Amalia mientras veía al cielo, el sueño comenzó a descender sobre ella hasta quedar dormida en el hombro de Marco, él la mira, la tranquilidad y dulzura que desprende su rostro dormido lo invade y por primera vez en su existencia se pregunta - ¿Cómo sería vivir en el reino mortal? - Tenia curiosidad por el renio de donde procedían casi todos sus amigos y enemigos, deseaba experimentar las diferentes situaciones que él conocía solo por los relatos de sus conocidos.
Al ver a Amalia tan tranquila y frágil a la vez le despertaba el deseo de sentirse así, vulnerable, y seguir exponiéndote al peligro como si nada. Como Amalia lo había hecho en la tarde, - ¿Por qué los seres del reino mortal se exponen al peligro aun cuando saben que son frágiles? – susurró, Amalia iba despertando cuando escuchó su pregunta y sin previo aviso respondió: -por el deseo de conocerlo todo, sabes que tu vida será limitada, así que no tienes tiempo para perderlo en calcular cada movimiento, solo debes vivir hasta que se acabe.
La voz de Amalia sobresaltó a Marco quien la creía profundamente dormida, ella prosiguió: -aquí no hay misterios, ustedes conocen todo sobre el funcionamiento del universo, la dualidad de la esencia de un ser, como funcionan, absolutamente todo es visible para ustedes, en cambio nuestro conocimiento es como nuestra existencia mortal, limitado. Si alguno de ustedes regresara a su esencia mortal, ser volverían los amos y señores del universo, porque lo conocen todo y lo manejarían su favor- Marco solo meditó aquellas palabras, a lo mejor algo de razón había en todo eso.
Un bostezo interrumpió sus pensamientos, para luego ver a Amalia que se levantaba para irse a dormir, ella lo ve como diciendo ¿no te iras a dormir? Él le contesta que se quedaría un poco más. Amalia asintió y se adentró a la cueva, buscó con que cubrirse y le devolvió la frazada a su dueño mientras este contempla las estrellas. Amalia piensa que quizá está buscando a su familia, pero recuerda lo que le había dicho y que él nunca vio los ojos de alguien de su familia. Por un instante los sentimientos de él se conectaron con los de ella y la invadió una profunda tristeza, se sentía como un alma solitaria.
Amalia deseó ayudarle a encontrar a su familia, o hacerlo parte de la suya. Pero ¿Cómo sería posible? Al parecer ella era la única mortal que él conocía, entonces decidió que mientras ella estuviera en este reino le brindaría la calidez que se necesita para espantar a la vieja soledad. Con estos pensamientos se quedó profundamente dormida.
Marco se cercioró que Amalia durmiera para acostarse cerca de ella, lo necesario para la energía que desprendía ella le calentara el corazón. Nunca había sentido tan frio el corazón, ni ser visitado por la soledad como ahora, por primera vez en mucho tiempo comprendió lo que era estar solo y no tener a nadie que te recuerde, aun no comprendía porque los espíritus del olvido no lo habían consumido, si a él no tenía familia en el reino mortal que lo extrañara, - debe ser porque soy simple mente una pieza en este tablero, a lo mejor me desvaneceré cuando la llave se forme – suspiró, algo dentro de él rechazaba esa hipótesis , mientras la otra parte estaba consiente de esa posibilidad, pero aun así deseaba cuidar de los que ahora él consideraba su familia. aunque no compartiera el mismo sentimiento que experimenta Amalia cuando piensa en sus padres.
En medio de un oleaje de dudas y conformidad se quedó dormido, mientras la noche les brindaba su mejor concierto nocturno. Y ella, el viento y la sombra arrullaban aquel par de jóvenes.
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Editado: 10.10.2020