Mis pensamientos dieron un giro, tratando de entender lo que acababa de decirme. Si Manuel no era Caballo de Troya, entonces, ¿quién era?
—Espera, espera, espera — digo intentando aclarar mi mente —¿Qué hay de esa jugada que usaste contra Brad? No usas jugadas que aprendes en internet, y solo e visto a dos personas usarlas. Caballo de Troya, y tú—
—Julieth, yo también uso ChessWorld, es normal que conozca otras jugadas —responde con obviedad.
—¿Qué hay de la guitarra? — pregunto —Puedo jurar que anoche, durante la videollamada vi tu guitarra. Esa era tu guitarra —
—En eso tienes razón. Era mi guitarra — responde tranquilo.
—Entonces, ¿qué estás tratando de decirme? ¿Eres o no eres Caballo de Troya? —pregunto con impaciencia, necesitando respuestas claras. —Si no lo eres, ¿Por qué me trajiste aquí? Hablas de no perder nuestra amistad, de tus sentimientos, de que no has sido sincero, No haces más que confundirme.
—Julieth, no soy Caballo de Troya, La razón por la nunca te di mi usuario, es porque no tengo uno especifico, solo el dado por el sistema. No quería que te burlaras de mi por un mes entero — comienza a explicar con detalle — Es cierto, la jugada que use contra Brad no es mía, la aprendí de un amigo. —
—¿Qué amigo? — pregunto con sospecha.
—Sabes de quien hablo. —Admite con tranquilidad — El mismo chico que hace unos días me confeso lo que sentía por ti y que me rogo que le prestara mi guitarra. —
Un escalofrío recorre mi espalda al comprender lo que Manuel está implicando. ¿Podría ser que...?
—Lo conoces. Conoces a Caballo de Troya. Dime quién es —exijo, mi voz temblorosa por el nerviosismo.
Manuel se queda en silencio por un momento. No me da una respuesta, en su lugar, desvía la conversación.
—Julieth, te traje aquí porque necesitaba hablar contigo sobre algo importante —dice finalmente, evitando mi pregunta directa—. Pero no es lo que estás imaginando. No puedo decirte quién es Caballo de Troya, no me corresponde —
Me siento frustrada por su respuesta evasiva, pero también puedo ver la sinceridad en sus ojos. Parece estar lidiando con algo más complejo en estos momentos.
—¿Qué es lo que necesitas hablar conmigo? —pregunto, tratando de contener mi impaciencia y preocupación.
Manuel toma una respiración profunda, como si estuviera reuniendo valor para decirme algo importante.
—Julieth, hay algo que he estado guardando durante mucho tiempo, algo que necesito decirte —comienza, su voz llena de determinación. —No espero que lo aceptes, solo que respetes mi decisión, de la misma forma que yo respete cada una de tus relaciones pasadas —
Un mal presentimiento se apodera de mí. No tengo idea de que esta hablando, pero es algo no que me agradara escuchar, de eso estoy segura.
—Esta bien —digo con incertidumbre — No importa lo que digas, voy a respetarlo.
Manuel asiente, agradecido por mi respuesta, aunque en sus ojos, aún lo invade la duda.
—Julieth, lo que tengo que decir es que... —titubea por un momento —. Me gusta Amelí. —
Sus palabras caen como un peso en mi pecho, dejándome sin aliento por un momento. La sorpresa y la incredulidad se mezclan en mi mente mientras intento procesar lo que acabo de escuchar. ¿Manuel, mi amigo de toda la vida, está enamorado de Amelí, mi némesis?
—¿Amelí? —repito, tratando de entender—. ¿De esa arpía? —exclamo incrédula.
Manuel suspira, mirándome de mal modo. Ibas a respetarlo, recuérdalo.
—Lo siento — me retracto inmediatamente — Es solo que... No lo entiendo. No digo que odies a las mismas personas que yo, ¿pero como puede gustarte? Nunca hice nada que la ofendiera, siempre fue ella la que iniciaba los pleitos y me humillaba en cada oportunidad que tenía. No entendía como es que eran amigos, menos logro comprender, el porque te gusta —
—La chica que tu conoces, no es la misma que yo conozco—explica con sinceridad—. Se que ella no se ha comportado de la mejor manera, pero todo a sido un tonta, muy tonta confusión. Ella es un chica muy manipulable, desde hace tiempo que tiene malas amistades y Jean a luchado mucho por recuperar a la verdadera Amelí. Pero cuando ustedes se conocieron... ella se sintió atacada, así que se defendió de la peor manera —
—Dices lo mismo que Jean. — respondo — Pero no entiendo ¿Por qué ella se sentiría así? Ni siquiera nos conocíamos. —
—Aunque no lo parezca; Amelí es un chica muy insegura. — confiesa con pesar — Cuando siente que alguien podría reemplazarla, se pone a la defensiva. Eso fue hizo contigo —
—Pero... ¿por qué tendría miedo de que yo la reemplazara? —pregunto, tratando de comprender.
Manuel suspira, como si estuviera tratando de encontrar las palabras adecuadas.
—Eso es algo muy largo y complicado de entender. En su mayoría solo fue un malentendido — explica Maru —Sabes que no soy el mejor cuando se trata de mis sentimientos. Hablar contigo siempre me a ayudado en cierta forma en eso, por eso quise decírtelo hoy. Porque he decidido luchar por ella, la chica que se esconde detrás de esa mascara de arrogancia. —
Sus palabras me dejan pensando, en si realmente Amelí podría ser diferente a lo que yo creía. En su mirada al algo más que una simple atracción, y sé que es egoísta el no respetar sus propios sentimiento.
—Entiendo —respondo, asimilando la situación — Mira, tus sentimiento son algo con lo que solo tu deberías sentirte como. ¿Recuerdas lo que dije esa noche cuando llegaste de madrugada a mi casa? — le recuerdo aquella situación bochornosa.
Manuel baja la mirada, evidentemente avergonzado
—Quisiera que no lo recordaras — dice con pesar.
—Pero lo recuerdo, y tu deberías hacerlo. No importa que persona te guste, es tu decisión y eso no cambia nada entre nosotros. Somo hermanos Manuel, aunque no llevemos la misma sangre —
Manuel levanta la mirada, su mirada ahora más tranquila y aliviada.