Tras la pantalla

Capitulo 10

Mis pasos son rápidos y decididos mientras me alejo de Jean. No puedo creer que haya tenido la audacia de llamarme "freaky". ¿Quién se cree que es? Me siento indignada por su actitud arrogante y molesta por mi propia reacción. ¿Cómo pude pensar en darle una oportunidad?

Intento sacudirme los pensamientos mientras continúo mi camino hacia el salón de clases. No puedo permitir que un encuentro desagradable arruine mi primer día de universidad. Respiro profundamente y trato de calmarme antes de entrar al salón.

Al abrir la puerta, encuentro a varios estudiantes ya sentados, algunos hablando entre ellos y otros revisando sus libros. Busco un asiento vacío en la parte trasera del salón y me siento, tratando de concentrarme en el inicio de la clase.

El profesor entra en el aula y comienza a repartir los programas de estudio y a explicar el contenido del curso. Intento prestar atención, pero mi mente sigue divagando hacia el encuentro con Jean.

¿Por qué tiene que ser tan arrogante? ¿Y por qué me llama "freaky"? No entiendo qué le hice para merecer ese trato. Pero ¿debería importarme realmente lo que piense él? No, no debería. Solo es otro chico rico mimado, justo como imaginaba.

Decido dejar de darle vueltas al asunto y enfocarme en la clase. Después de todo, tengo mucho que aprender y quiero empezar con el pie derecho en mi carrera universitaria.

El timbre anuncia el tan esperado descanso entre clases. Me levanto de mi asiento y salgo del salón junto con los demás estudiantes, sintiendo un alivio al poder estirar las piernas y tomar un respiro.

Decido dirigirme a la cafetería para tomar algo rápido antes de la siguiente clase. Mientras camino por los pasillos abarrotados, mi mente sigue repasando lo sucedido con Jean. ¿Por qué tiene que ser tan irritante? Creí que estando en universidad el nivel de idiotas disminuiría, olvide por un momento que el universo me odia y me cruce con uno a primera hora y el primer día de clases. Repito, odio los lunes.

Al llegar a la cafetería, escaneo el lugar en busca de una mesa vacía. Mis ojos se posan en Maru, quien está sentado en una mesa apartada, haciendo una ligera señal para que me una a él. Sonrío al verlo y me encamino hacia su dirección.

Sin embargo, justo cuando estoy a punto de llegar, me detengo en seco al notar que está acompañado. Maru está sentado junto a Jean y otra chica rubia a la cual no conozco, pero me mira con desagrado.

Mis pasos se frenan y me quedo observándolos por un momento. No quiero me rehúso a sentarme con ellos, eso jamás. Tal vez debería buscar otra mesa y dejarlos en paz.

Finalmente, tomo una decisión y le hago un gesto con la cabeza hacia la salida de la cafetería. Maru asiente comprendiendo mi señal y se levanta de la mesa, despidiéndose brevemente de Jean y la chica rubia.

Salimos de la cafetería juntos, y una vez afuera, me detengo y respiro profundamente, tratando de calmar los latidos acelerados de mi corazón.

— Creí que les darías una oportunidad — dice Manuel a mis espaldas.

— Pues iba a hacerlo, enserio que si — digo molesta — pero tu querido amigo la perdió apenas abrió su boca. Me llamo Freaky ¡Freaky! — exclamo con fuerza.

— ¿Jean? — pregunta incrédulo — ¿Estas segura de que te llamo Freaky? — vuelve a preguntar, como si yo le dijera mentiras.

— Te digo la verdad… — me cruzo de brazos y le explico lo sucedido. — Bueno, no precisamente. Al parecer tu amigo es disléxico porque me dijo Triki; pero no soy tonta, entiendo perfectamente lo que quiso decir —

— Oh… — Manuel ríe bajo mientras yo lo miro molesta — Mira no voy a meterme en esto, ya tengo muchos problemas ahora. —

Él me toma por los hombros y me dirige de regreso a la cafetería.

— Por el momento regresemos. Ya conociste a Jean, aunque no de la mejor forma, pero aun no te presento con su hermana —

— ¿Hermana? — pregunto siendo empujada por Manuel — ¿La chica rubia a su lado? — Manuel asiente — parecía querer matarme, no creo que sea buena idea —

— A ti tampoco te agradan, así que están a mano —

Llegamos de nuevo a la entrada de la cafetería, y Manuel me suelta con delicadeza. Mi disgusto regresa cuando miro a los chicos sentado en la mesa. Si ponemos atención, ambos se pareces bastantes, no me sorprende, pero me obligo a mantener la compostura.

— Está bien, supongo que no tengo nada que perder —digo, intentando sonar más segura de lo que me siento.

Respiro hondo y me preparo para lo que viene. Caminamos hacia la mesa donde está Jean y su hermana, quien me mira con una mezcla de desagrado y odio. ¿Por qué me mira así? ¿Qué le he hecho para merecer su desagrado?

Cuando llegamos a la mesa, Manuel jala la silla obligándome a sentarme frente al depravado. Tomo asiento intentando disimular mi desagrado e ignorando las miradas asesinas de su “adorable” hermana.

Hazlo por Maru, hazlo por Maru. Me repito en mi cabeza una y otra vez para no levantarme de mi lugar y huir de este lugar y el pesado ambiente.

— Una disculpa por lo de hace un momento — dice Manuel con una ligera sonrisa. — Ustedes dos ya se conocen, pero igual hare las presentaciones. Jean, Julieth. Julieth, Jean —

Jean sonríe con entusiasmado, mientras que su hermana parece poco interesada. Me siento incómoda bajo su mirada, pero decido ignorarla por el momento.

— Ella es Amelí, su hermana — dice continuando con las presentaciones — Amelí, ella es mi amiga, Julieth—

La chica me miró con desprecio, limitándose a asentir ligeramente. Jean decide romper el silencio lo cual, en el fondo se lo agradezco. Aunque sigo molesta contigo ricitos, no lo olvides.

— Así que estás en la facultad de administración, ¿cierto? — asiento ligeramente — Pues suerte la tuya. Si tienes alguna duda, no dudes en preguntarme —

— ¿Eres un genio acaso? Porque tendría que preguntarte a ti — digo con sarcasmo.



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En el texto hay: ajedrez, romancejuveniel, música fama

Editado: 07.05.2024

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