Un nuevo día comenzaba y con él nuevos desafíos. Y es que ninguno de nuestros protagonistas podría haber previsto que los sucesos ocurridos en las vacaciones. Llegarían a generar cambios en todos.
Pero sobre todo en Ashley.
Ella, durmiendo plácidamente en su dormitorio. Abrió sus ojos, en el momento que intentó moverse, un dolor punzante en su vientre la inmovilizó.
Un grito desgarrador inundó el cuarto. Algo que puso en alerta a Nora, quien estaba recién ingresando a la habitación.
Al verla, Nora notó cambios en Ashley. Ya no se veía como una niña de diez años. Sino que parecía una adolescente de trece o catorce años. Más alta, esbelta y con su cuerpo semi desarrollado.
Se quedó petrificada, observando.
Solo el grito de Ashley la volvió al presente. Y es que su pijama estaba manchado de sangre.
Al ver que Nora no decía nada. Tal vez por miedo o impotencia, salió corriendo de la habitación. Necesitaba buscar a su mamá.
Ingresó mientras ésta se preparaba para su día.
—Mamá— gritó, haciendo que Rose girará rápidamente—estoy sangrando. Me duele. Me voy a morir.
Rose vió la sangre, pero al subir, su rostro se tensó. Sabía que era su hija, pero se veía diferente, más grande.
No tuvo tiempo de reaccionar cuando Chris entró también a la habitación.
—Chris, necesito llevar a Ashley al Ala Médica. Gritó histérica, mientras tomaba a su hija con cariño.
—¿Qué sucede? preguntó Chris
—No lo sé, está sangrando y le duele.
Michael ya estaba en el lugar y al ver a Ashley también se sorprendió.
Pero ni prestó mucha atención a eso. Le preocupaba más la sangre en su ropa.
—Michael está sangrando, le duele—. Exclamó Rose quebrada—Salvala.
—OK—dijo éste ayudando a Ashley a subir a la camilla— Dime qué te sucede y dónde te duele. Continuó rápidamente.
—Aquí, murmuró Ashley. Señalando su abdomen bajo.
Y entonces lo entendió. Se giró hacia Chris y Rose, pidiéndole que se retiraran.
Y poder revisar con más detenimiento.
Rose accedió muy a regañadientes.
Luego de que se retiraran le explico con total naturalidad.
—No te vas a morir. Sólo es tu período. Es algo normal en las mujeres.
—¿Qué? Mi mamá no tiene nada de esto. Expresó ella molesta.
—Tu mamá es un hermoso misterio médico—murmuró éste nostálgico—. Llamaré a Nora, debe explicarte cómo usar ciertas cosas. Yo hablaré con tu mamá.
Al salir Nora ya estaba presente junto con Rose y Chris.
—No te preocupes, ella va a estar bien. No tiene nada, lo que le sucede es completamente normal.
El cabello de Rose y sus ojos comenzaron a tornarse de un rojo carmesí muy fuerte, al mismo tiempo que decía
—Cómo puedes decir que el dolor y el sangrado de mi hija es normal.
Chris la sujetó para que no se le fuera encima.
Michael la ignoró.
Se giró hacia Nora murmurando.
—Necesito que le expliques cómo usar los productos de higiene femenina.
Ella asintió, retirándose.
En este momento Chris también cayó en cuenta y calmó a Rose.
—Rose tranquila. Lo que le sucede a Ashley es normal.
—Basta los dos—gritó sacándoselo de encima— Quiero ver a mi hija. Continuó furiosa.
—La verás, pero cuando te calmes. Ahora Ashley necesita no solo procesar su cambio físico sino también todo lo que éste conlleva, murmuró Michael en un tono muy dulce. Haciendo que Rose se detenga y se calme como si de un encantamiento se tratara.
Los ojos de Rose se llenaron de lágrimas.
—¿Qué le sucede? preguntó con su voz quebrada.
—¿Te acuerdas cuándo durante tus exámenes, te comenté que las mujeres tienen períodos, en donde sangran?
—Ashley no es una mujer—gritó ésta desconcertada—Es una niña.
—Ashley es una mujer, mitad Klat’ka. Ella tiene más de veinte años humanos, Rose. Y si bien no sabemos nada de las mujeres Klat’ka. Lo que sí conocemos es que tú no los tienes.
—¿Y qué tal si es otra cosa? Y tú estás aquí, pensando que mi hija sangra porque si.
Rose
—Le haremos pruebas para corroborarlo pero todo apunta a que sí lo es. Ahora, ¿cómo es que creció tanto? Ayer se veía como niña, hoy se ve como una adolescente.
Rose y Chris se quedaron callados. Tampoco lo entendían.
En ese momento Nora salió del consultorio.
—Ella está bien. Esta más tranquila sabiendo que es normal. Le dije todo lo que debía saber y uno de tus compañeros le dió un analgésico para el dolor.
Comentó ella tranquilamente.
Mientras Chris, con mirada tierna le decía.
—Gracias.
Algo que Rose notó, pero ahora iba a dejar pasar porque su hija era su prioridad.
—¿Puedo verla? Preguntó molesta.
—Claro, señora Rose. Ella está esperando por usted.
Rose ingresó molesta. Pero al llegar se calmó, su bebita sobre la camilla, se mantenía serena. La observó por un instante. Había mucho que procesar. Ya no se veía como una niña. Pero seguía siendo su bebé.
—Mamá lamento haberte asustado. Sollozó Ashley en un mar de lágrimas.
Rose se quebró, ella era y siempre iba a ser su debilidad.
Simplemente la abrazó.
Maskedman rompió el momento.
Ingresó desesperado al Ala Médica. Su nerviosismo y angustia eran evidentes.
—Ashely—le dijo rápidamente — ¿te encuentras bien? — preguntó tomándole amorosamente la mano. Algo que para Rose fue muy evidente. Pero esta vez contuvo su enojo. No era el momento.
—Estoy bien… —se detuvo, midiendo sus palabras. Su mamá estaba presente. Pero continuó temerosa— Nora me dijo que es normal. Es algo por lo que todas las mujeres pasan todos los meses.
—¿Todos los meses? —gritó Rose desesperada— ¿Vas a tener que pasar por esto todos los meses?
Se apartó llevando sus dos manos a la cabeza.
Ashley y Maskedman solo la observaron.
—Voy a estar bien. Nora dice que ya no soy una niña. Que soy una mujer—. Giró hacia Maskedman y muy dulcemente le preguntó— ¿ya puedo ir a cazar con mi mamá?
Éste comenzó a reír fuertemente. Dándole un beso en su mano le susurró tiernamente.
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Editado: 24.06.2025