Después de un tiempo de espera llegó un espíritu seguidos de Emma y Marco, Amalia sonrió al verlos llegar, aunque disimuló, ella sabía lo que sentía por cada uno de ellos, pero ella no sabía lo ellos sentían por ella. Tánatos observó a los tres y meneó la cabeza en señal de desaprobación
-si desean obtener un resultado, piensen en lo que realmente desean y sean sinceros con sus sentimientos – en medio de la duda Emma pregunta: - ¿a qué se refiere con eso? - Tánatos solo les indicó que lo siguieran. Pasaron de largo el lago, se adentraron más al bosque, un lugar que Amalia no había conocido, todo se volvía oscuro a media avanzaban, ninguno pronunció una sola palabra, aunque sedeaban decir muchas cosas.
Se detuvieron frente a una enorme roca partida en dos, en medio se abría un vórtice, la voz de Tánatos los sacó del espasmo en el que se habían sumergidos - ambos reinos se conectan al universo por medio de este vórtice, ustedes son la llave, pueden abrir el vórtice y dejar que todo sea absorbido o cerrarlo y limitar la energía que alimenta ambos reinos- Amalia inquirió: - en ambas opciones ¿no apunta a la destrucción de todo? Lo único que cambia es el tiempo que se prologa para que eso suceda – Tánatos asintió.
- ¿hay otra alternativa? – preguntó Emma preocupada. Tánatos dijo: - todo depende de lo que ustedes deseen lograr y que su deseo sea sincero, además, deben estar de acuerdo, caso contrario alguien podría ser destruido – dirigiendo su mirada hacia Amalia quien estaba absorta en sus pensamientos y no prestó a tención a lo último de la indicación.
- yo solo deseo que todo siga igual – dijo Amalia, -cierra el vórtice- respondió Tánatos. Amalia replicó. - ¡pero eso solo atrasa la destrucción, no la evita! - -en ningún momento deseaste que nada se destruyera – le respondió. Amalia soltó el aire que tenía retenido con frustración, esto era más complicado de lo que ella había pensado. – cuando la llave se active deberán expresar su deseo y estar consciente de las consecuencias que traerá sus palabras -. La voz de Tánatos fue seguida por un profundo silencio.
Los tres removían en su interior todos sus sentimientos y sus más profundos deseo, Emma deseaba que todo desapareciera, era mejor así, todo el sufrimiento y guerras se acabaría en ambos reinos, por otro lado, Marcos deseaba que todo existiera ahora había comprendido el significado del amor, la familia y el deseo de proteger a alguien, cosas bellas que debían perdurar si fuera posible para siempre.
Amalia solo se quedó en blanco, no tenía más sueños ni deseos, todo lo que había deseado se había cumplido, aunque no había salido como quería, pero se había cumplido, y no se sentía capaz de decidir por todos. Se sintió perdida. ¿Qué era lo mejor? ¿Qué podía desear alguien que ya sació sus deseos? –la muerte – susurró para sí. Tánatos volvió su mirada hacia ella, ella alzó sus ojos en su dirección, reflejando la seguridad y determinación de un soldado que está listo para vencer o morir en la batalla.
La voz de Amalia hizo eco en el vórtice cuando preguntó: - ¿la muerte que es lo que desea en esta situación? – Emma y Marco se volvieron a ver sin comprender lo que sucedía y expectantes observaron a ambos como se desafiaban. Amalia con una determinación implacable y Tánatos con una sonrisa cínica. Estremeciendo los espíritus de ambos jovenes.
Tánatos dijo: - yo soy el guardián del pasado y el futuro, el encargado de que se cumpla el principio y el FIN de las cosas – pronunciando estas últimas palabras con mayor entonación. Amala alzó una ceja y proclamó: - que bien que solo puedes esperar y no decidir – la sorprendió su propia altanería, ¿Quién en su loca vida había desafiado a la muerte y salir ileso? Pero ahí estaba ella frente a frente y pensado en cuál sería el deseo de todos ante la vida. Y volvería ese deseo su propio deseo. Se había decidido hacerlo realidad.
Marco y Emma se quedaron impactados ante la imagen que proyectaba Amalia, Emma sonrió, se dio cuenta que su pequeña hermana había crecido, Marco se admiró al ver la fuerza interior que tenía y recordó “su espíritu” al parecer había despertado, él se sintió orgulloso de ella.
Emma y Marco dijeron al unísono: - ¿hacia dónde debemos ir? Y ¿Qué debemos hacer? –Tánatos los miró complacido y dijo: - deben dirigirse hacia la montaña de la luz, lugar donde reposan el día y la noche, en el centro encontraran un diamante, deben activar la llave vertiendo su energía en él y decir vuestro deseo y lo demás sucederá por añadidura - -¿eso es todo?- preguntó Emma - ¿así de simple?- Tánatos sonrió de lado: - solo deben tener cuidado a los habitantes del lugar no les gusta ser molestados, ni mucho menos que manchen con sangre su hogar- se quedaron atónitos ante lo último. ¿Cuál sangre? Pensó Emma, luego recordó ¡Amalia! La preocupación se reflejó en el rostro de Emma y Marco quien había pensado lo mismo.
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Editado: 10.10.2020