ser dioses, control mundial, poder sobre las masas, al final no había nada que controlar, las personas perdieron su moral, su orgullo… la esperanza, la humanidad se había desmoronado y hecho cenizas, ahora solo eran menos que nada, alimañas, ratas de alcantarillas. Al final no había nada que controlar, o quizá era todo lo contrario, fue más fácil controlar lo poco que quedaba.
Un día salió el sol, era inevitable dudar de la realidad, después de todo la realidad estaba hecha pedazos, pero de los escombros se levantaría una nueva versión de lo que conocíamos, ocultos en algún lugar, de la misma nada emergió, como si la devastación mundial era lo que habían estado esperando, se levantó como un titán, una supremacía tecnológica, para salvar a los que aún vagaban en el mundo, “El Pico” así se hacían llamar, hicieron promesas y llenaron de luz nuevamente los ojos de las personas, después de todo que más les quedaba en la completa oscuridad más que esperar a que le lanzaran una soga que los guiara a la salida.
Se cumplieron todas las promesas, un nuevo inicio, ahora el mundo les pertenecía solo a ellos, ahora solo éramos las ojas de un gran árbol imposible de talar y que nos controlaba a su voluntad. "El Pico" El nuevo orden mundial.