El calor de su abrazo me reconforta. Ambos estamos recostados en su cama, viendo una película en su teléfono. Estoy completamente sumergida en el momento, disfrutando de la tranquilidad y el cómodo silencio. Pero de repente, un mensaje interrumpe nuestra paz.
"Llevo media hora esperando, inútil"
Alcanzo a leer el mensaje en la pantalla; era de su hermana. Jean se apresura a levantarse y yo hago lo mismo, dejando libre su brazo que muy cómodamente me estaba sirviendo de almohada.
—Maldición — dice entre dientes.
—¿Todo bien? — pregunto, mirándolo con curiosidad.
—Lo siento, es que olvide algo importante — dice guardando su teléfono y levantándose por completo de la cama —Amelí lleva media hora esperando en la sala, me dijo que quería hablar contigo —
—¿Y apenas me dices? — le reclamo al mismo tiempo que me pongo de pie con prisa.
Jean sonríe y se acerca tomando mis mejillas entre sus manos. Maldito, así no juego.
—Cuando estoy contigo olvido todo — dice, para después depositar un casto beso en mi frente — Además, tenia cosas más importantes por las que preocuparme; mi hermanita podía esperar —
—¿Media hora? — pregunto, enarcando un ceja.
—Si bueno, eso tal vez fue mucho. Sera mejor que bajemos sino quieres quedar viuda antes de casarte —
—No llevamos ni un día, y tú ya hablas de boda — digo, rodando los ojos.
Lo dejo atrás después de decir esas palabras, ahora entiendo por qué Maru dijo que era un Dramático.
Nos dirigimos juntos hacia la sala, donde Amelí nos espera impaciente. Al verla, noto que tiene una expresión entre molesta y preocupada. Me siento mal por hacerla esperar tanto tiempo... Bueno, no tanto en realidad.
—Lo siento mucho, Amelí. Se me olvidó completamente lo que me dijiste — se disculpa Jean.
Ella suspira, visiblemente frustrada, pero luego asiente con resignación.
¿Solo eso? ¿No hará un drama o comenzará a insultarme? Creo que me asusta más una Amelí callada que una histérica.
—Está bien, de todas formas, estoy en mi casa —dice Amelí, intentando sonar calmada.
Ella toma asiento en uno de los sofás de la inmensa sala, y me indica con una gesto que tome asiento frente a ella. En otra situación jamás le habría hecho caso, pero tomando en cuanta que ahora salgo con su hermano, y que ella prácticamente la niña de sus ojos, intentare ser educada. Jean se sentó a lado mío.
—Naha — negó Amelí con su dedo mirando a Jean — Tú no hermanito. Esto es charla de mujeres —
Jean parece incómodo con la situación y, cuando Amelí insiste en hablar conmigo a solas, él duda un momento.
—Creo que debería quedarme. No quiero dejarlas solas. Las conozco muy bien a ambas como para hacerlo—dice Jean, mirándonos alternativamente.
Amelí lo fulmina con la mirada, claramente molesta por su presencia.
—Jean, tienes que irte. —dice Amelí con firmeza. —No hare nada, lo prometo. —
Jean luce algo desconfiado, pero finalmente cede, dándome una mirada de disculpa antes de retirarse de la sala. Amelí sigue con la mirada a jean, hasta que este desaparece por completo en las escaleras. Siento como la tensión aumenta y espero cualquier cosa de Amelí, incluso un chantaje o soborno; es claro que no soy para nada la pareja que le gustaría para su hermano.
—Bien, ahora que estamos solas podemos hablar — dice Amelí con firmeza — Solo hay dos cosa que quiero dejar en claro, y no pienso repetirlas. Así que pon atención —
Finjo estar tranquila cuando en realidad mi cuerpo reacciona por inercia ante la incertidumbre. No tengo miedo a ella ni nada por el estilo, pero se que cualquier cosa que suceda entre ambas afectara indirectamente a Jean, y eso es lo realmente me preocupa.
—Lo lamento — dice en voz baja. Desviando la mirada a algún sitio.
Tardo uno segundo en comprender lo que mis ojos han escuchado, ella no dice nada más lo que hace esto mas incomodo. Su mirada me evita completamente y es como si ahora, frente a mí, fuera alguien totalmente distinta. No es la Amelí que yo conozco; aquella que camina como si el mundo entero estuviera a sus pies, la que siempre te mira hacia a bajo con desprecio. Es mas bien como una chica... ¿frágil?
—Perdón, creo que no entendí — digo, regresando a mis sentidos — ¿Acabas de disculparte? ¿Tú? ¿Conmigo? —
Ella asiente aun sin mirarme. Es algo que no creí ni esperaba escuchar jamás.
—¿Puedo preguntar por qué? —pregunto, buscando entender la situación.
Amelí suspira, como si estuviera fastidiada, pero a la vez intentara ser más... educada. Finalmente, dirige su mirada hacia mi nuevamente, y por un extraña razón, me siento incomoda.
—Lo siento por ser un asco de persona, comportarme como una niña pequeña y haberte insultado a cada oportunidad que tenía, ¿está bien? —dice Amelí con prisa —. Me he comportado de manera terrible contigo desde el principio. Y no tengo escusas validas para eso, suelo ser algo impulsiva y también orgullosa. Así que lo que estoy haciendo ahora es algo muy difícil para mí, espero que tomes eso en cuenta... Y puedas disculparme —
Es ultima oración salió de sus labios como un susurro casi incomprensible. También soy una persona orgullosa, así que entiendo lo difícil que resulta el pedir perdón.
—No esperaba esto —admito tras escuchar sus palabras — Supongo que quieres mucho a tu hermano como para disculparte conmigo si el te lo pide —
Aunque agradezco la intención, no me agrada mucho que Jean haya obligado a Amelí a disculparse.
—El no me obligo a disculparme — confiesa Amelí. Ahora si estoy confundida — No lo voy a negar; en parte hago esto por él, pero también por mi —
Mi cara de sorpresa y confusión son más que obvias, y es que no puede ser de otra manera.
—Escucha Julieth — comienza a decir Amelí, yo me asusto ante su seriedad y más por que me ha llamado por mi nombre y no manchitas — Realmente lamento la forma en que comporte contigo, se que no eres una mala persona y créeme cuando digo esto: Me alegra que tú y Jean sientan lo mismo. —