Me siento nerviosa mientras camino hacia el lugar donde quedamos de encontrarnos, tengo un mal presentimiento sobre esto. Sin duda, esta no fue mi semana, comencé con un pésimo lunes; el martes las cosas me sonrieron un poco, hice un amigo virtual si así se puede decir y recibí un mensaje de buenas noches de Axel, pero no mas que eso. Los días siguientes el simplemente desapareció. No contesta mis llamadas e ignora mis mensajes. Nunca he ido a su casa, así que no sé ni dónde buscarlo; sus amigos tampoco saben nada de él. Siento que me vuelvo loca.
Fue hasta hoy en la mañana que recibí un mensaje suyo. Quería preguntar tantas cosas, pero volví a ser ignorada. Estoy molesta con él, pero más aún, estoy preocupada.
Cuando finalmente lo veo, noto la tensión en su rostro mientras se acerca. Nuestros ojos se encuentran y sé que dirá cosas que no quiero escuchar.
—Hola, Axel —digo, tratando de sonar tranquila, aunque por dentro estoy hecha un manojo de nervios.
—Hola, Julieth —responde él, su tono de voz un poco frío.
Nos sentamos en un banco cercano, el silencio incómodo pesa entre nosotros.
—Hay algo que necesito decirte —dice Axel, su voz tensa y seria.
Lo miro con curiosidad y un poco de temor. ¿Qué estará pasando por su cabeza? ¿Va a terminar conmigo?
—He decidido dejar la escuela —confiesa, su mirada evitando la mía.
Quedo atónita por un momento, sin saber qué decir. Dejar la escuela nunca había sido parte de nuestros planes.
—¿Qué? ¿Por qué? —pregunto, tratando de entender.
—Te dije que encontré trabajo de medio tiempo, pero no es verdad. El empleo es de tiempo completo, y por ahora, creo que es lo mejor—explica.
Me siento abrumada por la noticia, se lo mucho significa para Axel terminar la preparatoria. También estoy al tanto de los problemas en su casa y se que lo hace para ayudar a su madre, pero no puedo dejar de sentirme herida. Dejo de asistir a la escuela sin avisarme, y estuvo ignorándome toda la semana, incluso si estaba ocupado pudo tomarse un momento para decirme, así no me habría preocupado tanto.
— ¿Es por eso que me has estado ignorando? —digo, luchando por mantener la calma.
—Lo siento, Julieth. No quería preocuparte, y no lo sé, creo que me avergonzaba un poco— se disculpa, tratando de tomar mi mano, pero yo me levanto del banco, sintiéndome herida y traicionada.
—No puedo creer que hayas me hayas ignorado toda la semana por esto —digo, mi voz temblando por la emoción—. Dijiste que éramos un equipo, que podía confiar en ti y contarte todo. ¿Dime como confió en ti si tu no lo haces? —
Axel me mira con tristeza y arrepentimiento en sus ojos, yo espero que diga algo, lo que sea; pero no lo hace. Me voy dejándolo atrás y puedo escuchar sus pasos detrás de mí. Jamás hemos peleado, ni aun cuando se trata de mi amistad con Maru. Me siento terrible, herida, traicionada.
— Julieth, espera —dice tras mío, pero yo no detengo mi paso. — Escúchame un momento, por favor —suplica y yo me giro para confrontarlo.
— Te escucho Axel —digo con firmeza — pero no dices nada, solo te quedas callado, ¿Qué quieres que haga entonces? —
Axel baja la mirada quedando en silencio otra vez, suspiro frustrada y continuo mi camino. Me detengo cuando siento como Axel em rodea por detrás en un abrazo.
— Suéltame —digo, aunque no hago lucha por soltarme.
— Lo siento —murmura, con su rostro apoyado sobre mi hombro. — No tenia cara para mirarte; eres chica muy inteligente, hija de profesionales y con un futuro prometedor. Se que ingresaras a cualquier universidad sin problemas y serás muy exitosa. Yo en cambio… No tengo que ofrecerte —
Nunca había escuchado a Axel hablar de sí mismo de esa manera, y me duele verlo tan decaído. Aunque todavía estoy herida por su falta de confianza, no puedo evitar sentir compasión por él en este momento.
—Axel, lo que más quiero es que estemos juntos y que confiemos el uno en el otro. No me importa qué es lo que tienes o no tienes que ofrecerme. Lo único que necesito es a ti, tal y como eres —digo, girándome para enfrentarlo.
Sus ojos encuentran los míos, y veo un chisma de dolor en ellos.
— Perdón, no quería ignorarte. Eres lo único que tengo —dice con cariño. — Y te amo tanto —
— Yo también —respondo — Pero no vuelvas a ocultarme cosas —
Axel asiente y ambos nos quedamos abrazados por un momento más, dejando que nuestras emociones se calmen.
Los días siguientes se convirtieron en una montaña rusa de emociones. Con mi novio desaparecido la mayor parte del tiempo y mis amigos del club (Exclub) haciendo sus vidas, me encontré perdida en horas y horas de infinito aburrimiento. ¿Recuerdan lo que dije sobre lo bueno que era tener un mejor amigo? Pues olvídenlo, no sirven para nada.
Manuel a decidido encontrar un nuevo hobbies; el cual le consume tiempo y más sumando sus estúpidas clases extra. Ese niño no conoce la palabra quedarse quieto, siempre está haciendo algo o probando cosas nuevas. Sí, admito que me invito a hacer escalación junto con él, pero a diferencia suya, yo odio todo lo que incluya esfuerzo físico; excepto cuando se trata se sacar mi ira, en ese caso el deporte parece ser buena opción.
Así que, ¿qué hace una chica en mi situación? Bueno, obviamente, me refugié en internet o, mejor dicho, en ChesseWorld, donde mi nuevo amigo virtual, Caballo de Troya, se convirtió en mi salvavidas. No importaba que nunca nos hubiéramos visto cara a cara; nuestras conversaciones por chat eran como un respiro.
Aprendí algunas cosas de en los últimos días; como, por ejemplo, que es un chico y no un chica. Caballo de troya tiene un humor algo inusual y gustos peculiares; cree en el zodiaco y me obligo a buscar mi signo. Según él somo compatibles, él es Cáncer y yo Tauro. También me conto que tiene miedo a las arañas, lo que pareció algo tierno, literalmente el es un gigante a comparación suya, incluso a mi lado seria un gigante con sus supuestos 1,80 de altura.