Tras de ti

UNA PALIZA Y NO NECESARIAMENTE A MI

A la mañana siguiente me despertaron en mi celda entrando y esposándome al instante, refute bostezando sin comprender que se trataba, pero el oficial no decía nada en absoluto hasta ya cuando llegamos frente a una puerta en blanco. 

 

- El director ha pedido verle- menciono el oficial y luego de dejarme entrar se retiró. 

 

Mire como la puerta se cerraba a mi espalda y luego voltee a ver una persona con un traje gris. 

 

-si me llamo por el golpe que le di la semana pasada ya sabe porque fue- me limite a decir con seriedad mientras que me cruzaba de brazos, habían esposados mis tobillos por lo que no podría correr. 

 

- ¿¡golpeaste a mi tío!?- se volteó finalmente el chico exaltado. 

 

- ¿Ian? Ay no puede ser- digo riendo al ver como se volteaba, seguía sin comprender como hacía para paralizarme solo con la mirada. 

 

- pues si… por lo de 211, estaba allí- dije suspirando con la mirada baja. 

 

- entiendo…el no pudo vivir con lo que hizo- explicó Ian, pero yo no comprendía. – él siempre fue agresivo con su familia sin embargo adoraba a su mamá que fue la única que cuido de él, cuando ella tuvo un problema y la asesinaron lo declararon culpable por testimonios de sus tíos- 

 

Mire perpleja a Ian ya que no podía creer lo que escuchaba. 

 

-pero…entonces que hizo, dijiste que él hizo algo- pregunté exaltada. 

 

-asesino a su tío, al que asesinó a su madre y dejo sin padre a una familia- dijo él y yo hice una mueca comprensiva 

 

-ya veo… ¿me llamó entonces? – dije cambiando el tema. 

 

-Sí, quería avisarte que ya puedes salir sin esposas. - Menciono el hombre y yo lo miré confundida, pero decidí callar. 

 

No entendía por qué lo hacían, hace un par de días había logrado golpear al director de la institución y ahora solo tenían piedad conmigo...extraño, creía que Ian tenía algo que ver, pero no estaba muy segura, entre cerré los ojos y agradecí para luego caminar hasta el patio, pondría a prueba mi libertad, mi cuerpo ya no estaba tan demacrado y necesitaba descargar esa rabia con alguien, sin embargo, apenas trate de salir me ataron a una soga y camine suspirando, quizás no era tan libre. 

 

 

Estaba atada en una soga a las otras chicas, nos separaban entre chicos y chicas al momento de salir a las horas libres, luego nos soltaban y cerraban una pesada puerta de acero dejándonos en un espacio enano a todos juntos. Me senté en la orilla apoyada con mis codos mientras sostenía mi cabeza en mis manos observando a todos, había chicas que jugaban baloncesto mientras que los hombres se amontonaban todos alrededor de dos chicos que decían pelear, volteé la cabeza y sonreí parándome ante aquel circulo. 

 

–Quiero entrar. -  Dije sin más, todos voltearon a verme y luego abrieron un paso. 

 

-no aceptamos niñas de mami. -  Hice una sonrisa sínica y miré al esbelto chico rubio con todo el cuerpo marcado. 

 

- ¿me tienes miedo 110? -  El chico río a carcajadas y se hizo a un lado, mordí mi labio con un guiño y con mi dedo índice le hice un gesto para que se acercara. 

 

-tranquila zorrita que aquí no podemos. - Me enfurecí al escucharlo llamarme de tal modo y le encajé un golpe en el rostro. 

 

-no me llames así Polock. - Era el más grande de todos, le conocía por su apellido debido a esa tarde en que me había dejado dormir mientras él hacia guardia, luego de ello nada cambio como habíamos acordado, nos llevábamos tan mal como siempre, aunque era más bien una relación divertida, sabía que yo era la única en enfrentarle. El tomo su mejilla haciendo sonar su cuello 

 

– ¿Que pasa Ali ya no me quieres? - Apreté los dientes furiosa e intente golpearlo en el estómago, pero este intercepto el golpe y me jalo de la mano quedando tras de mi finalmente apretando mi brazo contra mi estómago, sentía su respiración en mi oído. 

 

–pero si yo te quiero tanto Alison. -  Golpe su estómago con un codazo. 

 

-no, no siento nada por ti, me das lastima, eres un maldito asqueroso. - Él había entrado a ese lugar por toquetear a la fuerza a su novia...no era gran cosa, pero ese chico no conocía la palabra respeto por las chicas a pesar de que conmigo lo hacía, aun así, me enfurecía, el escupió al suelo y yo lo mire furiosa se acercó y me golpeo de un puñetazo el estómago haciéndome caer. 

 

-ves cómo te arrodillas ante mi sin necesidad de pedírtelo. - Bufe aguantando unos segundos dolorida, tomo mi rostro y lo presiono contra su entre pierna y yo lo golpee fuerte haciéndolo caer al frente de mí. 

 

-hey con eso no que no podemos divertir luego nena. - Me subí encima de él pisando sus brazos. 




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