Trás la muerte

CAPITULO 15

Mientras terminaba de ordenar todo, apareció un señor y una señora detrás de ella. Sacándole un brinco mientras pensaba –¡fantasmas! – pero recordó que aquí técnicamente, todos lo era, y eso de aparecer de repente seria lo normal. Intentó sonreír cuando escuchó a la señora decir: - pobre muchacha seguramente tuviste una partida muy traumática por eso aún no te acostumbras – decía eso mientras caminaba hacia Amalia, que no comprendía el porqué del comentario, con los brazos extendidos como buscando abrazarla.

Amalia, al ver que se acercaba una desconocida retrocedió. Hasta que el hombre habló: - detente ¿no vez que la asustas? – la señora paró en seco y bajo las manos y solo sonrió al ver los ojitos de gato en Amalia. El señor se digirió a ella diciéndole: -perdona que te hayamos asustado con nuestra aparición, pero estamos tan acostumbrados a este reino que se nos olvida que, a los recién llegados ciertas cosas los puede consternas- Amalia solo asintió con la cabeza, mientras el hombre continuaba: -venimos de parte de la central.

Al escuchar esa frase las alertas en la cabeza de Amalia se activaron, recordando lo que había dicho aquel joven anteriormente. –por cierto ¿Dónde se ha metido? ¡me ha dejado sola! – ahora se sentía con la libertad de preguntar muchas cosas, pero algo dentro de ella no le permitía confiar en ellos.

La mujer le preguntó ¿Cómo se sentía? Amalia confesó que confundida, suponía que esa no era una mala respuesta, y lo confirmo cuando la señora le dijo que era normal e intentó relatarle la vez que ella apareció en aquel lugar, cuando fue interrumpida por el hombre que la acompañaba cuando le preguntó a Amalia; - ¿Cómo llegaste aquí sin registrarte en la central? - en la cabeza de Amalia daba vueltas a múltiples respuestas. Pero en el momento que iba a abrir la boca apareció Marco.

Marcó se dirigió muy eufórico a abrazar a Amalia mientras le decía: - ¡hermana! ¿Cómo te sientes ahora? - luego volvió a ver a los asesores y dijo: -perdonen mi rudeza, no había sentido su presencia, por favor tomen asiento – en ese momento Amalia comprendió la versión de la historia que debía dar. Y dijo: - hermano, ya me siento un poco mejor, aunque el muérdago es incómodo – se dirigió al señor y dijo: - no me registré porque en el momento que llegué a la central surgió un enfrentamiento, me asuste y de ahí no recuerdo nada- ambos asesores solo asintieron con la cabeza.

Gran sorpresa la que se llevó Marco al escuchar tal respuesta, -Mejor no pudo estar- pensó. La miró incrédulo, creía que los delataría. Amalia solo le respondió con una dulce sonrisa, cosa que lo confundió.

Después de que Marco aclarar todas las dudas de los asesores, porque Amalia respondía con un no lo recuerdo o un prefiero no hablar de eso, estos se retiraron y le dijeron a Amalia que si necesitaba ayuda que no dudara en buscarlos. Aquel ofrecimiento puso en luz roja a Marco, sabía que los asesores aún seguían sospechando de todo, debía reportarlo a la principal.

 Decidió mandar un informe sobre la situación inmediatamente, con sus subordinados a la principal, para que le orientaran si era bueno partir mañana o esperar un poco más. Saliendo el segundo al mando despachó a los demás diciendo que ahora él cuidaría de ella, que todos podían descansar, pero que se mantuvieran alerta por cualquier cosa.

Esa misma noche apareció su subordinado, haciendo que Amalia se asustara, aun no se terminaba de acostumbrar a las apariciones. Le informó que los asesores ya se habían retirado y que mañana podrían partir a la hora que considerara pertinente. Dicho eso se retiró. Marco mira a Amalia y le pregunta. - ¿tienes lista la maleta? - ella asiente en respuesta y el continua: -bien porque mañana partiremos-. el corazón de Amalia bombardeaba con fuerza, esperaba poder encontrar en el camino una forma de volver a casa. Mientras el interior de Marco se inquietaba ante la conducta de su nueva compañera de viaje.




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