Pasaron los días y la idea del concurso de talentos seguía flotando en el aire. Cada vez que veía a Axel ensayar con Andrea, sentía un nudo en el estómago y un dolor en el pecho. Intentaba mantener una actitud positiva y alentarlos en su preparación, pero por dentro me consumía la incertidumbre y los celos.
Axel no volvió a celarme como antes, tampoco volvimos a discutir, la cosas estaban bien entre nosotros; pero yo lo sentía distante. El trabajo lo mantenía ocupado, pero lo ensayos nos quitaron el único tiempo que pasábamos juntos; nuestras citas se resumieron a video llamadas o simples encuentros durante los ensayos que tenía con Andrea, es decir, ella estaba ahí.
Los ensayos se volvieron más intensos cuando ambos pasaron la primera fase de la audición. No soy egoísta, me alegro saber que Axel estaba un paso de lograrlo, pero yo me sentía sola. No me malinterpreten, Axel no había cambiado, siempre ponía una distancia entre él y su compañera, a mi seguía tratando lindo, se preocupaba por mí y me decía lo mucho que me amaba, era solo que… me sentía abandonada
Los días se convirtieron en semanas, y finalmente llegó el día del concurso de talentos. Axel y Andrea estaban radiantes de emoción y nerviosismo, listos para enfrentar el escenario y mostrar al mundo lo que habían estado preparando durante tanto tiempo. Yo los observaba desde la audiencia, sintiendo una mezcla de orgullo y tristeza al verlos juntos en el escenario, compartiendo una pasión por la música que antes compartía con Axel, pero ahora… ¿Hace cuanto que no lo escucho cantar solo para mí? ¿Cuándo fue la última vez que fuimos a un karaoke?
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14 de Mayo 2022
— Entonces ¿no puedes venir? — pregunto con el teléfono en la mano.
Me encuentro recostada en mi cama mirando el techo, esta lleno de fotos mías con Axel. Hace casi medio años que comenzó con lo del concurso de talentos, me sentí muy contenta cuando el gano el premio. Los días siguiente el me llevo a tantos lugares y quiso comprarme tantas cosas, era mismo chico de antes e incluso mas romántico. Ya no tenia problemas en casa, en su trabajo dejo de ser mesero y lo contrataron para cantar y atraer gente junto con Andrea. No tardaron en hacerse virales en internet. Un día, Axel llego a mi casa muy contento, al parecer llamaron la atención de un agente de entretenimiento que quería trabajar con ellos. “Al fin podre darte todo lo que mereces”, me dijo con un sonrisa antes de irse de la ciudad.
— Lo siento cariño —dice Axel con pesar — No creí que esto de ser estrella seria tan difícil, pero últimamente los reporteros me siguen a todos lados. Mi mánager dice que debo evitar el contacto con otras personas por el momento —explica él.
Axel era ahora una estrella en ascenso, nuestra relación se convirtió en una a distancia y en secreto. Su mánager sugirió dar a conocer nuestra relación, siempre y cuando estuviera de acuerdo en aparecer junto a el en eventos, pero todos sabes que eso imposible para mí. Incluso si no acompañaba me convertiría en mira de mucho y no podría soportarlo, así que ambos decidimos mantenerlo en secreto. Anqué ahora luchaba con los constantes rumores de un amorío entre mi novio y Andrea.
— Pero es mi cumpleaños —digo con tristeza.
— Lo sé… —dice él — pero prometo que te lo compensare, será el primer y ultimo que no lo pasea tu lado, ¿Esta bien? —
— Esta bien —digo con resignación, tampoco quiero ser caprichosa.
— Se que ya te lo dije esta mañana, pero feliz cumpleaños… — dice con cariño.
— Gracias, te amo —digo con melancolía.
— Lo sé —responde el, y mi corazón se quiebra. ¿Por qué no dijo que también me ama? — Lo siento, tengo que irme — dice apresuradamente y cuelga.
Dejo escapar un suspiro mientras me quedo mirando la pantalla de mi teléfono.
— Últimamente siempre estas ocupado — murmuro, arrojando el celular a un lado.
Cierro los ojos intentando convencerme de que no debo ser egoísta, Axel no me a dado razones para dudar de él. “Son solo rumores, Julieth. Sabes que te amo a ti”, me dijo aquella ves que pregunte sobre la relación que tenía con Andrea. Confío en ti Axel, pero te necesito.
— Cariño… — mi madre toca la puerta y entra a mi habitación — ¿No vas a bajar? No tardan en llegar tus amigos, y Manuel acaba de llegar —
— Estaba hablando con Axel —digo con una sonrisa.
— Hay ese muchacho no puede vivir ni cinco minutos sin ti — dice mi madre y sonrió tímidamente. Axel siempre les a agradado mucho a mis padres.
— Bajo en un momento —digo poniéndome de pie y cambiando de tema — Dile a Manuel que se aleje del pastel o lo mato — bromeo, intentando despejar mi mente.
Me encuentro frente al armario luchando por cambiar mi estado de ánimo. Bajo la mirada, buscando esa caja color morado que Axel me regaló en nuestro primer aniversario de un año. El tiempo pasa volando, siento que apenas fue ayer que él me pidió ser su novia, cuando ambos teníamos 16 años. Hoy al fin estoy cumpliendo los 18 años, y hace 16 meses que estoy en una relación con él… Tal vez por eso el amor y entusiasmo del inicio ya no son los mismos. Pero aún lo amo.
Saco aquella caja y la coloco sobre mi cama; había guardado esta blusa para hoy, quería que él fuera el primero en verme con ella. Tristemente pasamos nuestro aniversario en videollamada, y me mandó mi regalo por correo. Justo cuando me dispongo a bajar, mi teléfono vibra en mi bolsillo. Lo saco para mirar y me sorprendo al ver una notificación de ChessWorld.
Caballo de Trolla:
¡Feliz cumpleaños!
El mensaje me sorprende, y me hace reír al mismo tiempo, cuando me doy cuenta de que ha enviado un sticker de un gatito con gorrito de cumpleaños. Estoy a punto de escribir un "gracias" cuando recuerdo algo importante. ¿Cómo es que Caballo de Trolla sabe que cumplo años? Oh no, esto es grave, ¡Yo nunca se lo dije! Oh por Atenea, me han hackeado.