Tras de ti

UN NUEVO COMIENZO

 

Al abrir mis ojos por la luz que se filtraba por la ventana, me costó un tanto lograr finalmente enfocar lo que tenía frente a mí como siempre, el sol me había cegado. Aún no me acostumbraba a ello, en casa mi habitación estaba ubicada en la parte trasera por lo que el sol no le daba sino hasta las tardes. En este lugar era bastante extraño, me obligaban a levantar en la madrugada, luego nos dirigían a las duchas donde velozmente debíamos estar bañadas en minutos mientras que aquellas mujeres nos vigilaban a cada momento.

Fue entonces esa tarde que todo comenzó nuevamente, me trasladaban a un correccional de media seguridad por lo que el establecimiento no tenía el dinero suficiente para separar hombres de mujeres. De todos modos, no era algo que me preocupara, desde el "incidente" me había convertido en otra persona, sin miedo de nada, pero en el fondo era tan solo una apariencia, una máscara que me recorría todo el rostro ya que seguía siendo la misma niña insegura que desde un nacimiento fui.

La libertad que creí tener en el antiguo correccional se esfumó sin aviso alguno cuando pude divisar a lo lejos la cerca eléctrica de mi nuevo "hogar".

- ¿se escapó alguien ya? - pregunte mirando aquella cerca parecía no acabar nunca, debía tener al menos siete veces mi tamaño, tampoco es que eso fuera tanto... No hubo respuesta de la oficial.

El auto blindado traspaso la barrera por un punto de control que era vigilado por un guardia espeluznantemente alto, que hacía dar la sensación de que la cerca era incluso mucho más alta de lo que realmente era.

- Andando Alison- dijo la mujer que solía ser mi oficial de celda del antiguo correccional, la mujer que me había separado de miles de peleas, la que me regañaba... a la que de cierto modo le alegraba el día imaginaba yo.

Asentí bajando del auto junto a ella donde sorpresivamente un hombre tomo mis manos con fuerza y rápidamente las esposo.

- ¿¡pero ¿¡qué!?- no entendía absoluto que había sido eso, aunque debía de suponerlo ya que habían mencionado que un correccional de alta seguridad era altamente estricto en ese ámbito.

La oficial no tarda en retirarse y dejarme en manos del hombre esbelto que estaba a mi lado, lo mire atentamente ya que este no me dirigía la palabra ni la mirada.

- ¿no hablas o te comió la lengua el gato? - pregunte divertida mientras que mis labios formaban una sonrisa con diversión en ella ya que me había causado total gracia sin embargo el no reacciono como yo esperaba.

- te callas 219 - dijo él y yo lo mire extrañada sin comprender a que se refería, su mirada era fulminante y un tanto escalofriante.

- mi nombre es Alison - aclare y el negó añadiendo.

- desde hoy eres 219- se limitó a decir, no me quedo nada más que suspirar y seguirlo.

Luego de que entrego una tabla donde sabía que salían mis datos y de seguro el motivo de traslado pasamos una, dos, tres, cuatro puertas de metal con agujeros para poder ver del otro lado hasta llegar a lo que sería mi nueva celda. Finalmente me dejo dentro cerrando la puerta y luego pidió que asomara mis manos entre los barrotes para poder sacarme las esposas. Sinceramente en esos momentos creí que me las dejarían puestas; miré a mi alrededor tratando de ver el cambio de "habitación" y esta era mucho más mediocre por así decirlo, se limitaba a una litera básica de metal con un inodoro en una esquina junto a un pequeño lavabo que goteaba. Te has de preguntar el porqué de mi traslado... fácil, estoy en este lugar por usar a mi compañera de celda como saco de boxeo, en mi defensa puedo decir que ella era bastante estúpida, a quien se le ocurre dejar un postre de chocolate sin comer en la litera y lo cierto... es que estaba buenísimo. Aparte después del porqué de que entre al sistema solo necesitaba un strike.

Esbozaba una media sonrisa sumida en mis pensamientos cuando un guardia grito mi nombre, más bien número.

- ¡219! Tu nuevo uniforme. - dijo lanzándomelo entre los barrotes dándome de lleno en el rostro, bufe quitándolo con mis manos para luego mirarlo fulminante, pero este no tuvo oportunidad de verme ya que sin previo aviso se marchó.

Analice mi nuevo uniforme, era totalmente anaranjado de mangas largas y en el bolsillo superior llevaba bordado el numero en un rectángulo blanco. Quite el antiguo que era mucho más cotidiano y menos correccional arrojándolo sobre la cama para luego meter mis piernas primero en saltitos y posteriormente mis brazos. Luego de ello camine hasta los barrotes donde presione mi cuerpo para mirar todas las personas que estaban en ese lugar; a mis lados se escuchaban voces por lo que no dude en que tenía vecinos, y diagonalmente también había un chico rubio, mire al otro extremo y ¡sorpresa! Otro chico rubio, que clase de correccional de alta calidad tenía tantos chicos guapos pensaba divertida por lo que reí, una alarma me hizo mirar atenta que ocurría y logré divisar que de un extremo al otro se abrían las puertas dejándonos a todos libres por el pasillo. Igualmente, que todos salí de la mía y mire a todos los que pasaban a mi lado cuando uno de los chicos rubios, bastante musculoso y fuerte se me interpuso en el camino, ninguno en el lugar superaba los 30 años lo que lo hacía incluso más divertido, el chico se cruzó de brazos y me miro de arriba abajo con descaro.




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