La mano se posó sobre el pomo de la puerta, se quedó ahí por un momento.
Estaba seguro de lo que iba a hacer?
El futuro estaba ahí dentro, a un paso de distancia.
El miedo que tenia era por no saber que se encontraría allí dentro?
Era porque en realidad sí lo sabía?
Si entraba a esa instancia, si cruzaba el marco de esa puerta su historia se partiría en dos.
Antes y después de hacerlo.
Un futuro inesperado y posiblemente impredecible lo acompañaría para siempre.
Pero afuera era seguro, si se quedaba allí su vida continuaría como siempre lo había hecho.
El miedo no existiría porque todo podría ser predecible, quieto y monótono.
Arriesgar todo lo que había hecho hasta el momento le pareció una locura.
Pero si lo hacía seguramente nunca se arrepentiría. O sí?
La mano siguió sobre el pomo sin girarla siquiera un centímetro.
Desde dentro del lugar, el futuro, sentado en una silla, observaba la silueta difuminada de una persona a través del vidrio de la puerta.
Estaré siempre a un paso de todos pero a la vez a la infinita distancia de su indecisión?, se preguntó.
La persona tras la puerta hizo una elección.
El futuro se puso ansioso.
El pomo comenzó a girar.