Trás la muerte

CAPITULO 5

Al día siguiente, el sueño de Amalia fue interrumpido por murmullos que decían: - deberíamos seguir, los Nixeos vienen por ella, debemos llegar lo más pronto posible a la principal – era la voz de Daniel, - deja de ser tan desconsiderado, acaba de llegar, ella debe adaptarse a la atmosfera del lugar primero, sino actuara de forma rara cuando estemos en la principal, y ahí no podremos ocultar que ella es una mortal – apenas se escuchaba la voz de Eddy, Emma los interrumpió: - no te preocupes Daniel ya he llamado a Alex para que nos ayude si tenemos un enfrentamiento y así Amalia puede tomarse su tiempo para asimilarlo todo, para mí  fue difícil cuando llegué a este lugar, ella debe estar peor, solo ten un poco de paciencia -. Se seguían escuchando murmullos, pero eran más bajos, difícil de entender.

En la cabeza de Amalia resonaba aquella frase de “para mí fue difícil” ¿Qué habría pasado con su hermana después de aquel accidente? ¿Cómo era su vida ahora? Parecía que desconocía a su propia hermana.

Al levantarse sale del cuarto y observa que todos la miran sorprendidos pensando en la posibilidad de que los haya escuchado. Amalia solo sonríe, Emma al verla le pregunta: - ¿dormiste bien? ¿Cómo te sientes? - Amalia le responde que durmió bien, pero que siente un poco agotado el cuerpo. Eddy le responde: - es normal, la presión atmosférica de este lugar es muy elevada, el cuerpo tiende a no recibir el oxígeno necesario – Daniel continúa diciendo: - pero no te preocupes, te acostumbraras rápido y pronto no sentirás la diferencia y andarás como si fueras parte de este reino -. Amalia solo asintió con la cabeza, iba a decir algo, pero su estómago la interrumpe con un gruñido. Ella se sonroja de la pena. Emma le indica que se siente, que le traerá algo para comer. Mientras come, observa que sus compañeros no lo hacen, y les pregunta: - ¿ya comieron? – Daniel le responde: - nosotros no necesitamos comer al igual que los mortales, nos basta con comer algo cada mes o año.

Emma da indicaciones a Daniel para que revise el área, para ver si podemos salir de esta zona y avanzar hasta el lindero. Le dice a Eddy que prepare lo necesario para el viaje y todo lo que Amalia pueda necesitar. Ambos salen dejando a las hermanas solas.

Emma y Amalia solo se quedan viendo la una a la otra, Emma con ternura, mientras Amalia se le cristalizan los ojos, una lagrima rebelde se le escapa. Solo el silencio es capaz de decir todo aquello que sus corazones han guardado. Emma se acerca a ella y la abraza, Amalia rompe en llanto, sintió como aquello que había escondido en lo más profundo de su ser brotaba lentamente, su ternura, su deseo por bromear con ella, deseaba que aquel abrazo nunca terminara, sentía que un momento a otro el despertado la alejaría de ella como en otras ocasiones. Emma la miró y dijo: -deseé, desde hace mucho darte un abrazo -. Amalia respondió: - desde hace tiempo soñé con que esto pudiera suceder, ¡dime que esto no es un sueño! - Emma soltó un poco sus brazos y dijo: no te preocupes no nos interrumpirá el despertador -. Ambas se pusieron a reír.

Comenzaron a recordar muchas de las travesuras que habían hecho cuando estaban pequeñas, las veces que habían hecho enojar a sus padres, la ocasión en la que se perdieron en el parque. Cuando jugaban con sus amigos. Los pequeños pleitos que tenían cuando no se ponían de acuerdo que jugar, los momentos en que Emma regañaba a Amalia por sus travesuras. Entre risas y recuerdos se les fue pasando el tiempo hasta que Amalia pregunto: - ¿Cuándo llegaste aquí, que sucedió? – La mirada de Emma se tornó un poco sombría recordando.

Amalia se arrepintió de haber hecho esa pregunta, creyó que había provocado malos recuerdos. Pero la voz de su hermana interrumpió su pensamiento: - ese día se volvió todo oscuro, el dolor poco a poco iba desvaneciendo, mientras el frio se hacía más fuerte, en un momento sentí como si algo me succionara. Cuando volví a abrir los ojos me encontré en bosque estaba haciendo mucho frio, no sabía dónde estaba, ni cómo salir de ese lugar. Decidí comenzar a caminar, intenté escuchar algún pájaro, un rio o al viento para seguirlo, pero todo era absoluto silencio. Seguí sin un rumbo. Poco a poco el frio me iba petrificando y me dejaba sin energías. Hubo un momento en el que ya no pude seguir, caí de golpe en el suelo y comencé a percibir que unas sombras se acercaban, en un momento me alegré, creí que eran personas que se aproximaban, pero luego aquellas sombras comenzaron a rugir y tomar siluetas aterradoras, se acercaban a mí, tuve miedo, no sabía que eran esas cosas. De un momento a otro comenzaron a hacer un ruido extraño hacia que mis tímpanos dolieran, luego se acercaron a mí, me observaron y se dispusieron a atacar, comenzaron a arrancar partes de mí, solo pude gritar una vez, porque me había quedado sin fuerzas. Y cuando creí que morirá así, apareció un muchacho que, al verme herida, ahuyentó a esas cosas, perdí la conciencia en ese momento.

-Cuando desperté estaba en una habitación, vi mi cuerpo y casi no había señas de lo que había pasado, en eso se acerca aquel muchacho, lo observo y me pareció alguien muy guapo, tenía una sonrisa amable en su rostro y me preguntó cómo me sentía, de donde era, y como me había perdido en ese lugar, yo le respondí, luego preguntó que, si era primera vez que estaba allí, a lo que asentí con la cabeza, le conté que después del accidente había llegado allí. Él se quedó pensando por un momento, para después explicarme, que había llegado al reino espiritual, que había muerto, y que era raro que yo no hubiera entrado por la puerta principal, que eso solo podía significa que aún no me tocaba morir, por eso había ido a para en ese bosque, y que los seres que me atacaron fueron los espíritus del olvido, que se encarga de devorar a los espíritus perdidos. Él decidió cuidarme y enseñarme todo lo necesario para poder estar en este lugar desde el momento que nos conocimos.




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