Trás la muerte

CAPITULO 6

Al poco tiempo se escuchó que tocaron la puerta y era Alex y otras dos jóvenes más, Amalia se acerca por detrás de Emma y le dice casi entre susurros, - parece que el cuñadito no viene solo – Emma la regaña entre dientes: - ¡ya te dije que él no es tu cuñado! – luego se dirige a Alex y le da un abrazo cariñoso como saludo de bienvenida, a lo que Amalia la ve con unos ojos que dice “¿no que no era?” Emma la fulmina con la mirada para luego hacer las respectivas presentaciones.

Emma dirigiéndose al grupo que acaba de ingresar les dice: - ella es mi hermana Amalia, Amalia el Alex y ellas sus compañeras Fiore y Lina- al unísono responden ambas: -mucho gusto – Amlia les responde: -el gusto es mío – y todos comienzan hablar sobre cosas triviales para conocerse, hasta que se les llegue la hora de partir.

Cuando el manto de la luna a cubierto el cielo, todos salen de la cabaña dispuestos a seguir su camino, así al día siguiente estar en la central. Alex comentó que la oscuridad les daría oportunidad de avanzar además de agudizar sus sentidos en caso de algún peligro, ya que los seres del reino espiritual, son más sensibles a medida la noche avanza. Aunque eso pondría en riesgo que los localizaran más rápido, los Nixeos, pero les daría la ventaja de camuflajear mejor la esencia de Amalia porque la noche debilita su parte material, mientras su espíritu se fortalece.

Se van adentrando cada vez más en el bosque, Amalia se asusta por todo lo que percibe, su piel se eriza, siente como si cada árbol que cruza le susurrara, la brisa que roza su piel son espíritus juguetones que tiran de su cabello y lo dejan desordenado. Al observar a un grupo de pequeños espíritus formando un círculo, se acerca a Daniel para preguntarle que sucede. Él responde que son los espíritus menores que habitan en el bosque que se reúnen para darse un baño de luna mientras el espíritu de la sobra les cuenta todas las aventuras que suceden en el reino mortal. Amalia solo sonríe mientras siente una presencia muy fuerte, no la logra ver, pero escucha su voz, saludando a todos. Daniel Susurra cerca del oído de Amalia: -él ha llegado – y voltea a hacia el lugar, encontrándose con dos increíbles luces en forma de ojos que la observan. Nerviosa voltea hacia otro lado mientras siguen el camino.

Después de un rato conversando en el camino, Fiore dice: -shhhhh, alguien viene – Alex le dice a Emma que él y ella irán adelante a explorar, Fiore y Eddy los acompañaran pero que se mesclaran en la noche para que les ayude a estar más alerta, mientras Daniel y Lina cuidaran de Amalia hasta llegar al lindero. Todos asintieron, pero Amalia creía que no era buena idea separarse, viendo Lina la inquietud que reflejaba en sus ojos le dijo: - no te preocupes ellos estarán bien, son de los más fuerte, solo limpiaran el camino para que nosotros podamos avanzar sin problema – a lo que Amalia solo asintió con la cabeza, sus nervios se habían disparado, sentía que algo los observaba y recordó aquel par de ojos brillantes, en su mente decía: -¿podría ser él?, pero no tiene la misma fuerza y esencia ¿Quién será? – comenzó a observar a todos lado pero no percibía nada y sus compañeros parecían tranquilos.

Por un momento sentí que mi espíritu gritara “corre” pero mis pies solo seguían el pasa de mis compañeros. Seguimos avanzando sin ninguna novedad. Cuando Fiore mencionó que faltaba poco para llegar al lindero, y que ahí nos encontraríamos con los demás, sentí que mi corazón se relajó. Cuando de golpe se escucha un alarido de dolor, ¡parecía el de mi hermana! Mi memoria voló hasta aquel trágico día cuando la perdí por primera vez, no podía soportar que volviera a suceder, así que salí corriendo en dirección de aquel clamor, mientras mis compañeros me llamaban a gritos para que me detuviera, pero no hice caso.

Agotada de tanto correr me encuentro con una escena que me parte el alma, un tipo está golpeando a Alex mientras este cubre con su cuerpo a Emma que yace tirada en el suelo. Lina y Eddy están peleando con otros tipos, Lina logra matar a uno, lo veo desvanecerse, en eso se escucha que alguien corre a mi espalda, de pronto todo se tiñe de negro, no puedo ver ni las puntas de mis zapatos. En eso escucho quejidos y gritos. ¡quiero corre! Pero no sé en qué dirección, en medio de la desesperación un fuerte viento me rodea y soy lanzada por los aires.

Un fuerte golpe me indica que he tocado tierra, como puedo me levanto y comienzo a caminar, llamando a mis compañeros, pero solo el silencio me responde. Mis lágrimas empiezan a brotar, haciendo surcos entre la tierra que se ha pegado en mi rostro, la angustia y el miedo me hacen avanzar en el oscuro bosque.

Mis llantos ahogados son interrumpidos por un leve quejido - ¿serán ellos? – digo en mi mente, mi corazón se acelera, mis pasaos siguen su ritmo al pensar que ¡por fin los he encontrado! A medida avanzo escucho más fuerte los quejidos, hasta encontrarme con un joven tirado en el suelo con los ojos cerrados, pi maso se detiene, mi miedo se hace presente solo por la probabilidad que sean los mismo que nos atacaron antes. Pero mi espíritu me empuja hacia él.




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